Por Esteban Pintos
El desembarco de Gran
Hermano en la televisión argentina, mañana, a las
21, por Telefé, está rodeado de legítimas, y a la
vez fomentadas, expectativas de los televidentes, especulaciones académicas
sobre su impacto socio-cultural, disputas empresariales larvadas y anuncios
de una inédita cobertura mediática. Además de la
emisión semanal (sábados de 21 a 23), Telefé tiene
previsto un programa-resumen diario, a emitirse de lunes a viernes a las
20.30. Pero el más famoso y controversial de todos los reality
shows que invaden la televisión global ofrecerá, además,
la posibilidad de un seguimiento completo a través el sistema satelital
DirecTV y un resumen actualizado hora por hora, en el portal www.te rra.com.ar.
Detrás de toda la movida, está la mano de la empresa española
Telefónica, propietaria de Telefé y del sitio de Internet,
y que a su vez llegó a un acuerdo con DirecTV para que ésta
emita todo lo que habría que ver de estos 12 por ahora desconocidos
participantes, durante los 110 días que dure el extraño
experimento convertido en redituable jugada comercial.
El acuerdo Telefónica-DirecTV controlada por la empresa estadounidense
Hughes y la venezolana Cisneros se traducirá en una original
forma de emisión, a través de cinco señales del canal
satelital. En cuatro se verá lo que pasa en ese momento, sin ningún
tipo de edición y en el quinto se verá la pantalla dividida
en cuatro (técnicamente se denomina a este formato de visión,
mosaico). Para los 300.000 abonados que el sistema tiene en
el país, el paquete costará 14.98 pesos (por débito
automático), 24.98 pesos (pago con factura) y sólo será
gratuito para aquellos que ya paguen por tres o más señales
de las denominadas premiun. Un ojo vigilante convenientemente tarifado,
como puede concluirse. Por si fuera poco, DirecTV ofrecerá un nuevo
canal, denominado Canal Robinson (de tres horas diarias de
emisión), con el backstage, material inédito y demás
minucias de la segunda temporada del programa de Canal 13. En este terreno
quedó atrás otro gigante: Sky, perteneciente al poderoso
grupo del empresario británico Rupper Murdoch, que recientemente
llegó al país. En el rubro Internet, el derrotado
en la pelea por los derechos de emisión y utilización de
la marca fue America On Line. Aquí la explicación es más
sencilla: Terra, como Telefé, pertenece a Telefónica y también
será auspiciante del programa de televisión. Terra y DirecTV
compartirán con Telefé los ingresos que se obtengan por
publicidad y comercialización.
El canal de televisión argentino que produce el programa decidió,
en tanto, no vender por anticipado la tanda publicitaria sino esperar
el lanzamiento al aire del programa. Parece una riesgosa iniciativa dejar
librada la cotización del segundo al rating que se obtenga en la
primera emisión, pero los ejecutivos del canal son optimistas.
En principio, estiman que el proyecto será un éxito y podrán
cobrar por lo menos 850 dólares por segundo de publicidad, un 25
por ciento más que en los ciclos de mayor éxito del canal.
El programa, según se informó oportunamente, demandó
una inversión total de 8,8 millones de dólares.
Gran Hermano es el segundo reality show que se exhibirá
en el país, luego de Expedición Robinson. Este
programa, filmado en una isla .panameña y emitido por Canal 13,
cosechó un rating más que importante y generó gran
repercusión social: sus participantes-expedicionarios se convirtieron
en pequeñas celebridades y algunos de ellos ya prueban suerte como
actores y/o conductores de televisión. Con Gran Hermano,
que va un poco más allá en la idea de espiar
la cotidianidad ajena una cotidianidad regida por estrictas reglas
de aislamiento, sucederá algo parecido. Hasta ahora, con
los adelantos de Telefé, pudo comprobarse el grado de impacto que
consiguió el programa en otros países. El tercer ciclo en
discordia dentro de esta pequeña invasión de hiperrealidad
televisiva argentina arrancará en un par de semanas y será
emitido por América. Se trata de El Bar, una idea original
sueca que en su versión argentina conducida por Andy Kustnetzoff
tendrá cambios. Por ejemplo que los participantes tendrán
que trabajar y administrar el bar en cuestión, pero podrán
mantenerse en contacto con gente del exterior y salir del
lugar.
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