Por Claudio Zlotnik
En medio de las presiones del
mercado para que Ricardo López Murphy aplique un fuerte ajuste
en el gasto público, Fernando de la Rúa descartó
ayer en forma tajante que el paquetazo incluya en su menú una nueva
suba de impuestos, rebaja de salarios o despidos de agentes públicos.
Al mismo tiempo, hizo una defensa del Fonavi, el programa oficial de construcción
de viviendas y uno de los fondos específicos que, había
trascendido, el nuevo ministro incluiría en los recortes. Las definiciones
del jefe de Estado que inquietarán a los financistas dan una pista
sobre los límites del próximo programa económico.
Una cuestión que, seguramente, provocará nervios en el Palacio
de Hacienda. Juan Luis Bour, economista director de FIEL, dijo sin vueltas
que Ricardo López Murphy pegará un portazo en caso de que
el paquete que se anunciaría pasado mañana no obtenga un
contundente apoyo político.
Ante el silencio que se autoimpuso el jefe del Palacio de Hacienda desde
que asumió, Bour se ha convertido, desde el llano, en el amplificador
de las ideas de López Murphy. Por haberse quedado en el sector
privado, dice en público lo que su jefe ya no puede.
Ayer, un día después de que un rumor sobre la inminente
renuncia de López Murphy agitara a los mercados, disparando la
prima de riesgo país, Bour no se preocupó en calmar ansiedades.
Por el contrario, tras acusar a la clase política de estar jugando
con fuego, volvió a la carga con aquello del posible portazo
repentino. Un nuevo mensaje que intenta cercar, sobre todo, a los políticos
de la Alianza que en las próximas horas tendrán que digerir
un nuevo plan de ajuste.
El diálogo radial ocurrió ayer a las ocho y cuarto de la
mañana. Marcelo Longobardi le preguntó a Bour:
Usted que lo conoce como nadie, ¿imagina a López Murphy
pegando un ruidoso portazo rápidamente, si efectivamente no hay
apoyo político?
A riesgo de lo que puede significar esto, le diría que sí.
La respuesta del economista integrante del círculo áulico
del ministro no deja margen a las dudas. En el Palacio de Hacienda están
decididos a aplicar un nuevo ajuste pero, para asegurarse el éxito,
quieren contar con todo el respaldo político del Frepaso y de la
Unión Cívica Radical. La amenaza latente, que queda flotando
en el aire, es que si ese apoyo no aparece, el mercado ya
se encargará de poner las cosas en su lugar. Y si no, valga de
muestra lo que ocurrió anteayer cuando corrió el rumor de
que López Murphy se iba porque no contaba con el sostén
político de la Alianza y se desbarrancaron los bonos y las acciones.
La city ya tomó partido. Los financistas tienen a López
Murphy como su preferido para llevar a cabo las medidas que dicta la ortodoxia.
Como muestra de esa predilección, los mercados festejaron la composición
del nuevo equipo económico, integrado por reconocidos defensores
del liberalismo, como Daniel Artana y Manuel Solanet. Ayer hubo una fuerte
caída del riesgo país y las acciones se mantuvieron estables
a pesar del derrumbe en Wall Street (ver aparte).
Anoche, antes de regresar de Catamarca, el jefe de Estado declinó
dar pistas sobre los anuncios que se vienen. Obligado a hacer equilibrio
entre el ala política y los ultraliberales de Economía,
De la Rúa negó un nuevo impuestazo y despidos de personal
en la administración pública. A la vez hizo un encendido
elogio del Fonavi, uno de los subsidios estatales que el menú de
la ortodoxia recomienda eliminar. Estos fondos se aplican con eficacia,
honradez y transparencia, apuntó. Acto seguido, señaló
que se van a tomar medidas para que no se produzcan desfasajes
en la economía, dando a entender que se corregirá el desvío
de las metas fiscales con el FMI, al tiempo que mencionó sendas
reformas en la ANSES y en la AFIP.
La salida de José Luis Machinea, hace una semana, terminó
de dibujar un escenario que ya había preocupado al ex ministro
y que precipitó su alejamiento. Por un lado, la marcha económica
no despega y deja fuera de juego el último acuerdo fiscal con el
Fondo Monetario. Del otro ladofigura el ala política de la Alianza,
deseosa de ver reactivación ya para afrontar con éxito
el test electoral de octubre. Con la designación de López
Murphy, De la Rúa apostó por una salida de la crisis con
una receta ortodoxa. El nuevo ministro, que cuenta con el aval unánime
del mercado, cree que para sacar a la economía del
pozo es necesario aplicar un fuerte ajuste en el gasto público.
Empezando con una renegociación de las metas fiscales con el Fondo,
que ya en el primer trimestre se habrían excedido en unos 700 millones
de dólares.
El eje central del paquete será una profunda reforma del Estado.
En este sentido, no fue para nada casual que López Murphy creara
una secretaría que se dedicará en exclusiva a este tema,
y que estará comandada por Manuel Solanet, un economista ultraliberal
que ya fue funcionario durante la gestión de José Alfredo
Martínez de Hoz. La idea del nuevo ministro es eliminar y fusionar
distintas áreas de la administración pública, incluyendo
secretarías, subsecretarías y organismos descentralizados.
Incluso, existen versiones de que se unirían algunos ministerios
con el mismo objetivo de incrementar los ahorros. Una medida que no estaría
exenta de fuertes pujas políticas alentadas por los eventuales
funcionarios desplazados.
Mientras se extiende el mutismo de López Murphy, tanto en el microcentro
como en Wall Street se acrecientan las versiones. No es que los financistas
descrean de su ministro sino que calculan que tanta demora
obedecería a supuestas riñas en el seno del Gobierno para
poner límites al ajuste. Van a tener que apurar las definiciones
porque, de lo contrario, el mercado volverá a agitarse. Si hay
incertidumbre, los bancos no van a dudar en recomendar a sus clientes
que se desprendan de bonos argentinos con el consecuente aumento del riesgo
país, señaló a Página/12, desde Nueva
York, un directivo de un banco de inversiones estadounidense. Las últimas
definiciones del jefe de Estado les darán pie a los financistas
para creer que De la Rúa no está dispuesto a ir a fondo
con el ajuste. Mientras que la tardanza de López Murphy en mostrar
el juego podría dar lugar tanto a lobbies empresariales como a
presiones políticas.
En el Palacio de Hacienda admiten que algunas de las medidas que forman
parte del recetario de FIEL podrían aplicarse recién en
el mediano plazo. Al respecto, mencionan la generalización del
IVA a las actividades exentas, como las entradas a los espectáculos;
la rebaja en un par de puntos en este tributo; la eliminación de
subsidios estatales (como el Fondo del Tabaco y a los combustibles de
la Patagonia); la rebaja de los aportes patronales que realizan las empresas;
una merma en Ingresos Brutos y Sellos, que debería negociarse con
los gobernadores; y la marcha atrás con el último aumento
en el impuesto a las Ganancias. No obstante, en Economía están
evaluando integrar estas medidas a los anuncios, dejando en claro que
recién podrían aplicarse hacia el 2002, con la intención
de regenerar las expectativas en los mercados y de los consumidores.
El mercado festejó
La city dio ayer la bienvenida al equipo ultraliberal que diseñó
el ministro de Economía. El riesgo país bajó
28 puntos, al ubicarse en 734, mientras que las acciones quedaron
con un saldo neutro en un contexto internacional de caída
de las bolsas. No pasó inadvertido para los analistas del
mercado que los títulos públicos hayan subido hasta
un 2 por ciento en un escenario financiero externo turbulento. El
mercado americano, referente para las plazas emergentes, entre ellas
la argentina, retrocedió 5,4 por ciento en el Nasdaq y 2,0
en el Dow Jones. Ante esos comportamientos, los financistas evaluaron
que el movimiento de las cotizaciones en el mercado local ha sido
muy positivo. Ese resultado, que alentó a los corredores,
fue interpretado como una respuesta de los inversores a la confirmación
del equipo de colaboradores de Ricardo López Murphy. En la
jornada anterior, cuando el recinto fue atrapado por diversos rumores,
siendo, obviamente, el principal el de la renuncia de López
Murphy, el riesgo país y los papeles empresarios registraron
un fuerte cimbronazo. Esa versión sostenía que el
flamante titular de Hacienda recibía presiones para cambiar
integrantes de su equipo. Ante la confirmación de cada uno
de los miembros por él propuesto, lo que se denomina mercado
saludó esa decisión. Ahora, los operadores esperan
ansiosos el anuncio del paquete de medidas para ver si siguen apostando
al alza de los papeles.
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