El polémico médico italiano que ayudó a una mujer
de 63 años a tener un hijo por fertilización asistida, y
otro conocido especialista estadounidense en reproducción artificial
anunciaron ayer en Roma que en pocas semanas empezarán a experimentar
para crear bebés a través de la clonación humana
en casos de parejas estériles, a pesar de la firme oposición
de la comunidad científica internacional y, obviamente, de la Iglesia
Católica. Los investigadores, considerados como los marginales
de la ciencia, aseguraron que cientos de matrimonios se han ofrecido
como voluntarios para el proyecto. El interés surge en todas
partes, desde Japón hasta Argentina, de Alemania y Gran Bretaña,
afirmó el norteamericano Panayiotis Zavos, de la Universidad de
Kentucky. El anuncio fue duramente criticado en la Argentina por el investigador
del Conicet Lino Barañao, especializado en reproducción
humana. Carece totalmente de seriedad. Si no fuera porque generan
esperanzas en padres angustiados, sería un hecho irrisorio. El
grado de deficiencia que por el momento tiene la clonación animal
no permite practicarla en humanos. Intentarlo significa someter a las
madres a serios riesgos, opinó en diálogo con Página/12.
La experiencia podría traer malformaciones en los fetos y peligros
para la salud materna.
Ahora que hemos llegado al tercer milenio, tenemos la tecnología
para romper las leyes de la naturaleza, desafió Zavos. El
anuncio fue realizado ayer durante una conferencia sobre el tema realizada
en una universidad de Roma. El encuentro fue boicoteado por los principales
expertos en clonación a nivel mundial.
El equipo está encabezado por el profesor italiano Severino Antinori,
conocido por tener entre sus pacientes a mujeres menopáusicas que
buscan tener hijos (ver aparte). Lo secundan Zavos y el israelí
Avi Ben Abraham, especializado en biotecnología. Aunque no se precisó
el lugar en el que se montará el laboratorio, la mención
a un país mediterráneo sumada a la presencia
del israelí en el equipo hizo suponer que podría ser en
Israel. En las principales naciones europeas la clonación de humanos
está prohibida, mientras que en Estados Unidos no hay restricciones
legales pero las investigaciones sobre el tema no pueden hacer uso de
fondos públicos.
Antinori aclaró que no usará la tecnología para clonar
chicos muertos o personajes famosos. La idea del grupo es ayudar a procrear
a parejas estériles. Las primeras investigaciones sobre las que
serían candidatas a la clonación empezaron hace ya dos años
en París, reveló el italiano. Fueron interrogadas
300 parejas en las cuales el hombre no tenía espermatozoides. Les
preguntamos si preferían utilizar el esperma de un donante o transmitir
los genes del marido. El 70 por ciento de ellas se opuso a la primera
solución y optó por la clonación, detalló.
El 30 por ciento restante declaró que tenía miedo de recurrir
a esa tecnología. Tenemos mucho dinero. No hay restricciones
financieras, expresó Zavos, sin identificar a sus patrocinantes
privados. El polémico equipo dijo que el primer embrión
clonado estaría listo para ser implantado en un útero materno
en un año y medio a dos.
Científicos y religiosos cuestionaron la iniciativa. Carece
totalmente de seriedad. El grado de deficiencia de la clonación
en animales no permite practicarla en humanos. Sobre ello hay consenso
unánime en el mundo científico. Intentar con humanos significaría
tener grandes chances de que el feto tuviera problemas y se produjeran
abortos espontáneos, en algunos casos con riesgos serios para la
madre. En muchas de las especies animales con las que se ha experimentado,
el clon tiene problemas inmunitarios y alta mortalidad perinatal,
señaló a este diario el investigador del Conicet Barañao.
Sobre la base de esos experimentos, Ian Wilmut, el investigador que clonó
a la oveja Dolly, advirtió que los niños nacidos a partir
de esta tecnología podrían correr el riesgo de ser enormes,
con un peso de siete a ocho kilos. Barañao, en tanto, recordó
los fracasos del Centro Regional de Primates de Oregon, el más
prestigioso en experimentación en clonación del mono rhesus,
la especie más cercana al hombre. Han hecho más de
300 experiencias infructuosas, indicó.
Ayer, la posición del Vaticano fue reafirmada por Gino Concetti,
un teólogo cuyos puntos de vistas se cree reflejan
los del papa Juan Pablo II. Estas propuestas contradicen la verdad
de la humanidad, la dignidad y los derechos del hombre... en especial
el de ser concebidos de forma humana, afirmó.
El equipo de Antinori no es el primero en publicitar su intención
de lanzarse a la carrera de la clonación humana. Hace algunas semanas
se conoció un proyecto similar del acaudalado movimiento de los
raëlianos, una secta religiosa de Estados Unidos que cree que los
humanos son clones de extraterrestres. Además, un equipo de Corea
del Sur ya declaró que pudo crear un embrión humano clonado,
pero no intentó implantarlo en un útero.
Quién es Severino
Antinori
Por James Meek*
Desde Roma
Severino Antinori, el hombre que aspira a ser el príncipe
de la clonación del siglo XXI, es presidente de la Sociedad
Italiana de Medicina Reproductiva y está a la cabeza de una
exitosa cadena de clínicas de fertilización in vitro
con base en Roma. También es ahora presidente del consorcio
privado de clonación humana ítalonorteamericanoisraelí.
Contrariamente a otros aspirantes a clonadores, como el detestado
Richard Seed o los miembros del culto raeliano que dice tener
una tropa de 50 mujeres voluntarias como madres subrogantes,
el profesor Antinori tiene una larga historia de lograr embarazos
en desesperados padres con dinero.
Cuando Rossana Della Corte perdió a su hijo Ricardo de 17
años en un accidente de moto, rogaba por otro hijo. Con la
ayuda de Antinori y su clínica de fertilización asistida
dio luz a un bebé al que también llamó Ricardo
en 1994. Tenía 63 años.
Antinori ha ayudado a muchas otras mujeres posmenopáusicas,
incluyendo a una acaudalada británica, a tener chicos. Ese
hecho provocó que la entonces secretaria de Salud británica,
Virginia Bottombley, dijera: Las mujeres no tienen el derecho
a tener un niño: el niño tiene el derecho a un hogar
adecuado.
Antinori ofreció a más de una docena de mujeres bebés
del milenio garantizado: la promesa de que nacerían justo
después de medianoche el 31 de diciembre de 1999.
El profesor tiene 55 años y dos hijos. Dice que es un católico
devoto y que se ha entrevistado con el Papa, aunque el Vaticano
describió su trabajo como grotesco, malvado
y de técnicas execrables.
* De The Guardian de Londres, especial para Página/12.
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