Por Ferrán
Sales *
Desde
Jerusalén
El nuevo ministro de Defensa
de Israel, Benjamin Ben Eliezer, escapó ayer con vida de un atentado
perpetrado por un francotirador palestino, quien disparó contra
él cuando visitaba la Franja de Gaza. La agresión se produjo
cuando apenas se habían cumplido 24 horas de la toma de posesión
en su cargo y después de que el primer ministro Ariel Sharon enviara
una carta a Yasser Arafat ofreciéndole la reanudación de
los contactos personales para poner fin al ciclo sangriento
de violencia.
Ben Eliezer, un general en la reserva de 65 años de edad, sufrió
el atentado cuando se encontraba con un grupo de militares israelíes
en lo alto de una azotea del cuartel general de las tropas israelíes
en Gaza, situada en los alrededores del campo de refugiados palestino
de Khan Yunes, al sur de la zona, tratando de hacerse una idea de cuál
era la situación de sus tropas sobre el terreno. En aquel momento
el francotirador palestino, situado en las cercanías, disparó
un único proyectil que pasó cerca de la cabeza del ministro,
lo que obligó a los miembros de su seguridad personal a reaccionar
con precipitación, arrojándolo al suelo y llevándolo
a continuación al interior del edificio. La tensa situación
se prolongó durante unos minutos, mientras el ministro permanecía
de bruces en el patio, los militares le daban protección y se repetían
los disparos en diversas direcciones.
Lo primero que me ha pasado por la cabeza ha sido pensar en mi época
de servicio militar en la unidad Shaked, aseguró el ministro
a la Radio Militar israelí, una vez repuesto del susto, mientras
trataba de bromear enseñando a los periodistas el chaleco antibalas,
y el jefe de Estado Mayor, Saul Mofaz, permanecía junto a él,
asegurando su protección.
Este atentado, el primero que se produce contra un ministro israelí
desde que se inició la Intifada a finales del pasado mes de setiembre,
no parece haber hecho mella en las intenciones del primer ministro Ariel
Sharon, que horas antes había enviado una carta a Arafat, presidente
de la Autoridad Nacional Palestina, proponiéndole la reapertura
de contactos personales en un futuro próximo, con el fin
de poner fin al ciclo sangriento de violencia. Sharon, que siempre
se ha negado a dar la mano aYasser Arafat, se mostró en la carta
más dúctil y dialogante, dispuesto a renovar la cooperación
económica y de seguridad en el camino real del proceso de paz
y a entablar negociaciones directas en base a los acuerdos ya firmados.
En medios políticos se aseguraba ayer que la carta de Sharon a
Arafat estuvo inspirada por el ministro de Asuntos Exteriores Shimon Peres,
que en el transcurso de una reunión de gobierno mantenida con el
primer ministro había propugnado la necesidad de hacer gestos de
buena voluntad en dirección al campo palestino evitando luchar
contra el fuego con más fuego y abrir una vía de negociaciones
a pesar de la Intifada y de la declaración de principios efectuada
en reiteradas ocasiones por el jefe del Ejecutivo, asegurando que no
habrá diálogo mientras dure la violencia. Esta reanudación
de negociaciones fue abordada previamente en reuniones secretas en un
hotel de Jerusalén, y en Viena.
* De El País de Madrid, especial para Página/12.
|