El diario La Tercera, de Santiago de Chile, informó ayer que el
hermano del empresario telepostal Alfredo Yabrán confirmó
que Carlos Menem recibió de regalo de su fallecido pariente una
lujosa mansión en Palermo Chico. Según el diario chileno,
Miguel Yabrán no quiso especificar cuándo ni por qué
el ex mandatario recibió el regalo, una casona estilo francés
en la calle Ombú 3005/7. La Tercera agregó que Menem estaría
planeando residir en la casa cuando contraiga matrimonio con la conductora
Cecilia Bolocco.
La nota publicada en La Tercera detalla que allegados al ex mandatario
sostienen que su casa sería el futuro hogar de Menem y Bolocco,
que tendría previsto viajar pronto a Buenos Aires para conocer
sus doce habitaciones, el jacuzzi, el sauna, el jardín delantero
y el amplio parque privado. La animadora chilena ya conoce el barrio,
donde residen famosos como Mirtha Legrand, Marcelo Tinelli o Mariano Grondona.
La casona está deshabitada desde hace años. Según
reveló Página/12 el 27 de diciembre de 1999, la viuda de
Alfredo Yabrán, María Cristina Pérez, y sus hijos,
la pusieron en venta en octubre de ese año junto a sus dos mansiones
en Martínez y la estancia entrerriana donde murió. Como
detalló la periodista Susana Viau en esa nota, la operación
fue frenada en seco por un llamado a la inmobiliaria que habría
advertido que la casa pertenecía en realidad al por entonces todavía
presidente Carlos Menem.
La casa de la calle Ombú ocupa un terreno de mil metros cuadrados
y tiene una superficie de 800 construidos. Está en pleno centro
del prestigioso barrio, a pocas cuadras de la casa racionalista que se
construyó Victoria Ocampo y que hoy le alquila la modelo Claudia
Sánchez al presidente de Boca Juniors y político aspirante
Mauricio Macri.
La propiedad fue heredada hace años por los hermanos Doublet, que
la vendieron en agosto de 1990, tras la muerte de un ocupante en usufructo
cuyo nombre todavía figura en la guía telefónica.
El precio formal de venta fue de 4720 millones de australes, el equivalente
a 800.000 dólares. Los tasadores de la época estiman que
el precio real no puede haber bajado del millón trescientos mil
dólares y puede haber llegado al millón y medio.
El comprador fue Carlos Eduardo Orte Garrido, que realizó la operación
para la empresa Taicoren S.A. como su presidente y miembro del directorio.
Taicoren es una firma uruguaya financiera al estilo de Daforel, que manejó
fondos compatibles con los de la venta ilegal de armas.
Un arquitecto remodeló la casa al gusto de los nuevos propietarios.
La ornamentó, puso espejos en el techo del comedor principal, y
la equipó. El lugar nunca fue ocupado y una mucama la visita diariamente
para ventilar y limpiar, de modo que la casa no envejezca.
Los Yabrán acordaron la venta con la firma Benegas, Muro &
Larralde, una operación en la que fueron tomados como clientes
por Patricio López Saubidet, productor de la inmobiliaria cuyo
padre habría trabajado con Alfredo Yabrán. Antes de la puesta
en venta, los vecinos vieron a uno de los hijos del empresario visitar
la propiedad. La puesta en venta, realizada con la máxima discreción,
incluyó un precio estimado de cuatro millones y medio de dólares,
lo que muestra una interesante apreciación del inmueble en apenas
una década.
Pese a los esfuerzos de Benegas, Muro & Larralde, la propiedad no
se vendió. En el ambiente inmobiliario todavía recuerdan
la impresión de López Saubidet al recibir el llamado ordenando
suspender la operación ya que la casa pertenecía a Menem.
En 1999, Página/12 buscó confirmar el dato y recibió
la información, de fuentes del gobierno de entonces y de inteligencia,
de que la casa estuvo destinada en su momento para alojar a Zulema Yoma
después de que fuera expulsada de Olivos en la sonora separación
presidencial. La idea fue descartada.
Según el diario chileno, Miguel Yabrán confirmaría
ahora que efectivamente su hermano hizo el importante regalo al entonces
presidente. No quiso o no pudo especificar cuándo fue hecha la
operación y a cambio exactamente de qué servicios o favores.
EL
EX GOBERNADOR RECIBIO PODERES DEL CONGRESO PARA HACER ALIANZAS
El PJ hizo catarsis y Duhalde realineó las
tropas
Por Fernando Almirón
Eduardo Duhalde le puso pilas
al aparato electoral del PJ bonaerense. El congreso partidario que preside
Osvaldo Mércuri resolvió ayer otorgarle al ex gobernador
plenas facultades para establecer alianzas con otras fuerzas y habilitar
el retorno de los que abandonaron las filas del justicialismo seducidos
por otros partidos, los que podrán recuperar su afiliación
e incluso integrar listas electorales. En el caluroso interior del Teatr
Coliseo Podestá de Lomas de Zamora, la platea de congresales se
convirtió en el escenario de una catarsis colectiva de arrepentimientos
y cruces de reproches, y reinstaló en los discursos una catarata
de frases hechas de pura cepa peronista que estaban en desuso. Duhalde
aprovechó el encuentro para asegurar que habrá internas
para designar los candidatos a todos los cargos el 1º de julio,
que apoya el proyecto presidencial de Carlos Ruckauf y que este
peronismo nunca sufrió derrotas.
Esta última afirmación llegó gracias al pie que le
dio el vicegobernador Felipe Solá en su discurso: Si Duhalde
no ganó las elecciones fue porque una parte del peronismo no lo
apoyó, dijo en clara referencia al menemismo, que ayer estuvo
representado en la sesión por una reducida delegación encabezada
por Fernando Galmarini, que ingresó a la sala después de
sortear algunas dificultades y pocas caras amigas.
El interior no resulto más ameno. Sumergidos en un aire espeso,
caluroso y húmedo, los delegados del PJ provincial no se anduvieron
con vueltas en su memoria y balance. Apuntaron a la gestión menemista
que abandonó los principios del movimiento y le reprocharon
al duhaldismo el estilo autoritario con el que se manejan las cuestiones
partidarias. Así sumaron uno más uno al hacer las cuentas
de la derrota en la última elección.
Las críticas y demandas fueron escuchadas por la mesa de conducción,
que constantemente secaba con servilletas de papel las gotas del agobiante
calor que poblaban sus frentes. Sentados a una mesa montada sobre el escenario
se amuchaban codo a codo Mércuri, Felipe Solá, Manuel Quindimil,
José María Díaz Bancalari, Eduardo Camaño,
Hilda Chiche Duhalde y Saúl Ubaldini, entre otros dirigentes.
A ellos se sumó, minutos antes del discurso de Duhalde, el actual
senador Jorge Villaverde. Una presencia que fue dato.
Eduardo Duhalde avanzó ayer en su propósito de someter a
un intenso entrenamiento al justicialismo bonaerense, algo achanchado
desde la derrota electoral en las presidenciales de diciembre del 99.
El ex gobernador sabe que necesita poner en línea al aparato si
tiene previsto recostarse en él para triunfar sobre Raúl
Alfonsín en la elecciones de octubre, y poco más de un año
después recuperar la gobernación de Buenos Aires, a la que
ya dijo que quiere volver. Pero Duhalde también sabe que su alianza
con Carlos Ruckauf, que le permitió sobrevivir después de
dos defecciones electorales consecutivas, perdurará en base al
equilibrio.
Ruckauf está al frente de la gobernación más importante
del país, se proyecta como figura nacional cada vez que se convierte
en el vocero de los mandatarios peronistas y se perfila como presidenciable
del PJ. Pero no tiene aparato, nunca lo tuvo. Duhalde, en cambio, hizo
un culto del control de los resortes partidarios. De esta manera Ruckauf
gobierna una provincia sin verse obligado a tener que hacer política
hacia abajo dentro de su partido. Y se lanza a la escena nacional porque
en este sentido tiene la espalda cubierta, de eso se ocupa Duhalde.
Alianzas no son romances, y en el justicialismo bonaerense ya nadie niega
la interna que se ha instalado entre el ex gobernador y su sucesor. Una
interna que se recalentó cuando comenzaron a barajarse los nombres
que integrarán las listas a diputados nacionales, lugares que en
política representan claramente espacios de poder. Una disputa
que ayer quedó de manifiesto cuando, al promediar el congreso partidario,
ingresó al escenario para ocupar un lugar privilegiado en la mesa
el senador Villaverde. Curiosamente el hombre que Duhalde propone como
el número uno de la lista que Ruckauf, por su parte, imagina y
quiere que sea encabezadapor el ex juez federal Adolfo Bagnasco, un candidato
de perfil mediático.
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