La excursión de River por Córdoba le salió carísima.
El equipo de Américo Gallego cayó 3-1 ante Talleres, perdió
el invicto en el Clausura, fue superado en gran parte del partido y estuvo
a punto de ser goleado. Para colmo, Ariel Ortega volvió a hacerse
echar y no podrá estar en la próxima fecha, al igual que
Hernán Díaz y Mario Yepes, que sumaron cinco amarillas.
El juvenil Pablo Cuba, en dos ocasiones (sus primeros en primera), y Rodrigo
Astudillo marcaron los goles de Talleres, mientras que Eduardo Coudet
había puesto en ventaja a River.
Talleres salió con la premisa de olvidarse rápido de la
pésima semana que vivió con el doping positivo de Daniel
Albornós, la suspensión por un supuesto pasaporte falso
de Diego Garay y un pedido de quiebra. Por eso, en menos de un minuto
y medio generó dos buenas posibilidades para abrir el marcador,
aunque Rodrigo Astudillo no alcanzó a conectar bien en ambas ocasiones.
Pese a la preocupación permanente que significaba la presencia
de Ariel Ortega, a River le costaba hacer pie ante la presión que
ejercían los volantes cordobeses. Así, Franco Costanzo tuvo
que revolcarse en varias oportunidades para salvar su arco.
Sin embargo, cuando el equipo de Juan José López ya comenzaba
a acumular méritos para ponerse en ventaja, el que golpeó
fue River. Martín Cardetti ejecutó un buscapié al
área y su objetivo se cumplió por partida triple. La pelota
rebotó primero en Astudillo, luego pegó en Yepes y por último
apareció Coudet para empujarla casi sobre la línea. Con
esa carambola a tres bandas en su primera llegada, el conjunto de Américo
Gallego sacó la diferencia. Por más que hasta ese momento
había sido superado claramente, el puntero demostraba su contundencia,
tal vez su mayor virtud en lo que va del campeonato.
No cambió demasiado el trámite a pesar del gol. Los cordobeses
asimilaron el golpe y se fueron con insistencia en busca de la respuesta.
Estuvieron cerca con un derechazo espectacular de Astudillo desde casi
treinta metros que pegó en el travesaño y con un cabezazo
de Pino, que no alcanzó Cuba por el segundo palo. Claro que ante
semejante asedio, el fondo de River no pudo soportar mucho más.
Ante un centro de Pino, Cuba apareció libre para meter un frentazo
que se le escurrió de las manos a Costanzo. El gol le ponía
algo de justicia al resultado.
Con el 1-1, River levantó su producción y se adelantó
en el terreno. Y como Talleres no abandonó su postura, el encuentro
se tornó de ida y vuelta, con llegadas en los dos arcos. En ese
golpe por golpe, River se insinuó más peligroso, sobre todo
por una entrada de Cardetti que tapó Cuenca y otra chance con mil
rebotes que no terminó en gol de milagro. Pero así como
Talleres perdonó en la primera etapa, River lo hizo en la segunda.
Saviola se perdió de manera increíble el tanto con el arco
vacío y luego fue Cardetti el que desperdició una ocasión.
En cambio, Cuba volvió a acertar con una palomita casi desde el
suelo. A partir de allí, Talleres dominó todo a su antojo,
marcó el tercero y dilapidó tres posibilidades para concretar
una goleada.
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