El zapatismo
es uno de los movimientos populares contra el neoliberalismo más
importantes del mundo. Y si logra vincularse con otros grupos sociales
a nivel internacional, podrá cambiar el curso de la historia
contemporánea. Como los Sin Tierra de Brasil, los movimientos
campesinos de India, y la creciente oposición popular a la
globalización empresarial que se ha expresado en el Norte,
todo es una respuesta, desde varios frentes, esencialmente a la
misma cosa. A un arreglo de políticas sociales y económicas
que fueron conscientemente instituidas desde los 70 y que han reducido
drásticamente las tasas de crecimiento por todo el mundo,
han llevado al estancamiento o disminución de salarios e
ingresos para la mayoría de los trabajadores.
La cosa más importante sería si estos diversos movimientos
dispersos por todo el mundo logran construir vínculos de
solidaridad y apoyo. Si es posible que se vinculen, y si logran
apoyarse entre sí, podrán cambiar el curso de la historia
contemporánea. Es este potencial de solidaridad y apoyo mutuo
lo que espanta a las cúpulas de Estados Unidos y otros países.
El mundo empresarial y político está intentando hacer
todo para evitar que esto suceda. La reducida cobertura de la marcha
zapatista que han hecho los medios masivos de comunicación
en Estados Unidos es una decisión consciente para evitar
el desarrollo de estos vínculos. Les gusta caracterizar a
estos movimientos como ONG marginales enloquecidas, aunque saben
muy bien que eso no es verdad.
Son los movimientos sociales que no participan en los canales institucionales
de la políticas llamados extraparlamentarios
los que generan cambios políticos. Y si se logra la aprobación
y aplicación de los acuerdos de San Andrés dentro
del circuito parlamentario, será el resultado de una lucha
social que promovió este cambio desde fuera de ese circuito
político institucional.
Movimientos como el zapatista son clave en la coyuntura actual precisamente
porque luchan por una democracia efectiva, ya que el marco neoliberal
permite sólo una democracia electoral formal. El marco neoliberal
entero, después de todo, está diseñado para
minar la democracia. Es por ello que nuestra esperanza está
en movimientos como el zapatista.
*Lingüista
norteamericano, profesor del Massachussets Institute of Technology.
Declaraciones publicadas en La Jornada de México.
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