Por
Facundo Martínez
Boca
sigue dejando escapar puntos en el camino del torneo Clausura, jugando
mal y desperdiciando las escasas situaciones de gol que genera. Sigue
también sin resolver los casos Riquelme y Bianchi, ambos requeridos
por el Barcelona, y ahora se quedará durante dos meses sin el presidente
del club, Mauricio Macri, quien anunció que se tomará una
licencia por motivos personales. Además, continúa
sin encontrar al reemplazante de Martín Palermo y en medio de unos
experimentos Barijho, Pandolfi, Herrera que no sólo
no funcionan sino que además despiertan los reclamos de los hinchas.
En ese contexto, el conjunto de Bianchi logró empatar ayer sobre
el final ante el alicaído Belgrano por 1-1, un partido que debería
haber ganado aprovechando la derrota de River, que ahora está
a siete puntos para seguir con alguna chance.
La igualdad ante los cordobeses no hace más que confirmar el difícil
momento del equipo de Bianchi, que no logra parecerse ni a la sombra de
ese equipo ganador de las temporadas anteriores. Es que nada parece ser
igual que antes. Aunque no lo admita, el técnico, que termina su
contrato en diciembre, tiene un futuro cercano en el Barcelona junto,
seguramente, al talentoso Riquelme. Y por más que todos se esfuercen
en negarlo, el técnico ya no quiere seguir en el club, es decir,
ya no va a renovar el vínculo. Riquelme, quien aún no arregló
su contrato por diferencias económicas y personales con los dirigentes,
está esperando que llegue una oferta para irse o bien llegar a
junio y que se venza su contrato.
Pero Macri, quien hace unos días se reunió con el presidente
del Barcelona, Joan Gaspart, negó ayer categóricamente estas
versiones. Se habló mucho, pero la verdad es que no tengo
ninguna oferta y cuando la tenga la pondré a consideración
de la comisión directiva, comentó sobre Riquelme.
Y sobre Bianchi aseguró: Estuve leyendo los diarios pero
hasta ahora nadie me dijo nada. Estoy en condiciones de asegurar que el
presidente de Boca en el Mundial de Clubes seré yo y el técnico
Carlos Bianchi. Aunque admitió que si en julio el técnico
no asegura la renovación del contrato, Boca comenzará a
buscar un nuevo técnico.
Macri anunció ayer que a partir del 4 de abril se tomará
dos meses de licencia y que su sillón lo ocupará durante
esos días el vicepresidente Pedro Pompilio. En cuanto a los motivos
de este licencia, el empresario aseguró que no tiene nada que ver
con su anunciado vuelco a la política nacional. Ya saben
que voy a dedicarme a la política, pero esta licencia no tiene
nada que ver con eso, es por motivos personales, dijo y aclaró
después: Esto no significa que renuncie a la presidencia
ni nada. Sólo es una licencia. Macri negó también
cualquier tipo de pelea interna por la sucesión en su cargo. Se
está en un período en el que se demostrará que aquí
se trabaja en equipo, comentó.
En la cancha, Boca parece el reflejo de las incertidumbres del club y
ayer volvió a demostrar que algo no está funcionando bien.
En el primer tiempo, Boca se mostró lento y sin variantes para
desnivelar a un Belgrano que salió a esperar a los locales, y vio
frustrado su planteo porque Boca no llegó casi nunca. Lo hizo sí
algunas veces por la derecha con Ibarra, Marchant y Riquelme, pero ni
el mellizo Guillermo ni Pandolfi anduvieron bien en los últimos
metros. La primera llegada clara fue a los 36, cuando Pandolfi desperdició
una gran oportunidad solo frente a Pontiroli. Después estuvo cerca
Marchant, de cabeza. Y nada más.
En el complementario la cosa cambió, porque los locales salieron
a buscar el triunfo. El ingreso de Clemente Rodríguez por Ibarra
(quien sintió una molestia) obligó a Boca a jugarse por
la izquierda, y por ese sector logró llegar con mayor facilidad
al arco de Pontiroli. Pandolfi volvió a desperdiciar un centro
de Guillermo. Le pegó de primera y muy mal. Y unos minutos más
tarde, en una jugada aislada, Castillo puso un centro largo y cruzado
que tomó Maldonado y con un remate violento abrió el marcador
para los cordobeses. Era la primera llegada clara del conjunto de Alfaro
y el 1-0 que los locales debieron remontar con todo un gran esfuerzo.
El empate llegó a los 34, tras una gran jugada de Riquelme, quien
perseguido por tres rivales consiguió habilitar a Pérez,
quien entró por sorpresa y metió el pelotazo contra el palo
izquierdo de Pontiroli. Boca pudo haber ganado, mereció el triunfo
más que los cordobeses, pero Marchant se comió una buena
chance y después fue Herrera, de cabeza, el que desperdició.
Belgrano, conforme, trató de enfriar el final, y al Boca de las
meras intenciones se lo devoró el reloj.
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