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Independiente sigue rojo de la vergüenza: ayer cayó con Vélez

El equipo de Avellaneda no encuentra el rumbo, pierde crédito con sus hinchas, que lo silban y cuestionan al técnico Osvaldo Piazza. El único que se salvó del incendio fue Martín Vitali. El triunfo le dio aire al Maestro Tabárez. Federico Domínguez, de penal, el único gol.

Por Ariel Greco

Independiente volvió a defraudar a su gente. Jugando mal, y por momentos muy mal, el equipo de Osvaldo Piazza cayó 1-0 ante Vélez, que sin demostrar gran cosa, se llevó un merecido triunfo para acrecentar la paternidad sobre los de Avellaneda, que no le pueden ganar desde 1989. Federico Domínguez, de penal, anotó el único gol de Vélez, que sirvió para darle aire al entrenador Oscar Tabárez. Por el contrario, los hinchas de Independiente volvieron a cuestionar a Osvaldo Piazza, que cada vez tiene menos crédito entre la gente, ya que el equipo no encuentra el rumbo.
Con la derrota consumada, la hinchada de Independiente terminó silbando al equipo y coreando el nombre de Vitali. Y allí se puede encontrar la clave del momento del equipo de Avellaneda. Es cierto que el ex jugador de Ferro fue el único que se salvó del incendio, pero si en un club con tanta tradición de buen juego, los aplausos se los lleva Vitali, es más que obvio que algo no funciona. Y son varios los factores que fallan. Por un lado, el entrenador no encontró el sistema de juego: Un planteo con cuatro volantes ante Lanús; con tres delanteros y tres defensores ante River; y con tres mediocampistas, un enganche y dos puntas ante Vélez. Demasiadas variantes para un equipo que todavía no tiene aceitado ni siquiera un modelo táctico.
Otro inconveniente evidente pasa por el momento que viven algunos jugadores, que no se pueden abstraer del clima de la gente. Así, ese nerviosismo se traslada a la cancha, y jugando al ritmo que imponen los hinchas, el apuro se transforma en desesperación. Es allí donde aparecen los pelotazos frontales sin sentido o las patriadas individuales (Marioni, Milito), que indefectiblemente mueren en los pies de los defensores. Como remarca Piazza cada vez que se lo consultan, es verdad que Independiente tiene un plantel muy joven. Si bien muchos de los juveniles tienen condiciones, también les pesa la responsabilidad de cargarse al equipo en los momentos difíciles. Y ante una hinchada tan exigente, la misión se complica aún más.
Ante tantas urgencias ajenas, Vélez fue práctico y aprovechó la ocasión. Con Castillo inspirado un rato y con los volantes dominando en el sector medio, a los de Liniers se le facilitó la tarea. Le sirvió para reconciliarse con su público y para seguir escribiendo líneas en la historia de las paternidades.

 

 

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