Por
iniciativa de una empresa italiana, se instalará por primera vez
en el país una planta a base de sangre made in argentina. La idea
es producir hemoderivados que cubran el total de las necesidades locales
de plasma, de acuerdo a lo estipulado en la ley 22.990, que establece
que a todos los habitantes del país se les debe garantizar la autosuficiencia
en sangre, plasma y hemoderivados. Hasta el momento, del millón
y medio de donaciones de anuales, que representan 300 mil litros, sólo
30 mil son procesados y separados en dos de sus cinco componentes. El
resto se pierde en vericuetos, malos usos, y malasangre, lo que obliga
a que alrededor del 80 por ciento de los derivados del plasma sea de importación.
La empresa, Kevion Spa, mantiene conversaciones avanzadas con el gobierno
porteño para instalar su planta en la ciudad. El Grupo Proyecto
Plasma, en el que participan representantes de ambos gobiernos y de Kevion,
científicos e industriales, trabaja sobre la expectativa de reordenar
los registros de bancos de sangre de todo el país, estipular pautas
de conservación y transporte desde cada provincia, y elevar los
niveles de plasma que llegan a la industria para su procesamiento.
Desde hace tiempo, los científicos de todo el mundo comprendieron
las ventajas de separar el plasma en sus cinco componentes para producir
albúmina, gamaglobulina, factor 8 y 9, y el complejo protombínico.
De ese modo, lo que antes significaba la transfusión de litros
y litros de sangre para que el paciente sólo aprovechara uno de
los componentes, comenzó a transformarse en un aprovechamiento
más lógico. En el país, la ausencia de normativas
que regularan la ley 22.990, impidió que se ordenara la relación
entre los bancos privados y los hemoderivados.
En Argentina hay alrededor de un millón y medio de donaciones
anuales -explicó Jorge Emede, representante de Kevion Spa, a Página/12.
Vienen a ser alrededor de 300 mil litros de plasma, pero sólo unos
30 mil se destinan al sector industrial. El resto se pierde. Si llegara
a la industria, permitiría producir más medicamentos y a
menor costo. El 80 por ciento del mercado de estos productos hoy es de
importación.
Emede citó tres problemas principales en el mapa sanguíneo
argentino. El mal uso del plasma, porque no estaban reglamentados
los complicados mecanismos para mantenerlo en buenas condiciones. Porque
no hay capacidad industrial para separar los cinco componentes. Actualmente,
sólo se pueden procesar albúmina y gamaglobulina en la Universidad
Nacional de Córdoba, donde llegan los 30 mil litros. Y porque no
existe una normativa que regule la relación entre los bancos privados,
que acá constituyen alrededor del 50 por ciento de los bancos,
y los hemoderivados.
También señaló la experiencia de Italia donde, hasta
el 89, se aprovechaban 63 mil litros anuales, contra 475 mil durante
el 2000. Kevion Spa recibe el total del plasma italiano y separa
sus cinco componentes. Es la productora más importante de Europa
y la tercera en el mundo. En el 97, Argentina e Italia firmaron
el Acuerdo de Bologna, donde se promovía la formación de
grupos mixtos para colaborar en avances tecnológicos y científicos.
Kevion se mostró interesada por el mercado argentino y comenzamos
a contactarnos con la embajada argentina, y luego con las autoridades
de Salud y especialistas.
Se conformó el Grupo Proyecto Plasma, con el patrocinio de la Dirección
de Cooperación Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores
y su par italiano, integrado por los agregados de ambas embajadas, científicos
de primera línea, funcionarios de Salud, e industriales. En sus
reuniones llegaron a la conclusión de que el espíritu de
la ley argentina era similar a la italiana, con lo que era posible repetir
la experiencia, y se estableció una propuesta de normativas que
derivó en la resolución 856/2000, dispuesta por el ministro
de Salud Héctor Lombardo.
Mediante esa resolución, se designó al frente del Organismo
Rector de Sangre a Héctor Moguilevsky, se estableció que
las provincias deberán garantizar la entrega de plasma a las plantas
de hemoderivados, se pusieron en funcionamiento centros de coordinación
y control en cadaprovincia, y se abrió la posibilidad de que cada
provincia pueda firmar convenios con las plantas, pagando en moneda por
el servicio en lugar de con parte de los componentes del plasma, como
se hace hasta ahora.
La Kevion y el gobierno porteño analizan la instalación
de la planta en el barrio de Flores Sur. Por lo pronto, hoy, a las 11.30,
el Grupo Proyecto Plasma iniciará su quinta reunión, en
el Palacio San Martín, donde anunciará la apertura de un
curso específico destinado a técnicos de todo el país.
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