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Bandidos
Cuando
un banco americano grande y respetable recibe millones de una institución
financiera que es apenas más que una laptop en una isla del Caribe,
uno esperaría que su personal tuviera curiosidad sobre el origen
del dinero. Pero los principales funcionarios de algunos de los mayores
bancos del país admitieron que sus empleados a menudo no cuestionan
esas cuentas y son involuntarios cómplices del lavado de dinero.
Representantes del Bank of America, Citibank y J. P. Morgan Chase dijeron
en audiencias del Senado a principios de este mes que sus empleados no
monitorearon adecuadamente cuentas offshore del Caribe que fueron encontradas
por investigadores del Congreso lavando millones del crimen organizado.
Estas admisiones dan entidad a un preocupante informe congresional que
dice que algunos de los principales bancos del país les abren una
puerta a bancos bandidos para que depositen y disimulen dinero
generado en actividades criminales en el extranjero. (De Los
laxos hábitos de los bancos de EE.UU., un editorial publicado
ayer por el diario The New York Times.)
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