Por
Raúl Dellatorre
La
versión sobre una futura privatización del Banco Nación
generó ruidos adentro y afuera del Gobierno. Fue una estupidez,
definieron fuentes de la Casa de Gobierno, atribuyendo el origen de la
versión al propio equipo económico. López Murphy
está sobreactuando, para mostrar que hace buena letra ante los
organismos internacionales, explicó la misma fuente. Desde
el sector privado se generó una rápida reacción en
contra, en un abanico que va desde la Sociedad Rural a las entidades que
agrupan a las pymes.
La intención del titular del Palacio de Hacienda, de acuerdo con
la versión recogida por Página/12 y publicada ayer, sería
avanzar en la privatización del Nación en una segunda etapa,
eventualmente después de las elecciones legislativas de octubre.
La prioridad sería cerrar la brecha fiscal en una primera etapa.
Ricardo López Murphy, frente a allegados, no descalificó
esta versión del plan por etapas: la privatización del Nación
no es un tema prioritario en este momento, respondió
a quienes lo consultaron. Manuel Solanet, que ayer juró como secretario
para la Modernización del Estado, sembró más sospechas
sobre una futura privatización, ya que al ser consultado sobre
el tema respondió que estamos estudiando todas las alternativas
de privatización que aún restan en el gobierno, pero recién
dentro de unos días vamos a poder decir algo.
Enrique Olivera, presidente del Banco Nación, salió al cruce
de la versión desde una posición defensiva. Lo que
leí en los diarios es un trascendido, de ninguna manera son declaraciones
de López Murphy, respondió en una entrevista radial,
y subrayó que el presidente De la Rúa ha sido tremendamente
claro respecto de la decisión de mantener como banco público
al Nación. Apuntó, además, que no me
consta que el FMI quiera la privatización del Banco.
Enrique Crotto, presidente de la Sociedad Rural Argentina, reclamó
escuchar primero esa versión del ministro López Murphy,
(porque) hasta acá son suposiciones, pero indudablemente va a ser
difícil llevar (adelante) esta reforma porque no va a tener consenso
político. César Tortorella, vicepresidente de la CGE,
consideró que el país debe tener una banca estatal,
sólida y que dé rentabilidad como da el Banco Nación.
Con la versión que echó a correr sobre el futuro del Nación,
el flamante equipo económico puso en escena dos discursos en apariencia
contradictorios. Por un lado, uno de sus voceros calificados, Juan Luis
Bour (economista jefe de FIEL), se quejó porque los dirigentes
aliancistas Raúl Alfonsín y Carlos Chacho Alvarez
se refirieron en términos condenatorios al fundamentalismo
de mercado y a un eventual nuevo ajuste. Todos estos mensajes
introducen ruido (...); el apoyo que se consiguió a través
del blindaje no se puede dilapidar de ese modo (...). No va a haber un
segundo blindaje, advirtió Bour. Pero por otro lado, el propio
equipo económico lanza la versión de la improbable privatización
del Nación, ya sea como globo de ensayo o como gesto hacia los
que manejan los mercados, generando los mismos ruidos políticos
que López Murphy asegura que quiere evitar.
La
AFIP, con tijera propia
Héctor
Rodríguez, titular de la AFIP, salió ayer al cruce de
versiones que daban como un hecho una nueva reestructuración
en ese organismo. Desde hace meses se viene haciendo una adecuación
de las estructuras y esto ya significó un ahorro importante,
señaló Rodríguez. El propio Fernando de la Rúa
fue quien, el último viernes, había incluido a la AFIP
en la lista de organismos en donde pasará la tijera de los
Murphy Boys. Pero el jefe recaudador lo descartó. En
el último tiempo, el plantel del organismo se redujo en 2500
agentes como consecuencia de los retiros voluntarios, aseveró
Rodríguez. Por otra parte, reveló que en el organismo
se eliminaron 600 dependencias. Personas que ocupaban cargos
de jefe ahora son (simples) empleados, graficó. |
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