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ENTREVISTA A SAUL ZAENTZ, UN MITO DE LA INDUSTRIA
El hombre que todo lo produjo

Descubrió a Creedence y produjo films como �Amadeus� y �El paciente inglés�. Dice que en el cine hay más gente creativa que en el rock.

Por Martín Pérez
Desde Mar del Plata

Sus cartas de presentación son películas como Atrapado sin salida, Amadeus o El paciente inglés. Sin embargo, el productor Saul Zaentz cuenta con orgullo que al decir en voz alta su apellido en alguna aduana, la respuesta que despertó del otro lado del mostrador no fue el nombre de una película, sino el de un grupo de rock: Creedence Clearwater Revival. Es que, antes de ser un respetado productor independiente dentro de Hollywood, Zaentz trabajó en la industria musical. Y fue responsable de descubrir al inmortal grupo de John Fogerty para su sello Fantasy. “La primera canción que escuché de ellos fue ‘Proud Mary’”, cuenta. “Y con eso me alcanzó para decidirme a hacerlos firmar. Sólo había que cambiarles el nombre y así fue como eligieron el de Creedence”.
Presente en Mar del Plata como parte de un seminario de producción del que también participan el legendario actor Ben Gazzara y el productor Al Ruben, Zaentz es un octogenario vital y de permanente buen humor, al que siempre se lo ve junto a su mujer, la japonesa Chika Kujiraoka. Pequeño, de barba canosa y figura proclive a la redondez, Zaentz recuerda a Papá Noel. Pero uno muy particular, cuyos presentes son películas que se destacan por sobre la media de la meca del cine. “He llevado al cine todos los libros que soñaba realmente con producir”, asegura Zaentz. “El primero lo produje apenas comencé con esto, fue la novela original de Atrapado sin salida. Michael Douglas tenía los derechos del libro y yo propuse a cierto director checo desconocido llamado Milos Forman para dirigirla. Para llevar al cine mi segunda novela favorita tardé un poco más de tiempo, pero igual lo conseguí. Estoy hablando de La Costa Mosquito. Así que a estas alturas me siento más que satisfecho”.
Nacido en Nueva Jersey, Zaentz ingresó al negocio musical de la mano del jazz y del blues a mediados de los años cuarenta. Y casi tres décadas más tarde descubrió que también podía producir cine. “Eramos muy ingenuos cuando comenzamos”, recuerda Zaentz, que hoy en día ya no es ningún ingenuo. “Es que en el negocio discográfico existe un cierto margen de error. Uno sabe que no todos los discos pueden ser un éxito. Pero en el cine ese margen se reduce drásticamente”, dice el productor, que asegura disfrutar mucho al hablar en seminarios como el organizado en Mar del Plata. “Me encanta ayudar a que los que se dediquen a lo mismo que yo se equivoquen menos”, confiesa.
Capaz de sacar una anécdota cada vez que aparece en la charla cualquier nombre famoso, Zaentz se resigna al afirmar que Gladiador será la gran ganadora de los próximos Oscar. Pero su preferida es El Tigre y el Dragón, un film que lo ha maravillado. “Aun cuando no tuvo nada que ver con la producción, Saul organizó varias exhibiciones del mismo para sus conocidos dentro de la Academia”, revela su mujer, que cuenta que el último evento social al que los dos asistieron antes de viajar a Mar del Plata fue precisamente una recepción para Ang Lee, el director de dicho film. Fotógrafa de deportes, la polifacética mujer de Zaentz cuenta que su último trabajo antes de emprender este viaje sudamericano acompañando a su marido fue fotografiar a Muhammad Alí con su hija boxeadora. La fotografía no fue, sin embargo, lo que la vinculó al productor. Según confiesa, conoció a Zaentz durante la visita promocional de éste junto a Jack Nicholson, Milos Forman y Michael Douglas para el lanzamiento japonés de Atrapado sin salida. Ella ofició entonces de traductora.
A la hora de hablar de los Oscar, Zaentz también se refiere al último film de su amigo Douglas. “No me gustó para nada cómo está él en esa película”, dice el veterano productor, al que tampoco le ha gustado Chocolate, que reunió a Lena Olin y Juliette Binoche, las dos actrices deotra de sus producciones más conocidas: La insoportable levedad del ser. Otra vez los nombres famosos y otra vez las anécdotas: “Cuando Juliette se separó de su marido Leos Carax, me llamó y me dijo: ‘tengo una noticia que te va a gustar’. Ella sabía que no me gustaba Leos porque la trataba mal, e incluso alguna vez la golpeó. También lamento que se haya separado de Daniel Day Lewis, una buena persona, de la que se hizo muy cercana cuando rodaron la novela de Kundera”.
Para terminar, si se le pregunta a Zaentz sobre la gran diferencia entre la industria discográfica y la cinematográfica, su respuesta es contundente. “Lo bueno del cine es que se puede trabajar rodeado todo el tiempo de gente creativa. Mientras que en el rock la historia es muy diferente. Es difícil encontrar gente creativa en el rock. Cada grupo por lo general tiene apenas un solo integrante de esa clase”, dice, y no puede evitar que se le escape una risita. Y entonces llega el remate: “Si es que lo tiene”.

Recordando a Bresson
Los cinéfilos presentes en Mar del Plata vivieron ayer una velada mágica con la exhibición de una obra maestra del francés Robert Bresson en el Teatro Colón. Rodada en 1959, Pickpocket es uno de los puntos más altos de la filmografía del legendario director, pero lo curioso de la función fue que el film fue exhibido con la presencia de su protagonista, Martín Lasalle. Francés de nacimiento e hijo de un diplomático uruguayo, Lasalle viajó a Nueva York para estudiar teatro con Lee Strasberg luego de trabajar con Bresson. Lasalle contó que lo primero que pensó cuando recibió la invitación para venir a Sudamérica fue en la última frase del film. “En el avión no dejaba de pensar en una nueva versión de aquella frase: ‘Qué raro camino que tuve que hacer para llegar hasta aquí’”, dijo.

 

Recomendados para hoy

Dentro de la hasta aquí sin sorpresas competencia oficial –siempre ha sido lo menos destacable del Festival– hoy se presentarán en el Auditorium la mexicana Su alteza serenísima (a las 9 y 22) y la iraní Shahr-e Zanan (a las 11 y 22). A las 14 en el Auditorium, se repite la interesante visión de la noche caraqueña contenida en el policial venezolano 3 noches. A las 16 en el Cinema 1 es la última oportunidad de ver el film norteamericano George Washington. El último Chabrol, Merci pour le chocolat, se presenta a las 12 en el Ambassador 1, mientras que la demorada The House of Mirth de Terence Davies está anunciada para las 14.30. Habrá que ver si llega la copia. Para las 22 la gran opción es la biopic Pollock, de y con Ed Harris.

 

 

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