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MARCOS EMPIEZA A NEGOCIAR CON EL CONGRESO
La ley del zapatismo

De acuerdo con fuentes zapatistas, el Subcomandante Marcos considera posible un encuentro personal con el presidente Vicente Fox, mientras se negocia la ley de derechos y propuestas indígenas.

El Subcomandante Marcos
escucha el Himno Nacional.
Y reflexiona sobre las últimas propuestas de la Cocopa.

Por Juan Jesús Aznárez
Desde México, D.F.

La primera reunión entre el Subcomandante Marcos y la parlamentaria Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) fue de tanteo y concluyó con magros resultados. El jefe insurgente y los comandantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) prometieron estudiar la propuesta de la comisión: una reunión con 10 diputados y 10 senadores de las comisiones del Congreso que dictaminarán el proyecto de ley sobre derechos y culturas indígenas. Podrán sumarse a esa reunión aquellos legisladores que lo deseen. Mientras tanto, fuentes zapatistas dejaron trascender ayer a la agencia Notimex que Marcos estaría dispuesto a reunirse personalmente con el presidente Vicente Fox en algún momento del futuro.
El encuentro entre el EZLN y los representantes de la comisión que hace cuatro años redactó el proyecto de ley duró dos horas, y se desarrolló en el domicilio capitalino de los rebeldes, la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). El grupo zapatista “recibió la oferta y se comprometió a estudiarla, para después comunicar si la acepta”, informó un comunicado de la Cocopa; publicado la noche del lunes. Poco antes de la reunión, el presidente del gobierno, Vicente Fox, reiteró que “gobierno y zapatistas estamos del mismo lado en las reivindicaciones indígenas y en las reformas constitucionales que consagren los derechos de sus pueblos”. Existen en México 10 millones de indígenas, el 10 por ciento de la población total del país. Fox y Marcos coinciden públicamente sobre la necesidad de hacer justicia con los indios, pero difieren en su interpretación sobre el alcance de la autonomía a conceder a las 57 etnias nacionales.
Las diferencias son más acusadas entre los zapatistas y los diputados y senadores del nuevo partido oficialista, el conservador Partido Acción Nacional (PAN), y el opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI). El Congreso mexicano es el nuevo protagonista de la etapa política acometida por los alzados de Chiapas. “Lograr la paz no corresponde sólo al presidente. El diálogo requiere de una voluntad decidida de todas las partes para abrirle paso al consenso”, declaró Fox. El consenso sobre el proyecto de ley que resumió los acuerdos de San Andrés, firmados en 1996, no acaba de forjarse, y los sectores más reaccionarios temen que la ley abra el paso a amagos independentistas y cause choques civiles por problemas de jurisdicción y por la propiedad de las tierras.

 


 

El “SUB”, SEGUN LOS ANALISTAS
Todos dicen te quiero

Por J. J. A.
Desde México

La cobertura dispensada por la prensa escrita a la llegada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), con 24 páginas en algunos diarios, consolidó el valor político de las capuchas y de la clandestinidad y retrasará tal vez el momento en que el Subcomandante Marcos decida quitarse el pasamontañas. Llenó el Zócalo y se sintió refrendado, pero existen dudas sobre el calado de su mensaje sin su pintoresco atuendo.
La realidad es, según la empresa encuestadora de María de las Heras, que el 50 por ciento de los mexicanos considera al EZLN un movimiento político, y apenas un 25 por ciento, una guerrilla. La sublevación de 1994 y el enmascaramiento de su principal referente han sido herramientas ilegal, la primera, y discutible, la segunda, pero eficaces según todos los análisis porque forzaron la preparación de un proyecto de ley cuya traducción constitucional obligará a la enmienda de siete artículos y afectará al 10 por ciento de la población de México.
La mayoría de los analistas piensa que ha llegado el momento de sustituir la capucha por un activismo a cara descubierta. Los prozapatistas aplauden el ocultamiento del rostro porque consiguió desperezar a los legisladores y puede acelerar la aprobación de la ley. La recepción de la delegación rebelde constituyó un indudable triunfo político, pero existe el peligro de que Marcos subestime la capacidad de maniobra del gobierno, que ha permitido su libre tránsito para demostrar que la ampliación de los espacios de la libertad no es retórica.
“En última instancia, para unos y para otros, la clave futura está en la política. Marcos, en ese sentido, ha ganado mucho –señala Jorge Fernández–. No le vaya a ocurrir como a la vieja izquierda, que, cuando tenía opciones y algunos triunfos en su mano, no sabía ganar y se autoimponía la cultura de la derrota”. Según este comentarista, “salvo la presencia de grupos marginales, los personajes y agrupaciones sociales que se le han acercado en este recorrido no fueron tan numerosas como muchos esperaban”.
La decisión del jefe guerrillero de permanecer en Ciudad de México hasta la aprobación del proyecto de ley ha sido considerada positiva por quienes confían en su conversión en acto político gracias al trato diario con diputados, senadores y funcionarios, y su participación en la nueva dinámica política nacional. El panorama es democrático y muy diferente al padecido por Sebastián Guillén, el universitario detrás del pasamontañas, hasta 1984, año en que decidió armarse en las selvas de Chiapas.

 


 

LOS 100 PRIMEROS DIAS DE VICENTE FOX
El balance del Guanajuato

Por J. J. A.
Desde México

El presidente mexicano, Vicente Fox, el hombre que encabeza la transición nacional más importante en casi un siglo, cumplió sus primeros cien días subrayando que no permitirá chantajes porque “nadie tiene el derecho de acorralar a la democracia y a la nación con actitudes intransigentes”. El jefe de Estado rindió cuentas de su mandato mientras un gobernador del viejo régimen desconoce la ley federal en Yucatán, y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) trata de imponer sus condiciones al Congreso. Fox llegó a los cien días habiendo modificado a la baja las expectativas de crecimiento económico, pendientes todavía proyectos imposibles de ejecutar en tres meses, y con una popularidad aún alta: en torno del 78 por ciento. No obstante, el 48 por ciento de una encuesta observa en su mandato más palabras que hechos.
Fox, sin embargo, ha promovido las libertades, la decencia y la solución pacífica de las controversias con un ímpetu ausente en anteriores administraciones. El dos de julio del pasado año, un político de perfil empresarial y discurso de visionario, derrotó la hegemonía de siete decenios del Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue investido el primero de diciembre. Durante su primer día de gestión al frente de México, el singular jefe de Estado ofreció a sus cien millones de compatriotas, entre ellos diez millones de indígenas, un país nuevo, próspero, democrático, donde la impunidad y el abuso del poder no tuvieran cabida. “Un nuevo estilo y una nueva ética regidos por la transparencia, la legalidad y la tolerancia política han guiado nuestras acciones”, declaró la tarde del lunes en un mensaje a la nación.
Los primeros cien días del mandato a escrutinio se habían cumplido el pasado sábado, día en que la caravana liderada por el Subcomandante Marcos se acercaba a Ciudad de México exigiendo al gobernante acciones concretas para reanudar el diálogo de paz en Chiapas, suspendido en 1996 tras las diferencias surgidas entre el gobierno de Ernesto Zedillo (1994-diciembre del 2000) y el EZLN. De hecho, esa crisis ha ocupado buena parte de la agenda presidencial, y seguirá requiriendo de su atención mucho más tiempo.
Los hechos de mayor impacto económico, los programas sociales destinados a beneficiar a los más pobres están en camino y su consecución marcará la diferencia, reiteran fuentes oficiales. Uno de ellos es la reforma fiscal, y la generalización del IVA, cuyo solo anuncio levantó ampollas entre quienes denuncian, contra el criterio oficial, que perjudicará a los nacionales con menor poder adquisitivo. El margen de maniobra del gobierno es reducido, pues la servidumbre de las diferentes deudas compromete más del 80 por ciento del presupuesto, y el nuevo partido gobernante, el conservador Partido Acción Nacional (PAN) es la segunda minoría en el Congreso, y algunos de los proyectos y reformas ambicionadas requieren de mayorías cualificadas.
La apertura ensayada por el ex gobernador de Guanajuato y ex gerente de la multinacional Coca-Cola, no sólo ha sido económica, incorporando, por ejemplo, a empresarios en la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), sino también política. El zapatismo ha podido salir de las selvas de Chiapas y pregonar en la capital federal sus reclamos; también se avizora una relación más fluida con Estados Unidos, y el otro ranchero al mando: George W. Bush.
“El nuestro es un gobierno republicano que pretende reformar y reconstruir las instituciones nacionales con un sentido de pluralidad, libertad y justicia”, dijo Fox en su primer discurso de rendición de cuentas. El objetivo declarado es instaurar en México un Estado de Derechosubordinado al ciudadano, y la firmeza en el mando debe significar legalidad.

 

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