Por Claudio Zlotnik
Wall Street volvió ayer
a desplomarse arrastrando en esa caída a acciones y bonos argentinos.
Los papeles empresarios líderes retrocedieron 3,1 por ciento en
promedio, en línea con una baja similar en el índice Dow
Jones y del 2,1 por ciento en el Nasdaq (panel tecnológico). El
nerviosismo de los inversores en medio del ajuste en las cotizaciones
impactó sobre el riesgo país, que subió 19 puntos
y terminó en 796 puntos, afectado también por la incertidumbre
sobre el próximo paquete económico. De esta manera, quedó
licuada toda la mejora que el riesgo país había tenido desde
la asunción de Ricardo López Murphy, situándose en
el mismo nivel que mostraba en la caliente jornada previa a la renuncia
de José Luis Machinea. Ese empeoramiento ya impactó sobre
las tasas de interés: el call (tasa interbancaria) subió
casi un punto, del 5,5 al 6,4 por ciento anual, convalidando el costo
más caro pagado por Economía al refinanciar deuda.
A la incertidumbre que genera la marcha de la economía estadounidense
ayer se agregó un nuevo dato: la posibilidad de quiebras bancarias
masivas en Japón debido al derrumbe bursátil que afecta
a ese país (ver página 21). El temor a que ello suceda tumbó
a las bolsas europeas ya que muchos bancos de la región tienen
presencia en la isla del Pacífico. A media mañana, la ola
bajista se expandió a los recintos americanos. En México,
la merma fue del 3 por ciento; en Brasil, el 2,2, y el Dow Jones quedó
por debajo de la barrera de los 10.000 puntos (9973,46). En tanto, el
real se devaluó otro centavo y cerró en 2,08 unidades por
dólar.
La principal preocupación de los financistas radica en la posibilidad
cada vez más cierta de que la economía estadounidense se
encamine hacia un pozo recesivo, a pesar de que la Reserva Federal ya
bajó un punto la tasa de interés de corto plazo. George
Bush, presidente estadounidense, admitió su preocupación
por el derrape de los mercados. El consenso en Wall Street da por seguro
una rebaja adicional de la tasa de medio punto, en la reunión de
la FED del próximo martes. Aunque algunos analistas comenzaron
a especular que esa medida resultaría insuficiente para evitar
la recesión y que Alan Greenspan efectuaría una baja de
75 puntos básicos. Esta sería una muy buena noticia para
López Murphy.
En medio de las turbulencias de los mercados internacionales, queda claro
que la Argentina sale perdiendo. En este marco, los financistas se desprenden
de los activos considerados más riesgosos (como los papeles de
deuda argentinos) e invierten en los más seguros bonos del Tesoro
estadounidense. La venta masiva de los títulos argentinos hace
caer sus precios, con el consiguiente incremento del riesgo país.
Según los analistas, la corrección en Wall Street se debe
a que los precios se están reacomodando al nuevo escenario económico
en los Estados Unidos después de una década de florecimiento.
Y no se detendrá, al menos, hasta que la Reserva Federal baje nuevamente
la tasa. Hay cierta desilusión porque la FED se demora,
enfatizó, en diálogo con Página/12 desde Nueva York,
Arturo Porzecanski, del ABN Amro. Ayer, el precio de futuro de los bonos
estadounidenses de corto plazo descontaba una rebaja de medio punto para
la semana que viene y un cuarto de punto extra para mayo, cuando se realice
otra reunión de directorio de la FED.
Pero más allá de la coyuntura agitada, la flexibilización
de la tasa en los Estados Unidos le dará algo de oxígeno
a la economía argentina. Por cada punto de baja, el país
se ahorra unos 100 millones de dólares anuales por el pago de los
servicios de la deuda. Pero, además, en condiciones más
tranquilas de los mercados, la plaza local podría tornarse más
seductora para los inversores internacionales. Hace una década,
cuando la tasa en Estados Unidos se situaba en el 3 por ciento, se notó
una notoria afluencia de capitales desde el exterior en búsqueda
de inversiones más rentables.
Para Freddie Tomsen, analista jefe del ING Barings, los próximos
días serán decisivos. Se despejarán varias
dudas. Conoceremos la actitud deAlan Greenspan frente a la crisis, también
las medidas del nuevo equipo económico y si éstas cuentan
con el apoyo del ala política del Gobierno, señaló
a este diario.
POR
LA ANSES PASARA LA TIJERA
Asignaciones no familiares
Rodolfo Campero, titular de
la Anses, confirmó el recorte que se aplicará en el organismo
y cuyo contenido fue adelantado por Página/12 en su edición
de ayer. Según Campero, el ajuste ascenderá a unos 550 millones
de pesos, a los que se les debe adicionar otros 300 por diferimientos
en los pagos que se hacen a las AFJP.
El segmento más importante por donde pasará la tijera tiene
que ver con los pagos fraudulentos de asignaciones familiares,
en donde Campero pretende ahorrar unos 180 millones de pesos anuales.
Responden a un dolo, un ilícito, un costo innecesario para
el Estado, señaló el funcionario.
Otro de los ejes del ajuste será en los abusos en las demandas
judiciales. Según Campero, este año se deberán abonar
700 millones (a través de emisiones de bonos) en demandas por liquidaciones
erróneas en la Anses. Por otra parte, otros 100 millones se ajustarán
por la eliminación de jubilaciones de privilegio por encima de
los 3100 pesos. Estas jubilaciones son irritantes, sostuvo.
El recorte en la Anses ya fue acordado con Jefatura de Gabinete y Economía.
Y, tal como publicó este diario, se eliminarán las jubilaciones
de aquellas personas que estén cobrando salarios en el Estado y
habrá una reestructuración en la línea gerencial
del organismo, sin tocar para nada al resto de la masa laboral,
refirió el funcionario. Campero confirmó que en la actualidad
existen 16 gerentes de primera línea y otros 82 en la segunda.
Lo aceptable sería tener seis o siete gerentes, manifestó.
Otros ahorros importantes se obtendrán con la concentración
de la recaudación en el Banco Nación y en los provinciales
(40 millones), y en el arancelamiento de los servicios que la Anses presta
a compañías privadas, que aportaría unos 10 millones
de pesos anuales.
|