Por Fernando Cibeira y José Natanson

El plan de Ricardo López Murphy todavía no se conoce, pero ya provoca trifulcas. Por donde se lo difunde –ya sea a través de trascendidos, adelantos o papers– genera problemas: así sucedió en la reunión que mantuvo el ministro con algunos legisladores de la Alianza el martes por la noche. Los diputados le explicaron que en un año electoral esas medidas eran inviables, a lo que López Murphy reaccionó amenazando con su renuncia. Esto dio pie a una serie de versiones in crescendo que Fernando de la Rúa tuvo que salir a frenar en persona. “Eso es totalmente negativo”, dijo el Presidente. La situación interna de la Alianza quedó en estado de indefinición: todo depende de las medidas que Economía prepara en el mayor hermetismo y que se darán a conocer entre hoy y mañana.
El nuevo jefe de Hacienda ya había tenido un anticipo de lo que se le venía durante la reunión de gabinete del martes. Allí, los ministros del Interior, Federico Storani, y de Educación, Hugo Juri, con cuidado, le habían marcado los límites políticos que le veían a algunas de las propuestas que habían aparecido en los medios. Por ejemplo, la reducción de los salarios familiares, la privatización del Banco Nación, el arancelamiento universitario y los recortes a jubilaciones o al fondo de incentivo docente. Precisamente, entre los variados rumores que circularon ese día y que se repitieron ayer, las renuncias de Storani y Juri lideraban el rating.
Con menos diplomacia, el choque se repitió unas horas más tarde en la reunión organizada con legisladores aliancistas en la Casa Rosada. López Murphy ya había dicho que necesitaba que sus medidas tuvieran apoyo político, por eso quiso adelantar su contenido general a los autoridades de los bloques del oficialismo. Pero la jugada tuvo un resultado bien distinto del esperado. Los diputados del Frepaso, Darío Alessandro y Rodolfo Rodil, encabezaron la resistencia al paquete de ajuste armado por el equipo económico de FIEL.
Preocupados por la cercanía de las elecciones, los legisladores argumentaron que medidas de ese tipo provocarían un daño irreparable a las posibilidades de la Alianza. También le adelantaron lo complicado que les resultaría que el Congreso apruebe las leyes necesarias para poner en marcha el paquete. Del encuentro participaron también el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, y Storani, más el presidente provisional del Senado, Mario Losada, el jefe de la Cámara baja, Rafael Pascual, y los diputados Raúl Baglini y Jesús Rodríguez. López Murphy no asimiló bien las resistencias. “Entonces, búsquense otro ministro”, les habría dicho a quienes lo cuestionaron.
Con semejante salida, resultó natural que, en medio de la ebullición en la que vive inmersa la Rosada, las versiones sobre la renuncia de López Murphy se propagaran hasta llegar a su clímax, a eso de las 20. Entonces, la información apareció como un hecho, y la consiguiente placa roja, en Crónica TV. El Presidente debió salir a desmentir que se fuera su ministro de Economía, a sólo nueve días de haber asumido y cuando todavía no presentó su plan. “Dejen de hacer caso a versiones”, pidió De la Rúa, y añadió que había instruido a la oficina de prensa de Economía para que emitiera un comunicado al respecto.
Fue un corolario digno a otro día repleto de rumores, una constante desde la salida de José Luis Machinea. Por la tarde, luego de la sesión, un grupo de diputados del Frepaso se reunió en el despacho de Alessandro. Aunque el tema original era la reforma previsional, la discusión se trasladó naturalmente a la economía. Mientras, un grupo de radicales conversaba sobre lo mismo en una oficina cercana. Con más dudas que certezas, los legisladores evaluaron las diferentes versiones del supuesto plan económico y coincidieron en que los puntos más conflictivos no contarán con el aval del Congreso.
Según comentaba después una fuente del Comité Nacional de la UCR, un diputado radical que integra la comisión de Presupuesto y que tiene buendiálogo con López Murphy partió a Economía para transmitirle al ministro la posición del bloque. “Hay que buscar un consenso”, fue el mensaje que no sólo alude al contenido del paquete sino a otro de los insistentes rumores que circularon ayer: el que indicaba que López Murphy estaba preparando un megadecreto de necesidad y urgencia para apurar el recorte. Lejos de resolverse, es probable que el clima de incertidumbre, operaciones cruzadas y rumores continúe hasta que se conozca de boca de López Murphy cuáles serán sus primeras medidas. Ayer, un importante funcionario del Gobierno con acceso cotidiano al despacho presidencial aseguraba que la presentación se realizará hoy por la tarde, acompañada quizás por un mensaje nocturno por cadena nacional. Pero un vocero de Economía le enmendó la plana anoche y explicó que el anuncio se demorará hasta mañana.
Desde que asumió el cargo, López Murphy realizó una serie de contactos más o menos furtivos con los funcionarios más importantes, los legisladores con poder dentro del bloque aliancista y las figuras del Frepaso en el Congreso con el objetivo de encontrar un sustento político a su inminente plan. Pero la reacción fue la opuesta a la esperada y ahora el flamante ministro deberá optar entre dar marcha atrás con algunas de las severas medidas de ajuste que venía estudiando o enfrentarse directamente a buena parte de la Alianza. Una disyuntiva difícil, que deberá resolver más pronto que tarde.

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