Por Nora Veiras
Para el caso de la escuela
primaria, la Argentina tiene una relación de 13 alumnos por docente,
mientras que el promedio de los países encuestados es de 18 (...)
Calculado de esta manera, el excedente de cargos docentes
en todo el país es aproximadamente 160.000.
La estabilidad laboral docente debe ser eliminada quedando en poder
de los órganos directivos de las escuelas públicas autónomas
y de las escuelas privadas, sin distinción, la decisión
de contratar, transferir y rescindir los contratos docentes.
La reducción inicial del presupuesto universitario se supone
en el equivalente a 580 millones de pesos al tener que asumir la formación
docente. Y la reducción final, al cabo de 5 años, se estima
en 1200 millones. El presupuesto remanente de 600 millones sería
el máximo a ser destinado anualmente a los programas de becas,
a subsidiar las tasas de interés de los préstamos estudiantiles
y a cubrir la morosidad de los mismos.
Estas son tres de las propuestas delineadas por la Fundación de
Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) y el Centro
de Estudios Públicos (CEP) en su libro Educación para el
siglo XXI. Propuesta de reforma. De FIEL surgió no sólo
el ministro de Economía, Ricardo López Murphy, sino también
los hombres más influyentes de su gabinete, Daniel Artana (Hacienda)
y Manuel Solanet (Reforma del Estado). El proyecto privatizador de estos
economistas es explícito. Ante tal evidencia resulta absurdo esperar
otra cosa. En las provincias, el sector educativo es el de mayor incidencia
en la administración pública, ergo, es imprescindible su
achicamiento si se quiere reducir el déficit fiscal. Al equipo
de López Murphy lo convocaron por sus antecedentes pero ahora desde
los sectores progresistas del Gobierno no quieren opinar sobre
las hipótesis de posibles medidas. En Educación
dicen que están expectantes.
Todos pagan
El arancelamiento no aparece sólo como una alternativa insoslayable
para la universidad sino también para el resto del sistema. En
la página 53, la investigación liderada por María
Echart, Mónica Panadeiros y Horacio Piffano, entre otros, advierte
que la magnitud de las crisis fiscales nacional y provincial limita
seriamente la posibilidad de aumentar los recursos públicos durante
los próximos años. Una mayor participación del arancelamiento
escolar es la única manera de conciliar el equilibrio fiscal con
la necesidad de mayores recursos dedicados a la educación. Esta
propuesta sugiere el pago (opcional) de aranceles en colegios que atienden
sectores de ingresos medios y altos, mientras que los recursos públicos
se focalizan al financiamiento pleno de la educación en los sectores
de menores ingresos.
El estudio abunda en los montos posibles de cuota que podrían establecer
las escuelas sobre el subsidio por alumno que entregaría el Estado.
El arancel por alumno que concurra a escuelas parcialmente subsidiadas
y que no sea becado sería de 300 pesos anuales en el preescolar,
de 768 pesos en el primer y segundo ciclo de la Educación General
Básica (EGB), 1152 en el tercer ciclo de la EGB, y 1536 pesos en
el Polimodal.
La redefinición del Estatuto Docente que plantea FIEL es, en realidad,
la eliminación. Los docentes deben estar motivados con sistemas
remunerativos que premien la capacidad y el esfuerzo, y no tengan acceso
a privilegios que incentivan la desidia laboral. Las escuelas deben estar
forzadas a competir en un mercado libre, a través de la mejora
de sus resultados educativos, para lo cual deben renovar y mejorar continuamente
sus planteles docentes y hacer un uso eficiente de sus recursos económicos,
explican, y proponen que junto con la estabilidad laboral debe eliminarse
la remuneración por antigüedad y cualquier otro concepto que
implique la fijación de valores remunerativos mínimos por
cualquier motivo. En plan de suprimir privilegios también
impulsan la eliminación de las restricciones a la contratación
como maestros o profesores de profesionales que no hayan hecho una carrera
docente, pero que tengan un nivel de estudios similar al mínimo
exigido para el plantel de las escuelas de formación docente.
Para conseguir remuneraciones atractivas que devuelvan la autoestima y
el prestigio al maestro es que declaran como condición la supresión
del Estatuto. Las mayores remuneraciones docentes por hora trabajada
se estiman en 1540 millones, lo cual supone un crecimiento de la remuneración
por hora trabajada de aproximadamente un 32 por ciento, estima el
informe, y promete que los incrementos remunerativos para docentes
que decidan pasar a un régimen laboral de 35 horas semanales serían
sin embargo sustancialmente mayores (alrededor de 132 por ciento).
Los pobres
En Educación para el siglo XXI... explican que los problemas
culturales y familiares son influencias muy poderosas, difíciles
de compensar totalmente. El enfoque sugerido es una exigencia igualitaria
durante los primeros años de escolaridad, acompañada por
políticas y exigencias compensatorias, pero una previsión
de que en muchos casos subsistirán diferencias de rendimiento que
se agrandarán con el correr de los años y que es necesario
atender con la existencia de una oferta diversificada. Estas diferencias
se harán más evidentes si se adopta una política
de exigencia académica uniforme durante los primeros años
de educación básica. (...) Por eso proponemos un diferimiento
en el tiempo de la aprobación de la educación básica
y la complementación simultánea con una enseñanza
de oficios, que permita una salida laboral una vez obtenida la certificación
de la educación básica.
FIEL puso la mira sobre la educación para hacer mucho más
que un ajuste. En el Palacio Sarmiento sólo confían en que
la realidad le ponga límites al fundamentalismo de mercado del
equipo económico.
El dumping de la gratuidad
universitaria
Por N. V.
El arancelamiento universitario es la bandera que hacen flamear
desde hace años los economistas del establishment como requisito
para solucionar la escasez de fondos públicos para el sector.
FIEL abreva en esa alternativa porque el tema central es que
la provisión gratuita de educación superior para una
gran parte del alumnado que está en condiciones de pagar
sus estudios o de contraer préstamos, es al mismo tiempo
una injusticia social y un incentivo indebido a la concurrencia
de alumnos no preparados o insuficientemente motivados.
Hasta ahí el argumento no se aparta de los habituales planteos
de equidad. Sin embargo, en el párrafo siguiente de la página
216 de Una educación para... aparece sin eufemismos el potencial
negocio que inspira la equidad del nuevo think tank: La participación
de la educación privada, si bien es cierto tiene mayores
facilidades regulatorias que en los países europeos, lo que
ha permitido el desarrollo reciente de algunas instituciones educativas
de calidad comparable a los países desarrollados, no ha tenido
un desarrollo similar al de los Estados Unidos, los países
orientales o Chile, como consecuencia de la desventaja competitiva
que significa la gratuidad en la educación pública
y por restricciones en la apertura de nuevas instituciones.
El libro no detalla montos para las cuotas pero teniendo en cuenta
que propone la reducción a un tercio del presupuesto es elemental
inferir que no sería un costo simbólico. Por otra
parte, para que las casas de estudio privadas no sufran el dumping
de las públicas es obvio que el pago tendría que ser
significativo.
Dado el alto costo político que significaría para
un gabinete plagado de egresados de las universidades públicas
terminar con la gratuidad, en la Rosada evalúan que a
lo mejor no lo proponen pero al subejecutar las partidas presupuestarias
ya el año pasado giraron un 10 por ciento menos de
los 1800 millones obligarán a caer en esa medida.
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