Por Laura Vales
Las zapatillas firmadas por
Carlos Ruckauf resultaron ser sólo el botón de muestra.
Ayer aparecieron, a lo largo de toda la provincia, nuevos productos del
particular cotillón de campaña del gobernador: bolsas de
azúcar y de fideos destinadas a los barrios pobres del conurbano,
guardapolvos acompañados de cartas y hasta cortinados de teatros
con la firma de Ruckauf en tamaño gigante. Mientras la oposición
formaba fila para acusarlo de estar haciendo clientelismo político,
el gobernador defendió a muerte la etiqueta con su autógrafo
en las zapatillas. Así evito que me las roben o me las comercialicen,
sostuvo.
Las bolsas de azúcar con la firma de Ruckauf fueron mostradas por
el intendente de Lomas de Zamora, Edgardo Di Dío (Alianza). Las
están mandando en las cajas de asistencia alimentaria del Plan
Vida, que en este distrito llega a 65 mil familias, dijo a Página/12
el jefe comunal. De acuerdo con los datos reunidos en la intendencia,
la firma del gobernador empezó a aparecer en las bolsas hace
un mes o un mes y medio y ya se habría extendido a otros
paquetes, como los de fideos, de los alimentos destinados a los más
carenciados.
La noticia de los guardapolvos con cartas de Ruckauf (y su esposa) llegó
desde La Plata. Lo denunciaron el diputado Horacio Piemonte y la senadora
Susana Moledo. Los delantales no tienen inscripción, pero se
están entregando acompañados por una esquela proselitista,
explicó Piemonte.
La nota está dirigida a los padres y dice: Queremos, como
siempre, estar cerca de ustedes; esta pequeña colaboración
es solamente un signo de nuestro vínculo que intenta ayudar en
el crecimiento y desarrollo de sus hijos y que deseamos se vaya acrecentando
cada día más. Debajo se distinguen las firmas de Marisa
y Carlos Ruckauf. Y un logo del Consejo Provincial de la Familia, donde
estuvo la esposa del gobernador, quien renunció a ese cargo para
retomar su actividad como jueza en lo laboral.
Piemonte apuntó que los guardapolvos se reparten con el mismo
sistema que las zapatillas, es decir, a cada escuela de acuerdo con los
cupos de sus comedores. El diputado fue quien denunció, junto
con Susana Moledo, que los miles de pares de zapatillas que estaban llegando
a los consejos escolares de la provincia para ser repartidos en las escuelas
más pobres llevaban la firma de Ruckauf.
Está colocada sobre la tela blanca de la lengüeta, sobre una
etiqueta cosida en la que, por debajo de la rúbrica en negro, se
lee la frase que identifica al gobierno de Ruckauf: Buenos Aires
para todos. Junto con la denuncia, la oposición exigió
que se quite la propaganda política del calzado antes
de entregarlo.
A Ruckauf no hizo falta que le preguntaran cómo le cayó
la exigencia. Estoy muy caliente, anunció en declaraciones
radiales, antes aún de que alcanzaran a hacerle la primera pregunta.
Después adujo que mediante esa etiqueta se evita la comercialización
o robo del calzado, y afirmó que la donación es una
obra de amor. Le recordaron que uno de los argumentos de la oposición
es que el dinero con que se compraron las zapatillas (835 mil pares) es
de todos los bonaerenses y no exclusivo del gobernador. Ruckauf contraatacó
al sostener que los políticos de la Alianza están
cubriendo así su propio fracaso. Estoy regalando
800 mil pares de zapatillas a los chicos que no tienen, y critican que
la lengüeta tiene mi firma, se ofuscó. Es una
demostración de aquellos que se ocupan de criticar y cuando llegan
al gobierno fracasan.
El calzado deportivo fue comprado a un costo de 4,10 pesos el par y el
estampado de la firma tiene más de un antecedente:
Se la pudo ver durante el Festival
de Cine de Mar del Plata en los cortinados del teatro Auditorium.
También haciendo de
fondo en los escenarios para el ciclo de espectáculos gratuitos
que este verano ofreció la provincia. Algunosartistas, como Fito
Páez, se negaron a actuar hasta que se quitase lo que consideraron
como un signo de proselitismo.
Durante los Torneos Juveniles
Bonaerenses, Ruckauf gastó cerca de medio millón de pesos
en ropa para los chicos. Todas las prendas tuvieron, en tamaño
extra, la rúbrica de Ruckauf: en las camperas azules, en el brazalete
de los buzos blancos, en las remeras y en los joggings.
En medio de las críticas cruzadas entre la oposición y el
gobernador, el vicegobernador Felipe Solá dio la nota. No quedó
muy claro si para despegarse o por incauto, Solá calificó
la aparición de la firma en las zapatillas como una alcahuetería
poco feliz. Me parece una exageración y espero que
sea un acto de alguien más papista que el Papa que quiso quedar
bien con el gobernador, enfatizó el vicegobernador. Pero
minutos más tarde fue el propio Ruckauf el encargado de aclarar
que no se trataba de ninguna alcahuetería.
Todos los palos, todos
Los legisladores nacionales y bonaerenses de la Alianza se encolumnaron
para denunciar la práctica perversa de usar las necesidades
de la gente para hacer campaña política. Estas
fueron las principales reacciones:
El senador bonaerense
del Frepaso Ricardo Vallarino denunció el caso penalmente
ante la Justicia de La Plata, bajo el cargo de presunta malversación
de fondos.
Los diputados nacionales
por la provincia de Buenos Aires pidieron que se quiten las etiquetas
con la firma de Ruckauf. Eduardo Macaluse, Irma Parentella y otros
seis legisladores mandaron este reclamo por carta al gobernador.
Los diputados bonaerenses
anunciaron que impulsarán un repudio legislativo. Pedro Azcoiti
recordó que cuando pidió informes sobre el tema, Ruckauf
lo tildó públicamente de pavote. Los intendentes
Martín Sabatella (Morón) y Di Dío acusaron
al gobernador de inmoralidad.
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