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Se sabe, las canchas son un lugar donde suele aflorar buena parte del
racismo argentino. Para plantarse in situ contra el fenómeno, el
próximo fin de semana, todos los equipos saldrán a la cancha
enarbolando una bandera con un mensaje que llama a una convivencia mejor.
La iniciativa pertenece al Instituto Nacional contra la Discriminación
(Inadi), que hizo el acuerdo con la AFA, y se inscribe en el marco de
las jornadas que se llevarán a cabo el sábado y domingo
en conmemoración del Día Mundial contra la Discriminación.
El epicentro de la movida será el Parque Centenario, donde habrá
música y baile, y la presencia de más de 50 organizaciones
no gubernamentales que mostrarán su trabajo y brindarán
asesoramiento sobre el problema de la discriminación.
“Se trata de llamar la atención sobre las distintas formas
en que la discriminación se va propagando en nuestra sociedad”,
argumentó Raúl Zaffaroni, titular del Inadi, al explicar
los objetivos de las jornadas. Según estimó, por día
se reciben en ese organismo casi cuarenta denuncias sobre distintos tipos
de discriminación, en su mayoría relacionadas con discriminación
por etnia, por edad o por discapacidad. “Pero cuidado, que cuando
hablamos de estas estadísticas hablamos de la gente que se anima
a denunciar, y no de la cantidad de casos que se dan realmente”,
aclaró el funcionario. “Que no haya demasiados casos que nos
lleguen por discriminación hacia la mujer, por ejemplo, no significa
que no haya mujeres discriminadas”, agregó.
La titular del Consejo Nacional de la Mujer, Carmen Storani, que participó
en la presentación de las jornadas, explicó el porqué
del fenómeno: “Hay formas muy expresas de discriminación,
como la diferencia de salario, de niveles de empleo entre hombres y mujeres.
Pero hay mecanismos discriminatorios que son casi invisibles, y contra
los que cuesta mucho luchar si no se dan a conocer. La intención
de estos actos es sensibilizar a la sociedad sobre el problema de la discriminación”.
El Día Mundial contra la Discriminación es en realidad el
21 de marzo, pero las actividades fueron adelantadas aquí para
que no se superpongan con los actos por el aniversario del golpe. En el
marco de esas jornadas, el sábado será un día dedicado
a la música: actuarán Sandra Mihanovich, Julia Zenko, La
Portuaria, Estirpe, el Coro Kennedy y la Orquesta Tango Ciudad, entre
otros. También participará la actriz Ana María Giunta
con una obra de teatro breve, y el cierre estará a cargo de dos
murgas: Los Rengos del Bajo y Los Preferidos de Villa Urquiza. El domingo,
la cosa viene de baile: actuarán grupos de colectividades como
la boliviana, la paraguaya, la española, la rusa y la griega. El
broche de oro lo pondrá la actriz Luisa Calcumil, representante
de la comunidad mapuche.
En las canchas, por su parte, en todos los partidos que se jueguen mañana,
el sábado y el domingo, ya sea de Primera, Primera “B”
Nacional y Primera “B”, los equipos entrarán al campo
llevando una bandera con la leyenda “Contra la discriminación,
para convivir mejor”.
Esas actividades completan una campaña radial contra la discriminación.
El diálogo que reproduce uno de esos spots –en los que participaron
Norma Aleandro, Lalo Mir, Víctor Hugo Morales, Luis Brandoni y
Osvaldo Bayer, entre otros– dibuja el mapa de la discriminación
en Argentina:
–¡Qué discriminadores! ¿Viste que, en España,
a los argentinos nos llaman sudacas?
–Ajá. Che, decime... ¿Y en qué país le
dicen “bolita” a los bolivianos, “paragua” a los paraguayos,
y a los peruanos...?
LEGISLADORES
DENUNCIAN AL PRESIDENTE DEL ORSNA
El informe de la controversia
Eduardo Sguiglia, presidente
del ente regulador de aeropuertos (ORSNA), fue denunciado ante la justicia
penal, acusado de haber modificado un informe elaborado por la comisión
que analizaba el futuro del Aeroparque Jorge Newbery. Según las
denuncias de los legisladores porteños María Laura Leguizamón
y Víctor Santa María, de Encuentro por la Ciudad, por un
lado, y de Edgardo Carranza, presidente de una asociación de protección
a los pasajeros, por otro, Sguiglia modificó el informe de la comisión,
haciendo énfasis en una de las tres propuestas –que propone
ubicar al aeroparque en una zona de relleno ganada al río–,
y presentó el estudio ante la Comisión Bicameral que analiza
el tema, como si se tratara de un hecho ya cerrado bajo el título
de “Informe Final”. Para Sguiglia tales modificaciones no existieron:
aseguró a este diario que “apenas son correcciones de sintaxis”,
y consideró que todo se trataba de “un gran dislate”.
El debate continuará ahora en el juzgado federal de Rodolfo Canicoba
Corral, bajo la calificación de falsedad ideológica de documento
público, defraudación e incumplimiento de los deberes de
funcionario público.
En marzo del 2000, fue creada la Comisión Interjurisdiccional,
conocida como Comisión 53, para estudiar las diferentes propuestas
sobre el futuro del Aeroparque Jorge Newbery. Estaba conformada por representantes
de la ORSNA, de la Secretaría de Transportes nacional, de la Fuerza
Aérea, y de las secretarías porteñas de Obras y Servicios
Públicos y de Planeamiento Urbano. Sobre todas las propuestas fueron
seleccionadas tres: la ubicación en una aeroisla en medio del Río
de la Plata; sobre terreno costero en una zona de relleno; y su traslado
a Ezeiza. La comisión analizó las tres opciones.
En su informe, denominado Informe Ejecutivo, la 53 no se expresó
claramente a favor de ninguno de los tres proyectos, sostuvo que la diferencia
en puntajes entre ellos era ínfima, y que correspondía seguir
con un estudio específico para recién entonces tomar una
decisión final. A fines de agosto, la 53 elevó el texto
a sus respectivas jurisdicciones.
El 15 de setiembre, según afirma Carranza en su denuncia, “los
miembros de la Comisión admitieron que habían sido citados
a una reunión para que cambiaran su informe a lo que se negaron”.
Pero, según los denunciantes, Sguiglia redactó un informe,
al que tituló Informe Final, que llevó a la Bicameral, “presentándolo
como definitivo, y en el que recomienda el proyecto del relleno como el
más apropiado. Ayer, Sguiglia calificó a las denuncias como
“un dislate”, sostuvo que “fueron leves correcciones sintácticas,
también reemplacé los nombres de las empresas por los de
ideas genéricas. Pero respeté el orden que fijó la
comisión”. Ahora, Canicoba Corral deberá determinar
si Sguiglia incurrió en defraudación, adulteración
e incumplimiento de sus funciones.
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