Por Martín
Pérez,
Desde Mar del Plata
Uno es un film de época
que comienza con un personaje que parece Orson Welles directamente escapado
de Sed de mal, aunque rápidamente termina siendo protagonizada
por otro más cercano a Cantinflas. Sin embargo, este nuevo personaje
abandonará rápidamente su ingenuidad inicial de actor cómico
para terminar más cerca del cinismo del Welles de El tercer hombre.
La otra es una película joven y sensible, con una banda de sonido
capaz de unir a Asian Dub Foundation con Fito Páez, y una historia
que cuenta el nacimiento de la amistad entre primos lejanos en un viaje
de iniciación que es literalmente un entierro.
La ley de Herodes y Por la libre, los dos films en cuestión, tienen
un par de cosas en común: son mexicanos y su exhibición
de ayer en Mar del Plata despertó sinceros aplausos entre los espectadores
y demostró que Amores perros no fue casualidad. Algo está
cambiando dentro del cine mexicano y, aunque poco tengan que ver estos
films con él, al menos ahora Ripstein no está tan solo a
la hora de hablar del cine mexicano fronteras afuera.
Dirigida por Luis Estrada, La ley de Herodes (repite el sábado
a las 22, en Del Paseo 1) es una farsa política, algo que en el
México de antes de Fox equivalía a decir una farsa sobre
el PRI, el partido gobernante durante décadas. Y también
de época, aunque eso sea dejado de lado fácilmente. Gran
éxito y polémica en México cuando se estrenó
dos años atrás, La ley... cuenta cómo un ingenuo
militante de pocas luces (un buen tipo... o sea: un pendejo)
se convierte a fuerza de la didáctica de la realidad política
imperante en México en un político mañoso y
astuto. Una de las tantas gratas sorpresas del film es la aparición
del director Alex Cox en el papel de un gringo más ventajero que
cualquier mexicano.
Por la libre, en cambio, es una suerte de road movie que cuenta el encuentro
de dos primos muy diferentes, reunidos para hacer cumplir la voluntad
de su abuelo recién fallecido. Su última voluntad es que
sus cenizas sean esparcidas en el mar de Acapulco, algo que sus hijos
no parecen demasiado preocupados en cumplir. Y ahí es cuando comienza
la aventura. Pequeña y simpática, en esta ópera prima
en la que se deja escuchar Al costado del camino, de
Fito Páez, acompañando el viaje de primos y las cenizas
hacia Acapulco el debutante Juan Carlos de Llaca demuestra una buena
mano para construir personajes y llevar su pequeña historia de
comienzo a fin. Por la libre no está anunciada para lo que queda
de Festival pero, al igual que La ley de Herodes, ya tiene distribuidor
en Argentina.
Pero no sólo el cine mexicano asoma en Mar del Plata. Si en otros
años la constante aquí era una avalancha de films de las
procedencias más exóticas la sección Contracampo,
de hecho, puede vanagloriarse de haber presentado al iraní Kiarostami
dentro del medio local, este año el cine latinoamericano
es una abundante una caja de sorpresas, poco explorada. Además
de Por la libre, Monos con navaja es otra de las películas jóvenes
de la sección latinoamericana a las que vale la pena acercarse.
Dirigida por el argentino Stanley Gonczanski (más conocido como
Stanley, y radicado en Chile hace muchos años), Monos... es la
adaptación de una pieza teatral colectiva chilena. Rodada en apenas
cuatro días y con varias cámaras en simultáneo, el
film reúne lo mejor del teatro joven trasandino y remite claramente
a Tarantino por las referencias a las drogas, armas y mucha sangre. Sin
embargo, lo mejor del film es su acentuado color local en los diálogos
bien al estilo del director de Tiempos violentos, que obligaron
a subtitular el film en español. El film de Stanley cuenta con
música de Gustavo Cerati y está programado para la trasnoche
del sábado en el cine Del Paseo 1.
Recomendados para
hoy
Esta tarde es la última oportunidad para ver a la gran
sorpresa dentro de la competencia oficial, la francesa Les blessures
assessines. El caso de las hermanas Cristine y Lea Papin dos
mucamas que asesinaron a sus empleadores en la Francia de los años
30 es desarrollado minuciosamente por el director Jean
Pierre Denis, creando un mundo habitado por padres que no dudan
en abusar de sus hijas, madres dominantes y patrones abusivos, un
cóctel que conduce a las hijas al lesbianismo y al asesinato.
Otro de los atractivos de la jornada de hoy es Comédie de
linnocence, el último film del chileno Raúl
Ruiz (Cinema 1, a las 14), así como la proyección
en trasnoche del último opus del homenajeado Oliver Assayaas:
Les destinées sentimentales.
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