“¡Despierta,
Argentina!”, es el título del texto publicado ayer por el
correo de lectores de The New York Times. Pertenece a John Broome, de
California, un turista que acaba de volver del país y quiere levantar
la autoestima nacional. Buenos Aires, dice, “puede rivalizar con
cualquier ciudad del mundo”. Los hombres son “apuestos y amistosos”,
“las mujeres están entre las bellezas del mundo”. Y están
los vinos, la carne, el cuero, los granos, los jugadores de polo y de
fútbol. Pero, se pregunta Broome, ¿por qué no están
los vinos y la carne argentinos en los Estados Unidos? ¿Por qué
no se limpian las calles? “Un funcionario que recibe una coima o
malversa fondos públicos es un delincuente común. Encarcélenlo.
Está matando la economía y el orgullo como nación”,
dice también. Lo más significativo, sin embargo, es el título
que el diario puso a la carta sobre la Argentina: “¿Dormida
o en coma?”.
“¡Despierta,
Argentina!”, es el título del texto publicado ayer por el
correo de lectores de The New York Times. Pertenece a John Broome, de
California, un turista que acaba de volver del país y quiere levantar
la autoestima nacional. Buenos Aires, dice, “puede rivalizar con
cualquier ciudad del mundo”. Los hombres son “apuestos y amistosos”,
“las mujeres están entre las bellezas del mundo”. Y están
los vinos, la carne, el cuero, los granos, los jugadores de polo y de
fútbol. Pero, se pregunta Broome, ¿por qué no están
los vinos y la carne argentinos en los Estados Unidos? ¿Por qué
no se limpian las calles? “Un funcionario que recibe una coima o
malversa fondos públicos es un delincuente común. Encarcélenlo.
Está matando la economía y el orgullo como nación”,
dice también. Lo más significativo, sin embargo, es el título
que el diario puso a la carta sobre la Argentina: “¿Dormida
o en coma?”.