Por Eduardo Tagliaferro
Estamos en el Gobierno
y en la Alianza, por lo menos hasta hoy, fue la definición
que entregó a este diario una de las funcionarias que participó
del encuentro que a última hora de ayer realizaron en el Hotel
Savoy los frentistas que están en el gabinete nacional. La frase
da cuenta del nuevo escenario que desatarán las futuras medidas
económicas del ministro, Ricardo López Murphy y del dilema
al que se enfrentan los seguidores de Carlos Chacho Alvarez:
privilegiar la responsabilidad institucional y por tanto aceptar, aun
con leves críticas, un nuevo ajuste o bien defender su identidad
partidaria y oponerse al continuismo del neoliberalismo que reinó
durante los diez años de gobierno de Carlos Menem.
Para los frentistas, el anochecer era tan agitado como el comienzo de
una jornada en la que sus integrantes analizaron distintos escenarios
políticos que no casualmente los encaminaban a una posible ruptura.
Por la mañana, el diputado José Vitar había sostenido
que estamos sometidos a una suerte de chantaje de los mercados.
La tasa de riesgo país baja o sube en relación a la cantidad
de sangre que se anuncie en las medidas de ajuste. Y apenas se plantea
algún tipo de observación política, sube el riesgo.
Los dichos de Vitar no fueron los determinantes en el aumento del riesgo
país producido ayer pero sí caldearon el turbio clima por
el que atraviesa la Alianza. Preocupado por los dichos del legislador,
una de las manos derechas del líder frentista, el presidente Fernando
de la Rúa se comunicó con Alvarez. De la Rúa instó
a los frentistas a calmarse y a que acompañen las futuras medidas
del Gobierno. Luego de hablar con el propio Presidente, el legislador
volvió sobre sus pasos y mediante un comunicado de prensa que
fue aplaudido en la Rosada aclaró que en ningún
momento me manifesté en contra de medidas que todavía no
se conocen oficialmente, salvo por trascendidos periodísticos.
Las idas y vueltas del diputado tucumano no hacen más que reflejar
las marchas y contramarchas de su fuerza política. No creo
que estemos en una situación de default, pero reconozco que estamos
siendo sometidos a una presión de los acreedores externos vinculados
con la especulación. En verdad en el Frepaso no estamos discutiendo
nada, dijo a Página/12 un destacado dirigente frentista.
Discutir fue lo que intentaron hacer los funcionarios que a última
hora de ayer se reunieron en el primer piso del Savoy. Allí se
encontraron la subsecretaria de Derechos Humanos, Diana Conti, la flamante
vicejefa de Gabinete, Graciela Fernández Meijide, el secretario
general de la Presidencia, Ricardo Mitre, el ministro de Desarrollo Social,
Marcos Makón, la viceministra del Interior, Nilda Garré,
la secretaría de Ciencia y Técnica, Adriana Puiggrós,
el secretario de Empleo, Horacio Viqueira, el secretario de Pymes, Enrique
Martínez y José Vitar.
En ese momento Alvarez se encontraba en la Casa del Frente manteniendo
alternativamente reuniones con algunos de los funcionarios que también
participaron del cónclave del Savoy. En la mesa de arena del líder
frentista se analizaban informaciones que provenían de reuniones
mantenidas por Vitar con López Murphy y de Ricardo Mitre con Federico
Storani y de otros tantos contactos telefónicos con el propio Presidente.
Tomamos café con masitas y nos fuimos a casa, dijo
uno de los participantes del encuentro en el Savoy. El frentista intentaba
de esta manera bajarle el tono a una reunión en la que hubo fuertes
diferencias y polémicas a la hora de precisar qué actitud
debe tomar la agrupación cuando se conozcan los anuncios económicos.
Estamos a la expectativa, observando y esperando conocer las medidas,
comentó a este diario otro de los participantes del encuentro en
el Savoy, quien además precisó que no entregarían
definiciones públicas hasta que orgánicamente su fuerza
se defina. Esto explica por qué todos los frentistas que hablaron
con Página/12 pidieran reserva de su identidad. No por nada algunos
de los consultados se referían al futuro escenariopolítico
hablando del final. El final de la Alianza es lo que nadie se atrevía
a mencionar. El otro final remitía a la experiencia que llevó
al Frepaso a convertirse antes de la conformación de la coalición,
en la segunda fuerza electoral. Fuerza que prometía romper con
años de bipartidismo político.
El mismo clima apocalíptico se vivió anteayer cuando en
el despacho de Darío Alessandro se reunieron una gran cantidad
de legisladores que de boca del titular de la bancada aliancista escucharon
el reclamo de Chacho: No se apresuren para que no nos endilguen
a nosotros desatar la crisis.
Bodega en apuros
El senador cordobés Jorge Bodega, acusado de cobrar una
coima para favorecer la sanción de una ley de privatizaciones
que impulsaba el gobernador José Manuel de la Sota, deberá
prestar declaración indagatoria el próximo lunes ante
el juez Enrique Mazzotta. El legislador, que pertenecía al
Frepaso, fue señalado por su ex empleado Alfredo Morhun como
el beneficiario de un soborno de 400 mil pesos que le habrían
dado a cambio de su voto en la crucial votación parlamentaria
que permitió al gobierno provincial acometer la privatización
de la Empresa Provincial de Energía (EPEC), de la Lotería
y del Banco de Córdoba. El juez Mazzotta también tendría
pensado citar al presidente del Senado provincial, el justicialista
Carlos Presas, a quien Morhun vinculó con el presunto pago
de la coima. Presas es un hombre de estrecha confianza del gobernador
De la Sota.
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