Por Victoria Ginzberg
Saludos al negro,
alcanzó a gritar el Turco Julián cuando el custodio
lo sacaba esposado del juzgado de Gabriel Cavallo. Les hablaba a Jorge
Appiani, su ex abogado, y a Pedro Bianchi, su flamante representante y
probablemente los saludos se los mandaba al socio de Appiani, el represor
Jorge Olivera. Julio Simón, alias el Turco Julián,
se retiró de Tribunales poco antes de las cuatro de la tarde. Frente
al juez se negó a declarar sobre las desapariciones de José
Liborio Poblete y Gertrudis Hlaczik. Ahora, el magistrado que anuló
las leyes de Obediencia Debida y Punto Final tiene diez días para
definir la situación procesal de Simón.
Appiani renunció ayer a la defensa de Simón con el argumento
de que presentaba una coalición de intereses con otro
de sus representados, el ex general Carlos Guillermo Pajarito
Suárez Mason, titular del Primer Cuerpo de Ejército durante
la dictadura y por lo tanto superior jerárquico del Turco Julián
en el centro clandestino de detención El Olimpo. A pesar de haberse
desvinculado oficialmente de Simón, su ex abogado concurrió
ayer al juzgado del juez Cavallo, no sólo para comunicar su alejamiento
del caso, sino también porque el magistrado le había informado
que si no asistía a su defendido podía aplicarle una multa.
Vestido con un pantalón marrón y una amplia camisa a cuadritos
rojos y blancos, el Turco Julián estuvo poco tiempo ante el juez.
Lo suficiente para decir que se negaba a declarar. Simón fue interrogado
en ese mismo juzgado en octubre del año pasado, cuando respondió
sobre la apropiación de la menor Claudia Victoria Poblete, la hija
de José Poblete y Gertrudis Hlaczik. Por ese caso fue procesado
y se encuentra detenido. Hace cinco meses el ex policía se cuidó
de despegarse del caso puntual, pero admitió haber sido miembro
del grupo de tareas de El Olimpo.
No había un orden establecido, había días que
salían tres o cinco veces, algunas veces había enfrentamientos,
otras iban a lugares donde se encontraban con baldíos, no había
un día común, es lo mismo que una guerra, se vivía
esperando, yo vivía en el auto, dormía en el auto, abandoné
a mis hijos, los veía una vez por semana, me hice pedazos,
respondió Simón en octubre cuando le preguntaron cómo
era un día común en el centro clandestino de
detención.
La indagatoria del Turco Julián por la desaparición forzada
del matrimonio Poblete-Hlaczik fue la primera declaración de este
tipo en años y sólo se pudo concretar después de
que Cavallo declarara hace diez días la inconstitucionalidad,
invalidez y nulidad insanable de las leyes de Obediencia Debida
y Punto Final. El martes próximo debe comparecer en la misma causa
Juan Antonio Colores del Cerro. Los defensores de ambos represores
apelaron esta decisión, pero el magistrado rechazó las quejas.
Bianchi, nuevo defensor de Simón, fue abogado del criminal nazi
Erich Priebke y del ex comisario Miguel Osvaldo Etchecolatz. Ayer pidió
que su nuevo cliente fuese trasladado desde el penal de Marcos Paz a la
dependencia de Gendarmería de Campo de Mayo, donde está
detenido el dictador Emilio Eduardo Massera desde que se descubrió
que violaba su arresto domiciliario. Bianchi fundamentó su solicitud
en que al Turco Julián intentaron apuñalarlo en dos
oportunidades. El juez que asistió ayer a al acto de
aniversario del Regimiento Granaderos por invitación del jefe del
Ejército, Ricardo Brinzoni hará lugar al traslado,
pero evaluaba enviar al acusado al escuadrón Buenos Aires de Gendarmería.
Simón sería el primer procesado por secuestros, desapariciones
y torturas durante la dictadura desde que se dictaron las leyes de impunidad.
JUICIOS
POR EL CONDOR EN ITALIA
Videla, Massera & Co.
La Justicia italiana juzgará
a los represores Jorge Videla, Eduardo Massera, Leopoldo Galtieri por
la desaparición de once ciudadanos de esa nacionalidad en el marco
de la Operación Cóndor. El fiscal Giancarlo Capaldo extendió
a jefes militares de Chile, Argentina, Uruguay y Brasil la acusación
de homicidio múltiple con agravantes que en principio había
formalizado contra el ex dictador chileno Augusto Pinochet.
Capaldo espera que en pocos meses pueda enviar a juicio a
los militares. El sumario está todavía en fase de instrucción
y, según explicó a la agencia EFE, la decisión de
incluir nuevos nombres entre los imputados se debe a la existencia de
indicios de que cometieron el delito investigado. Entre la
veintena de militares argentinos que serán acusados, también
figura el ex general Guillermo Suárez Mason, ya condenado en Italia
a cadena perpetua, junto con el general Santiago Riveros. La ley italiana
permite juzgar y condenar en ausencia a los responsables de crímenes
cometidos contra ciudadanos de ese país en el exterior.
De las once víctimas que motivaron la investigación penal
romana iniciada a mediados de 1999, cuatro son argentinas: Dora Marta
Landi, Alejandro Logoluso, Horacio Campiglia y Lorenzo Viñas. Ademá,
indagan la desaparición de los uruguayos Armando Bernardo Arnone,
Gerardo Francisco Gatti, María Emilia Islas, Juan Pablo Recagno,
Daniel Banfi, Andrés Domingo y Héctor Giordano.
El presidente italiano Carlo Azeglio Ciampi, de visita en Buenos Aires
y Montevideo, se comprometió ante los familiares de cuatro desaparecidos
a apoyar los nuevos juicios a los responsables de la represión
ilegal. El mandatario se mostró horrorizado por las
violaciones a los derechos humanos, según refirió Claudia
Allegrini, la esposa de un italiano secuestrado en Brasil.
|