Por Raúl
Dellatorre
Desde
Santiago de Chile
Se suele decir que las crisis
son una oportunidad política. Ayer, durante un seminario organizado
por el Deutsche Bank en las afueras de la capital chilena, el analista
político Rosendo Fraga obligó con su propuesta a un miembro
del equipo económico, Daniel Marx, a dos ex integrantes del elenco
de Roque Fernández, Pablo Guidotti y Miguel Kiguel, y al economista
jefe del BID, Guillermo Calvo, a sostener un agitado debate acerca de
si Domingo Cavallo debería integrar el nuevo gabinete de Fernando
de la Rúa y si esto favorecería o no las chances de Ricardo
López Murphy de llevar adelante su programa. Dicho de otro modo:
si el plan de ajuste lanzado el viernes tiene alguna chance si no se conforma
una nueva coalición de gobierno, de centroderecha justicialismo
incluido, que lo respalde. Con matices, con Cavallo o sin él,
todos los panelistas coincidieron en que la respuesta es no. Que esta
crisis es una oportunidad lo están demostrando los sectores políticos
que, derrotados en las urnas, buscan aprovecharla para volver y apropiarse
del gobierno.
La propuesta disparadora de Fraga no sorprendió a los panelistas
ni a los 300 hombres y mujeres de negocio que presenciaron el debate,
que por el contrario parecieron recibirla con alivio. Como a quien se
le abre una salida posible cuando ya no parece quedar ninguna. Quizá
lo que sí sorprendió fue la profundidad con que se formuló
la propuesta y la premura del expositor para que se ponga en práctica.
Mañana (por hoy) a la noche, De la Rúa tiene la oportunidad
de presentar un gabinete que exprese la nueva coalición,
lanzó casi como un desafío. Esto es, sin Frepaso, sin alfonsinismo,
pero con la derecha radical, el justicialismo de Ruckauf y de otros gobernadores
y del cavallismo, con su figura fulgurante en el papel estelar: jefe de
Gabinete.
La cuestión en debate es si la presencia de Cavallo en el Gobierno
respaldaría o empalidecería la figura de López Murphy.
Pablo Guidotti, ex secretario de Hacienda, opina lo segundo. El
mercado espera que siga López Murphy, y me pregunto si incorporar
a Cavallo al Gobierno no va en contra de su continuidad, reflexionó.
Tampoco soy tan optimista (como Fraga) con respecto al apoyo de
los gobernadores justicialistas a este programa económico: De la
Sota (Córdoba) y Reutemann (Santa Fe) tienen más para ganar,
pero dudo del apoyo de Carlos Ruckauf, sus manifestaciones me parecen
menos convincentes, apuntó Guidotti.
Pese a esos límites, también el ex vice de Roque sumó
su voz a los que reclaman un desplazamiento definitivo de los sectores
que tildan de izquierda del Gobierno. Veo una nueva
coalición en el gobierno, y no necesariamente con Cavallo, porque
la necesidad del gobierno es tejer una nueva alianza con la oposición
justicialista en el Congreso, afirmó. Recordó que
con la Alianza UCR-Frepaso rota, al Gobierno no le alcanzará con
la tradicional forma de respaldo de la oposición para dejar pasar
sus iniciativas, dando quórum pero votando en contra. Llegó
la hora de que el Gobierno mejore su efectividad con una nueva coalición,
proclamó.
Miguel Kiguel, actual presidente del Banco Hipotecario y ex secretario
de Finanzas (con Roque Fernández), reconoció que esta crisis
es más difícil que las anteriores que atravesó la
economía desde el inicio de la convertibilidad, y que por su raíz
política era más complicada para resolver. Las medidas
de ajuste fiscal más fáciles ya se utilizaron, el blindaje
financiero ya se usó; para aplicar medidas más duras, se
necesita un liderazgo fuerte y ése es el desafío de hoy,
opinó, eludiendo una definición más explícita
sobre la cuestión Cavallo.
Daniel Marx, el único miembro del equipo económico en el
panel, reconoció que hay fuerzas que llevan a esta integración
de Cavallo y un sector del justicialismo al Gobierno para fortalecer el
programa económico. Pero señaló que la valoración
que hace la sociedad de lossectores políticos que hacen aportes
constructivos le permitiría al plan de ajuste, incluso, pasar
airoso por el Congreso. Cavallo perdió prestigio cuando confrontó
en términos muy duros por el Gobierno de la Ciudad, y lo recuperó
acercándose de un modo constructivo al Gobierno. Cavallo y López
Murphy pueden trabajar juntos, y creo que también algunos gobernadores
lo van a hacer, dijo, aunque sin definir cada cuál desde
dónde.
La crisis ha puesto más nerviosos que de costumbre a los habituales
intérpretes del mercado. Y es que el jaque al modelo no provino
de una corrida externa, como en los casos del Tequila, Asia o Rusia, y
ni siquiera producto de una confrontación interna con otra propuesta
alternativa. Esta crisis la autogeneró el modelo, y aun habiendo
apartado a cuerpos extraños al mismo (Frepaso, alfonsinismo) cuesta
encontrar la salida. Por eso surge el nombre de Cavallo con expectativas
de que sea la pieza necesaria para salvar al modelo. Porque es a este
último al que se busca salvar, no al Gobierno. Quienes ayer concurrieron
al seminario del Deutsche lo tienen bien claro.
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