Pulseando en el precipicio
La pregunta del millón es ¿Ricardo López Murphy
(LM) y junto a él o delante de él Fernando de
la Rúa piensa que puede, no digamos concretar, sino
poner seriamente en marcha (dentro de las reglas del juego democrático
imperantes hoy y aquí) el programa económico que presentó
al país en la noche del viernes? Cuesta creer que lo crea.
De momento, parece haber logrado la improbable hazaña de
concitar una oposición casi unánime. Claro está,
con la potente excepción (si se la mide por capitales y no
por número de integrantes) del fragante público que
se dio cita en la Bolsa de Comercio desafiando la canícula
de cuello y corbata y posponiendo el comienzo del weekend. Hubo
euforia y aplausos sostenidos. Nadie puede negarle a LM que fue
consecuente con su público, integrado por sus sponsors durante
añares.
Antes, el viernes, el Ministro dilapidó energía en
su presentación pública, pero mezquinó originalidad.
Lo suyo fue la vulgata neoconservadora que apesta a rancio en todo
el mundo civilizado pero que acá, milagros del Sur, todavía
goza de cierta salud. Un discurso que pretende solucionar un tema
complejo con una explicación, a fuer de simple, banal. Los
problemas complejos no tienen soluciones sencillas y quien las invoca
es tonto u obra de mala fe. Lo que sugiere otra pregunta del millón
acerca del Ministro de Economía que, por delicadeza, no se
consignará.
El diagnóstico de LM es que el nudo de la tragedia económica
argentina, de su condición record de crecimiento orden cero
durante tres años, es el déficit fiscal o si
se acerca más la lente el gasto público. El
empleo depende del crecimiento, éste de la inversión,
ésta del equilibrio fiscal y éste de reducir los gastos.
Con lo cual se ahorran enormes complejidades y ya que estamos
perturbar la noble vida de las empresas privatizadas, de los grandes
evasores, de los bancos que lavan dinero y ainda mais. LM se propuso
equilibrar por casi 2000 millones y ni siquiera conseguir al menos
el 0,5 por mil, digamos un palito, mejorando el desempeño
de la AFIP.
Si el discurso es el hombre, LM es una figura riesgosa para la democracia.
Lo suyo evocó no sólo por las medidas que propuso
a la presentación del programa económico que hiciera
el 2 de abril de 1976 José Alfredo Martínez de Hoz.
Tonante, autoritario, usando la palabra privilegios
para aludir a los titulares de pensiones graciables o los empleados
públicos (esto es, a perejiles) y jamás para mentar
a los grandes capitales. Y asegurando ser dueño de una verdad
única. Parecía nomás el talibán que
imploraban los mercados.
El presidente que
no es
Mucha menos presencia tuvo Fernando de la Rúa. No fue el
dueño de la escena en estos días. Sus allegados comentan
que estuvo apesadumbrado, que el viernes rezó a solas en
varias ocasiones. Su discurso, previo al de LM, por decirlo con
un eufemismo, no transmitió precisamente presencia y liderazgo.
Es un misterio si la retirada de casi medio Gabinete ocurrió
contra su voluntad, por ella o casi sin que se diera cuenta. Como
ocurre con todo cultor del enigma no puede determinarse con facilidad
si sus silencios, medias palabras o gestos distraídos son
carencias o astucias. No falta quien piensa que desplegó,
en estos días vertiginosos, un manejo taimado para motivar
la salida del Gobierno de socios que ya no desea tener cerca. Al
fin y al cabo, eso es lo que le proponen su hijo Antonio y su amigo
del alma Fernando de Santibañes.
El tiempo dirá. Todo sugiere una explicación más
intrincada: la situación remeda, con algo de déja
vu, a lo ocurrido previamente a la renuncia de Carlos Chacho Alvarez.
El Presidente, ante una crisis, acude asu núcleo más
íntimo que le sugiere una decisión. La toma y luego
se abruma por sus consecuencias, previsibles por demás.
En la semana que hoy termina sus hombres más fieles lo escucharon
quejarse de los malos diagnósticos de los economistas que
lo indujeron a un optimismo exagerado en el pasado remoto, en enero
de 2001. Abrumado, bajoneado, compró la solución llave
en mano que le trajo LM, quizá minimizando sus costos
inmediatos.
Todas las veces que hablé con él me dio la razón.
Nunca me discutió, aceptó todos mis argumentos
comentaba a los suyos, Federico Storani. Pareció no
registrar nunca el nivel de los conflictos. Llegó a sugerir
una reunión con Angel Rozas para el sábado. Le dije,
no lo hagas, te exponés a un portazo, Rozas está furioso
añade otra fuente del ala política que emprendió
vuelo. A Marcos Makón le propuso que saliera un par
de días del país para liberarse de firmar el decreto.
No asumía que el Frepaso se iba, redondea el saliente
que parece entrever más impericia que mala fe.
Eso sí, a diferencia de lo que aconteció en octubre,
los renunciantes le avisaron sus intenciones. Hugo Juri se lo hizo
saber el martes a Jorge de la Rúa, el hombre que lo llevó
al gabinete. Federico Storani se lo preanunció un par de
veces. ¿Quiso entonces que se fueran o no supo o pudo evitarlo?
Bien mirado, en última instancia ese es un tema para el Presidente
frente a su espejo, su almohada, o su psicoanalista. Queda claro
que, sean producto del dolo o de la impericia, todas las movidas
presidenciales en situaciones extremas tienen un patrón común:
son tardías, mellan a la Alianza, expulsan aliados. Y se
caen a la derecha del espectro político y económico.
Muy a derecha.
Sunday Horse
Desguarnecida buena parte del equipo de Gobierno, a éste
no le queda otra que buscar ampliar su base de sustentación
política. La apuesta más consistente es sumar a Domingo
Cavallo. El ex superministro de Menem se ha convertido en la novia
más codiciada. Las espadas más fieles del Presidente
con Patricia Bullrich, Antonio, Enrique Nosiglia y Santibañes
a la cabeza quieren hacerlo entrar a la cancha. Por su parte,
los frepasistas, empezando por Chacho, lo ven como la única
alternativa a la ortodoxia de LM. Algunos incluso imaginan un escenario
de retorno al gobierno: un fracaso veloz de LM, formación
de un gobierno de emergencia o algo así y proyección
de Cavallo y Alvarez al gabinete. Parece política ficción
pero todo es posible en las espasmódicas relaciones entre
el Frepaso y el Gobierno, que esta semana añadieron otro
record: nuevo desembarco el lunes, renuncias enfadadas el viernes
porque LM hizo de LM.
De la Rúa también confía en Cavallo y tiene
buena onda con él. Anteayer hablaron un buen rato. El problema
es que Cavallo le dijo que cree irrealizable el programa de LM y
le predijo corta vida. Lo considera excesivamente fiscalista y carente
de medidas necesarias para inducir el crecimiento. Ese mismo mensaje
lo trasmitió a Chacho y a otros dos frepasistas de primera
línea, con los que dialoga asiduamente.
Nada es descartable en este continuo barajar, pero suena mucho más
factible un desembarco tras un fracaso de LM que una entrada en
condición de copiloto en el Banco Central. En el medio, se
analiza que Mingo recale como Jefe de Gabinete (enrocando
a Chrystian Colombo a Interior) o a Interior.
Volvamos sobre algo ya dicho. Tanto en el Gabinete remanente como
en el Frepaso anhelan a Cavallo. El problema es que ambos imaginan
coaliciones distintas.
La aparición pública de Coti Nosiglia en la tarde
de ayer en Olivos es otro dato insoslayable. Para los laderos más
fieles del Presidente, Coti habla de política y garantiza
la presencia del radicalismo ante la salidade Fredi. Storani
y ni qué decir los frepasistas lo ven distinto: creen que
Coti pilotea junto a Colombo, Antonio y Bullrich una cruzada para
formar una nueva alianza, despojada de radicales progres y frepasistas.
Y que fue figura clave orientando las decisiones presidenciales
de estas horas.
Codiciado como nunca, el líder de Acción Por la República
histeriquea con una sutileza que no siempre fue su fuerte. Y espera.
Piensa que le faltan pocas semanas, quizá días. Quizá
horas.
El PJ en las gateras
Mucho más improbable suena un acuerdo político con
Carlos Menem, aunque más de un radical y Carlos Ruckauf sospechen
lo contrario. Fuentes muy cercanas al gobernador hablan de un trato
ya cerrado: Menem aportaría un bloque de alrededor de 40
diputados y recibiría en prenda un puesto en el Gabinete.
Así dicho suena bien para el Gobierno remanente: la UCR cuenta
con 82 diputados, los partidos provinciales suman 28, los cavallistas
12 y hacen falta 129 para llegar a la mayoría. Los números
dan para manejarse sin el Frepaso. Pero hay problemas: el principal
es que como analizó el propio Menem cenando el jueves
con Carlos Corach es pésimo negocio apoyar a un gobierno
en disolución, poniéndose de punta con los gobernadores
del PJ. Amén de que la cifra de 40 diputados parece inflada
aunque Ruckauf mismo no la juzga disparatada.
Tal vez el presidenciable del PJ tenga razón, tal vez apele
a una hipótesis que vuelve a diferenciarlo de Menem. Porque,
en estos días, ha optado por ponerse bien de punta con De
la Rúa. Sin dejar de llamarlo Fernando y sin
privarse de mandarle una carta personal, le explicó que si
no rectifica el nuevo rumbo será un Menem sin privatizaciones.
La propuesta del bonaerense es apoyar la producción local,
incluso con cierres a importaciones desde países que usan
mano de obra esclava y ataque fiscal contra ciertas
privatizadas de transporte, lucha contra la evasión, recorte
de la política. Queda claro que no son notas al pie
del Plan LM sino una diferenciación fuerte.
Ruckauf no se privó de ningún vocablo para definir
la política económica de LM. Como todos los gobernadores,
no podrá pagar el incentivo docente. Y más que ninguno
teme estallidos de violencia en su provincia. No quiero reprimir
por culpa de las medidas de la Alianza explica y se comunicó
presto con dos sindicalistas que son tocayos, aunque de distintos
palos y que están por mover sus huestes: el camionero Hugo
Moyano y el docente Hugo Yasky. Trató de acordar con ellos
evitar todo tipo de desbordes violentos. Ambos se comprometieron
a hacer todo lo que esté de su parte, pero también
le hicieron saber que la paciencia de la gente está consumiéndose
a toda velocidad.
Más allá de sus diferencias eternas, Menem y Ruckauf
comparten la hipótesis de un escenario posible: la necesidad
del Presidente de adelantar las elecciones para buscar una revalidación.
O, quien sabe, un sustituto.
Frente al vacío
Salvo en el menguado disco duro del delarruismo, nadie le da a
LM más de unos meses de vida, en el mejor (para él)
de los casos. Esa profecía compartida explica por qué
una fuga en masa del Gobierno no opera entre los aliancistas un
terremoto aún más severo. En verdad, toman posiciones
para ese momento.
Es curioso. Lo que se ha padecido en estos días ha sido una
licuación fenomenal del poder político. Todo un gobierno
democrático aceptó sin chistar quedar en manos de
un equipo mesiánico de economistas de derecha, un par de
ellos procesistas. Y el Ministro de Economía de un gobierno
democrático fue un clon de Martínez de Hoz. Propuso
un programa salvaje,tendiente a agravar las desigualdades existentes
entre las distintas clases sociales y aún entre las provincias
más ricas y las más pobres. Y le puso detonador a
una reacción gremial y social.
Mientras, la Alianza se divide en medio de jugadas arduas de narrar.
Se renuncia para quedarse. Renuncian ministros, pero tal vez queden
secretarios afines. Se reniega del gobierno, pero se sigue siendo
oficialista. Se apuesta, se confiese o no, al costoso fracaso de
un equipo económico cuya designación no se objetó.
Un juego críptico, difícil de desentrañar para
los iniciados, que agrava la desazón de un país que
no crece y que acaba de decirle adiós a su última
ilusión política, esa Alianza que surgió en
1997.
Un adiós cuya tristeza se ahonda porque no hay alternativas
a la vista y porque la malaria y la desesperanza son el menú
cotidiano de casi todos los que no estaban representados ayer, a
la mañana, en el señorial edificio de la Bolsa porteña.
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