Por Facundo Martínez
Almagro logró la victoria
más importante desde que regresó a Primera tras seis décadas,
al vencer 1-0 a Boca en cancha de Ferro, una victoria que sus hinchas
vivieron con euforia porque además le permitió sumar tres
puntos importantísimos para evitar el descenso, al tiempo que condenaban
al remendado equipo de Carlos Bianchi a despedirse, ahora parece que definitivamente,
de la lucha por el Clausura.
Boca comenzó teniendo la pelota, tratando de presionar al rival,
aunque su juego no lucía demasiado. Era que, poco a poco, Almagro
se iba retrasando, armando un candado en el fondo, con una línea
de tres (Chaile, Puertas y Cejas) más Gallardo y Maciel muy cerca
para frenar la ofensiva.
Boca trataba de abrir la cancha para romper ese cerrojo, buscando por
afuera, pero a pesar de los intentos de Delgado, no tenía claridad
en el área de Almagro. La apuesta de los locales fue ceder la pelota
y tratar de jugar el contragolpe, aprovechando el buen manejo de Sparapani
y la velocidad de Bevacqua y Stalteri.
El problema es que Delgado y Riquelme no se frecuentaban, porque tanto
Pérez como Marchant no lograban darle movilidad a laterales. Cuando
se juntaron, la sociedad dio fruto a los 23, cuando Riquelme se lo perdió
tras una habilitación de Delgado. Solo frente a Grosso, tras hacer
pasar de largo a Chaile, el disparo cruzado se fue sobrando un ángulo.
Almagro tuvo que esperar media hora para llegar con cierto peligro, cuando
un remate de media distancia de Sinisterra, culminando una gran jugada
colectiva, se fue afuera.
Para entonces, el árbitro Madorrán ya estaba encaprichado
con Boca. A los 34, Pérez le pidió una tarjeta para Maciel,
pero el juez se la mostró a él. Serna fue a protestar y
se ganó otra amarilla. Dos minutos más tarde, Madorrán
amonestó a Rodríguez por un foul que no fue, y al minuto,
amonestó a Delgado por adelantarse en una barrera. Broche de oro
a los 38, cuando le puso la roja a Serna por discutir.
Tras la expulsión del colombiano, Almagro dispuso de más
espacios en la mitad del campo, y vinieron los minutos más intensos
del período. A los 43, tras jugada de Sparapani, el tiro de Bevacqua
pegó en el palo, y un minuto después lo desperdició
Boca cuando Herrera estrelló un remate en el travesaño y
Riquelme no pudo concretar el rebote, que Grosso desvió al corner.
Boca no apareció en el segundo tiempo, y el local mejoró
con la entrada de Couceiro, vital para generar situaciones de gol y complicar
al rival: a los 57 metió un centro para Rivero que éste
desperdició; a los 64, un cabezazo suyo dio en un palo, y a los
68 Córdoba tuvo que esforzarse para sacarle un remate, cuyo rebote
pudo ser gol en los pies de Stalteri.
Con la salida de Riquelme, Boca dejó de tener la pelota y no extrañó
el gol de Almagro: Burdisso quiso rechazar un centro de Sinisterra pero
la pelota le pasó por debajo del pie y le quedó a Bevacqua,
solo contra Córdoba, el delantero no perdonó. Almagro terminó
celebrando como si hubiera ganado una final; Boca se fue en silencio,
porque anoche se despidió del Clausura.
NEWELLS
Y GIMNASIA IGUALARON SIN GOLES
Un aburrido empate en Rosario
En un muy pobre partido de fútbol,
Newells Old Boys de Rosario y Gimnasia y Esgrima La Plata empataron
sin goles en el estadio del Parque Independencia, en el tercer encuentro
que se jugó anoche por la séptima fecha del torneo Clausura.
La acción más emotiva del encuentro se registró en
la segunda etapa, cuando el arquero local Sebastián Cejas le atajó
un tiro penal al zaguero de Gimnasia, Ariel Pereyra.
Con este empate, ambos conjuntos suman ocho unidades, muy alejados de
los primeros puestos de la tabla de posiciones, no tanto en el puntaje
(a seis del líder San Lorenzo, potencialmente ocho de River si
éstos ganan hoy a Los Andes) como en las posibilidades de sumar.
El primer tiempo fue soporífero, con ninguna situación clara,
mucha lucha en el mediocampo y pocas ideas en la ofensiva, con apenas
un par de remates desde larga distancia que se fueron lejos de ambas vallas.
A los 55 minutos, Cejas le cometió un penal al recién ingresado
Fernando Gatti, pero luego resarció su error al contenerle el remate
a Pereyra, quien tuvo otra chance en el rebote, pero estrelló el
disparo en el pecho del arquero.
La única llegada importante de los dueños de casa se produjo
a los 28 minutos, cuando el arquero Guillermo Hernando le sacó
un mano a mano al juvenil Mauro Rosales.
Para los hinchas quedó, en todo caso, la esperanza reabierta al
haber presenciado el retorno de Damián Manso, quien ingresó
en la segunda parte. El habilidoso volante acusó la falta de fútbol.
Gimnasia, en síntesis, estuvo un poco más cerca pero no
logró concretar las pocas situaciones que elaboró. Un cero
a cero para el olvido y la decepción para las dos parcialidades.
|