Por
Ariel Greco
En Racing nada cambia. Más allá del gerenciamiento, de la
nueva organización, de las promotoras o de la buena atención,
el desencanto que le provoca el equipo a sus hinchas es el mismo de siempre.
Ayer apenas empató 0-0 con Unión y se fue silbado, mientras
que el técnico Reinaldo Merlo se retiró en medio de una
lluvia de insultos. Claro que el entrenador ya había protagonizado
su propio show cuando decidió suspender el partido de reserva para
respetar una cábala infalible, que con el resultado a la vista
no era tan eficaz como parecía...
Los ritos que cumple Merlo previo a los partidos ya son un clásico.
Siempre la misma camisa azul, el respeto por los lugares en el banco de
suplentes, la infaltable botellita de agua mineral y muchos otros movimientos
cuidadosamente premeditados, forman parte de la vida cotidiana del cuerpo
técnico casi como las jugadas de pizarrón o las prácticas
de fútbol. Sin embargo, lo de ayer superó toda lógica
racional.
Un rato antes del partido de reserva, un colaborador se comunicó
con Merlo, que resolvió que el equipo no se presentara a pesar
de que los jugadores, entre ellos algunos profesionales como Marcelo Saralegui
u Osvaldo Canobbio, ya estaban en la cancha. Así, Racing perdió
los puntos en juego, y deberá pagar una multa por la táctica
de su técnico. Es que Merlo no se olvidó que el encuentro
de reserva en el 2-1 ante Boca también había sido suspendido,
por lo que, para repetir el resultado, era imprescindible reproducir la
previa lo más fielmente posible.
Más allá de los motivos reales, las autoridades de Racing
indicaron que la suspensión se produjo para preservar la cancha
por la lluvia caída. Pero lo cierto es que tras los noventa minutos
de Primera, el campo de juego estaba tan impecable como al comienzo. Incluso
los dirigentes de Unión se mostraron muy molestos con la llamativa
actitud de Merlo, ya que, para colmo, se enteraron apenas unos minutos
antes de que el compromiso no se disputaba.
Es increíble todo esto. Es una falta de respeto para nosotros
que suceda algo como lo que pasó hoy, comentó un directivo
santafesino, que además confirmó que en los próximos
días el club presentará una queja formal ante la AFA por
este episodio. El que también estaba muy molesto era Nery Pumpido,
ya que los chicos de Unión habían salido de Santa Fe a la
cuatro de la mañana y se quedaron sin jugar por un hecho insólito.
Apenas pudieron llevar a cabo una práctica en un costado de la
cancha.
Claro que ésta no es la primera cábala de Merlo que sobrepasa
lo normal. El técnico pidió que se modificara el día
del partido ante Gimnasia debido a que ya perdió ante Talleres
y ante Argentinos en días viernes. En la semana previa a la racha
positiva que comenzó con la victoria ante San Lorenzo, a Gastón
Sessa le robaron una cadenita y dinero en el hotel en que concentra el
plantel. Ante esa situación, Fernando Marín, titular de
Blanquiceleste SA, decidió que el equipo se hospedara en otro lugar.
Sin embargo, Merlo puso el grito en el cielo, ya que según su lógica
era una equivocación abandonar el hotel donde se había concentrado
el equipo en las victorias ante San Lorenzo y el empate como visitante
ante Chacarita. Por ello, Racing mantiene su estadía en Imperial
Park.
Claro que la ineficacia de una de sus cábalas no fue lo único
negativo para Merlo. El técnico tuvo que soportar los insultos
de sus propios hinchas, que se quedaron disconformes con la tarea de Racing
y, en especial, con las variantes que introdujo el entrenador. La primera
muestra se dio con el ingreso de Milito por Rueda, porque la gente no
quería que el mendocino se retirara. Y llegó a su punto
más alto cuando el técnico dispuso el cambio de Principiano
por Estévez. En el mismo momento en que el cuarto árbitro
mostró que debía salir el 22, comenzaron a llover los insultos.
El Sos cagón/ Merlo, sos cagón, sonó
con furia. Luego llegó el final, y con ello una silbatina de despedida.
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