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ACUERDO POLITICO, REESTRUCTURACION DE LA DEUDA Y BAJA DE IMPUESTOS
¿Qué trae la manguera de bombero?

 

Domingo Cavallo fue convocado otra vez a apagar un incendio, como en 1982 y en 1991. Claves para saber cuál será su plan de acción.

 

Por Alfredo Zaiat

La primera experiencia, en 1982, fue de bombero del sector privado nacional fuertemente endeudado, al diseñar un complejo mecanismo de seguros de cambio que facilitó la estatización de esos pasivos. La segunda, en 1991, fue de bombero del Gobierno de Carlos Menem acorralado por la hiperinflación de Antonio Erman González, que la derrotó con el corsé cambiario de la Convertibilidad. La tercera, en 2001, es la de bombero de la administración de Fernando de la Rúa atrapado en una crisis política y económica de proporciones. ¿Qué va a hacer Domingo Cavallo en esta oportunidad? En sus dos irrupciones anteriores en la función pública, las políticas que aplicó tuvieron destinatarios precisos: en la primera, como presidente del Banco Central, alivió las finanzas de los grupos económicos locales; en la segunda, como ministro de Economía, logró generar una comunidad de negocios entre la banca de acreedores y esos mismos grupos económicos con las privatizaciones como aglutinador de ese bloque de poder. ¿Y ahora qué trae su manguera de bombero? En resumen, amplio acuerdo político concentrando poderes del Ejecutivo y del Legislativo, reestructuración de la deuda dejando en segundo plano al FMI y mejora de la competitividad vía baja de impuestos.
Lo inmediato que ofrece para apagar el incendio el Cavallo modelo 2001 es recomponer el poder político, que hasta anoche no se sabía muy bien cómo ante la indefinición del Frepaso y la prescindencia del PJ. Su desembarco en la Jefatura de Gabinete, extendiendo sus atribuciones a Economía, y poniendo su gente en otras áreas claves implicaría una reorganización del Gobierno. En la práctica, una administración del poder político a la italiana o francesa, con un Cavallo como virtual primer ministro y Fernando de la Rúa como un Presidente de acompañamiento. Ante ese esquema de gobierno en un contexto de profunda crisis, Cavallo reclamó amplios poderes proponiendo la absorción por parte del Ejecutivo de facultades del Legislativo (el artículo 76 de la Constitución que invocó De la Rúa en su discurso).
Cavallo piensa que la economía argentina no está en recesión, sino en un pozo depresivo. Y para salir sostiene que se necesita un plan integral, cuyos ejes principales son los siguientes:
u Fortalecimiento del poder político, como se mencionó arriba, convocando a un “gobierno de unidad nacional”, tal como lo expresó anoche De la Rúa. Para Cavallo, el rol de Carlos “Chacho” Alvarez es definitorio en esa arquitectura política.
u La reestructuración de la deuda es una de sus cartas fundamentales. Ya tuvo su experiencia con el Plan Brady, en 1992, y la actual situación de estrechez fiscal y financiera hace necesario patear para adelante los vencimientos de capital e intereses. No se trata de la lógica del ajuste fiscal para pagar la deuda, como planteó Ricardo López Murphy, sino la de reestructurar la deuda para crecer, y así después poder pagarla. Esa propuesta ya se la adelantó a un selecto grupo de banqueros y empresarios. En esa línea apuesta a una negociación directa con el gobierno de Estados Unidos, dejando en segundo plano a los burócratas del FMI, a quienes siempre despreció cuando era ministro. Tiene a favor que los republicanos que acompañan a George Bush (h.) son muy críticos del accionar del Fondo.
u Un paquete de medidas impositivas tendientes a favorecer la inversión productiva. Planteará una reducción de las alícuotas y que en 2002 ya no regiría el Impuesto a los Ingresos Brutos, reemplazado por un IVA provincial, y se generalizaría el IVA y Ganancias, con alícuotas menores sobre todo para este último impuesto. Asegura que con menos impuestos, más simples y menos distorsivos se gana en competitividad generándose así las condiciones para nuevas oportunidades de inversión.
u Aplicar una política de abaratamiento del crédito, obteniendo una baja de la tasa por la recreación de la confianza de los inversores reforzadacon una baja de encajes, medida esta posterior al desplazamiento de Pedro Pou del Banco Central.
u Generar “nichos de negocios” para el sector privado, que aliente de ese modo la inversión. Es lo que denomina como “rentas ocultas”, que descubiertas se transformarán en anzuelos para los capitales. ¿De qué se trata esa cuestión de rentas ocultas? Agotadas las privatizaciones y negocios colaterales, la economía argentina no tiene o, según el Cavallo modelo 2001, no explora vías para tentar la inversión privada. Piensa que si Argentina no convoca hoy inversores, se debe a que los capitales no encuentran oportunidades de negocios. Para ello se requiere recrear espacios de lucro en aquellas áreas donde hay rentas ocultas, sea por una deficiente administración estatal o privada, o por malas reglas de juego.
Con ese diagnóstico, Cavallo tiene en carpeta la privatización de la DGI. Otros ejemplos de rentas ocultas son las rutas por peaje, el espectro radioléctrico y los registros automotores.
u Avanzar en privatizaciones pendientes. Además de las “rentas ocultas”, la recreación del clima de negocios en la economía la impulsaría con la ventas de activos estatales que quedan. Aquí no hay mucho misterio. El listado es similar al presentado por Ricardo López Murphy: el grupo previsional del Banco Nación, Casa de la Moneda, Lotería Nacional y bienes del Estado.
u Mejorar la competitividad de la economía. Es uno de sus principales desafíos. Y las vías para lograr esa mejora, además de las ya mencionadas arriba en materia impositiva, se encuentran en el manejo de la política comercial y cambiaria. Respecto de la primera, Cavallo retoma la idea de la apertura económica con base a la igualación de los incentivos entre el mercado interno y las exportaciones. Alienta el esquema que aplicó cuando fue ministro para los bienes de capital importados con arancel cero, compensando a los fabricantes locales con un reembolso por sus ventas al mercado interno igual al que reciban por exportar.
u Incluirá en su plan de gobierno el aspecto de la equidad, obsesionado por la mochila que le cargaron a sus hombros por el crecimiento del desempleo y la desocupación durante la Convertibilidad. Está de acuerdo con la Agencia Social, centralizando el gasto, conducida por Marcos Makón. También traerá planes para Salud y Educación. Para esta última área propone el Plan Llach (Juan José), que provocará no menos turbulencias que las generadas por López Murphy en esa materia.
u Afirma que hay que asumir una transformación del sector público, destacando que no sólo se trata de reducir el déficit fiscal.
u Declarado enemigo de la dolarización, Cavallo sabe que la relación 1 a 1 ya resulta insostenible, pero no la Convertibilidad. Para ello, piensa en una salida con una canasta de moneda (dólar, euro y yen) dentro de un esquema de convertibilidad, para cuando el euro recupere posiciones frente al dólar.

Las dudas de la city
¿Cómo reaccionarán los mercados hoy luego de escuchar a Domingo Cavallo y a Fernando de la Rúa? Si los financistas interpretan, como sería lo lógico, que esa asociación política viene acompañada de una reestructuración de la deuda, el derrumbe de las cotizaciones de los bonos es el escenario más probable. En cambio, si los corredores descreen de esa drástica medida y solamente se contentan por el desembarco de Cavallo en el Gobierno, los precios de títulos públicos y acciones registrarían una fuerte recuperación. Anoche, luego del discurso del Presidente, el analista de uno de los bancos de inversión más importantes del mundo estaba en su oficina preparando el informe que hoy a la mañana leerán sus clientes. “Estoy desorientado”, afirmaba, para luego mencionar que “resulta difícil comprender cómo el viernes De la Rúa habla en apoyo a López Murphy, y dos días después se reúne seis horas con Cavallo y hace otro discurso poniendo énfasis en el peso de la deuda”. Esas dudas se traducirán hoy en el recinto de operaciones. El temor de ese especialista es que la incertidumbre provoque una disparada de la tasa de riesgo país, precipitando una fuga de capitales y un refugio de los inversores en el dólar.

 

El cavallista Sturzenegger
El economista Adolfo Sturzenegger consideró ayer en Santiago, donde se está desarrollando la Asamblea del BID, que la incorporación al Gobierno de Domingo Cavallo “ayudaría mucho” para lograr la estabilidad política.
Sturzenegger, candidato a ocupar algún ministerio o la presidencia del Banco Central, opinó también que “el programa económico (difundido el viernes por el ministro de Economía, Ricardo López Murphy) es el correcto” para enfrentar la situación fiscal por la que atraviesa la Argentina. Diagnóstico que no comparte su jefe. El economista sostuvo que “no había otra alternativa posible” a las medidas que adoptó López Murphy y advirtió que si no se hubiesen aplicado “el desempleo en los próximos meses hubiese trepado hasta el 30 por ciento, como consecuencia de la fuga de capitales” que se hubiese producido como consecuencia de los incumplimientos fiscales en los que hubiese incurrido la Argentina. Respecto de la incorporación de Cavallo al Gobierno, el economista subrayó que debería ser “en un puesto importante y decisivo, y que ayudaría mucho” a que el Gobierno supere la crisis que se planteó a partir de las medidas y del alejamiento de varios de los integrantes del gabinete nacional. Para Sturzenegger “la incorporación de Cavallo debe ser institucional” y no debe reducirse a un mero apoyo legislativo para que sean sancionadas las leyes que necesita el Gobierno para instrumentar las medidas que anunció López Murphy.

 

 

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