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�De la Rúa al Gobierno, Domingo Cavallo al poder�

Carlos Ruckauf hizo un guiño al desembarco de Domingo Cavallo en el Gobierno. El bonaerense buscará durante esta jornada que los legisladores lo imiten. La reacción cauta del menemismo.

Por Diego Schurman

Domingo Cavallo fue al grano.
–No quiero quemar mi bala de plata. Pero no sé si voy a tener una oportunidad así en el resto de mi vida.
Su mirada celeste atravesó a Carlos Ruckauf. El bonaerense giró la cabeza hacia el cavallista Ricardo Gutiérrez, presidente del Banco Provincia. Ese sábado de principio de marzo los dos supieron que el destino estaba marcado. Ahora el gobernador buscará convencer al resto de los justicialistas de apoyar no sólo al otrora superministro menemista sino también el pedido de Fernando de la Rúa de poner en marcha un “gobierno de unidad”.
Las conversaciones entre Cavallo y Ruckauf se sucedieron durante la última semana. Pero el titular de Acción por la República también sondeó a otros importantes hombres del PJ, incluso al santacruceño Néstor Kirchner, a quien se refirió con admiración.
El jueves, previo a la reunión que los gobernadores peronistas realizaron en La Pampa, Cavallo se cruzó con uno de ellos. Se mostró eufórico, “agrandado” por la inminencia de su convocatoria al Gobierno.
–¿No está demasiado pesado el asunto? –le dijo, cauto, el dirigente del PJ, quien no imaginaba al ex ministro menemista junto a la Alianza por lo menos hasta después de las elecciones de octubre.
–Para nada. Sé perfectamente lo que tengo que hacer –le contestó, fiel a su estilo.
A esa altura el Banco Central era un recuerdo del pasado. El propio Cavallo decía suelto de cuerpo que su destino sería la jefatura de Gabinete, tal como lo reveló Página/12 el último viernes.
El trazo grueso del acuerdo que en reserva alcanzó con los gobernadores justicialistas, y esto incluye al cordobés José Manuel de la Sota, no resultó novedoso:
u Cavallo pidió respaldo político a cambio de eliminar del paquete de Ricardo López Murphy las cláusulas que irritaban a las provincias, como aquella que las hacía responsables del pago del incentivo docente.
u Además se comprometió, como nexo con Fernando de la Rúa, a darles un lugar de privilegio en las relaciones con el Gobierno, siempre y cuando no le pongan palos en la rueda.
Ruckauf siente una deuda con Cavallo luego del apoyo que éste le prodigó en los comicios que lo llevaron a la Gobernación. Por eso hoy será el principal motor para lograr el apoyo de todo el PJ.
Con el menemismo no habrá demasiados problemas. Sus principales referentes se mostrarán lo más neutros posibles. Alberto Kohan, la sombra de Carlos Menem, dijo a este diario que el nombramiento de Cavallo es una decisión del Presidente y que respetará esa facultad. Los gestos conciliatorios de Carlos Corach, que ayer siguió los acontecimientos desde el country Highland, vienen desde hace tiempo. Salvo el juicio por los dichos de la famosa “servilleta”, el ex ministro del Interior levantó todas las causas judiciales contra su enemigo interno.
Claro que desde este sector no se aportará ningún nombre para integrar, si así lo pide De la Rúa, el gobierno de unidad. En cambio desde la vereda de los gobernadores los nombres que se echaron a rodar fueron más de diez.
El que se escuchó con más fuerza fue el del Jorge Remes Lenivoc. Al ex ministro de Economía bonaerense se lo mencionaba para presidir el Banco Central.
Se mencionó también el del ministro de Producción de Córdoba, Juan Schiaretti, quien ejerció el cargo de secretario de Industria durante la gestión de Cavallo en Economía. Aunque desde el gobierno de De la Sota se relativizó la versión.
El hueso más duro de roer para el titular de Acción por la República será el Congreso. El jefe de bloque de diputados del PJ, Humberto Roggero, se plantó ayer y dijo no estar dispuesto a entregar la suma del Poder Legislativo ni a De la Rúa ni a Cavallo, pese al pedido presidencial. Perodurante esta misma jornada Ruckauf tratará de persuadirlo, aunque seguramente evitará el chiste que un íntimo le escuchó este fin de semana. –De la Rúa al Gobierno, Cavallo al poder.

FELIPE SOLA, VICEGOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
“De la Rúa sin Cavallo es Bordaberry”

Por D.S.

–¿Cómo se imagina a Cavallo en el Gobierno?
–Cavallo puede saldar este terrible enfrentamiento de hecho entre el establishment y la posibilidad de que exista democracia en la Argentina.
–¿Lo dice porque Cavallo fue funcionario durante la dictadura?
–Bueno, Cavallo es el único que los hombres políticos aceptan que pueda ensayar un plan.
–Le recuerdo que Cavallo no tuvo demasiado apoyo popular en las urnas.
–Pero los demás economistas ofrecen la receta de siempre y, además, a esos sí que no los vota ni el loro.
–O sea que usted no juega ni una carta por Ricardo López Murphy.
–No. La gente no lo asocia con reactivación. A Cavallo sí. Y ojo que yo no soy el promotor de Cavallo: la parte mía que acepta a Cavallo es la parte mía que está asustada. Lo que digo es que Cavallo tiene cierta independencia del establishment. Cuando nos iba bien tomó independencia del FMI, en el ‘94. En Cavallo hay una posibilidad de innovación, de actitud no ortodoxa ante la recesión. Lo otro es la teoría del derrame. A mi me impactó ese grupo que aplaudió el plan de López Murphy, que no cuenta ni con el 20 por ciento de apoyo de la política argentina.
–¿Qué otra diferencia hay entre Cavallo y López Murhpy?
–Cavallo podría significar en el imaginario un jefe de Gabinete o ministro de Economía que entiende cómo realizar el gasto social, que no va a victimizar lo social y la educación ni ignorar a los gobernadores o pensarlos como agentes del gasto.
–¿Cavallo no era el cuco para el gobierno de Menem?
–Fue para los menemistas, por otras razones, como las denuncias. Pero siempre fue el enlace entre lo político y lo económico.
–Recuerdo a Ruckauf diferenciándose de los planes de ajuste de Menem, muchos de los cuales lo tuvo a Cavallo como protagonista.
–Cavallo está asociado al crecimiento no al ajuste. El Cavallo ajustador es la imagen que irradia un grupo de radicales, entre ellos Alfonsín, que piensa que Cavallo es la derecha y López Murphy es un buen muchacho porque es radical. Cavallo es independiente de FIEL y puede conducir al establishment y no ser conducido por el establishment. No es lo mismo que el establishment se ponga más sumiso frente a Cavallo a que López Murphy se ponga sumiso frente al establishment.
–¿Es posible un gobierno de concertación?
–Cavallo se ofrece como un nexo con los gobernadores. Y los gobernadores se comprometen a cumplir con lo firmado el año pasado en el Pacto Fiscal.
–Ruckauf apoya el ingreso de Cavallo. ¿Eso implica que abandona su alianza con Moyano, que ya anunció paros para esta semana?
–A Dios rogando y con el mazo dando. Moyano no es tan jodido como parece. Pero no va a regalar la calle, es su espacio. El es un Ubaldini moderno. Lo de la CTA jode más que Moyano. Los docentes han dicho paro de 48 horas, no de una semana: me parece que están esperando a ver qué pasa.
–Está de acuerdo con Duhalde, quien dijo que el Presidente está groggy.
–Sí. Ya sabemos lo que el Presidente es...
–¿Es de los que hasta ayer hablaba de una alianza De la Rúa-Menem?
–No. No tenía legitimidad. De la Rúa sin Cavallo es Juan María Bordaberry (ex presidente uruguayo, que abrió las puertas a la dictadura en su país), sólo que con las fuerzas armadas mucho más desactualizadas. Es el golpe del mercado con el Presidente pintado.

 

 

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