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SAN QUINTIN SERIA UN COMPLEJO DE VIVIENDAS
La moda de vivir en prisión

La prisión más famosa podría servir para un desarrollo inmobiliario de alto vuelo: la zona es cara y tiene vista al mar.

Por Duncan Campbell *
Desde Los Angeles

Vistas magníficas, un lugar histórico, excelente seguridad y un acceso conveniente a Silicon Valley en San Francisco. La nueva propiedad en Bay Area que saldrá al mercado en cuanto comience el verano parece tener todo a favor. Hay un pequeño problema, sin embargo, con la dirección: Corredor de la Muerte, San Quintín, suena algo funesto. Enfrentados a los incesantes aumentos en los costos para mantener en pie un edificio que se cae a pedazos, las autoridades responsables de una de las prisiones más famosas del mundo, San Quintín, están considerando cerrarla y ofrecerla en el mercado para un proyecto de desarrollo inmobiliario. Un estudio de factibilidad ordenado por la legislatura del estado de California estará listo en poco tiempo.
“Sería una propiedad muy requerida”, dijo Joy Luck de la empresa de bienes raíces Pacific Union en San Francisco. “Tiene vista al mar, acceso a la autopista y sería muy buena zona para quien trabaja en la ciudad.” Johnny Cash cantaba en la prisión “Odio cada piedra tuya”, pero los urbanizadores estarían cantando otra tonada. La cárcel ocupa 175 hectáreas de la mejor tierra en Marin County, desde hace mucho tiempo el hogar de los militantes de la salud y de los librepensadores liberales de Bay Area. Aun con el boom del dot.com en baja, las casas en el área están entre las más caras de Estados Unidos y siempre hay demanda de tierra.
Construida en 1852 por presos que vivían en un barco cárcel, San Quintín es la prisión más vieja en el estado y albergó a algunos de los prisioneros más conocidos del país, incluyendo a Charles Manson, el asesino de la actriz Sharon Tate; Sirhan Sirhan que asesinó a Robert F. Kennedy, y al líder de los panteras negras y escritor de la cárcel George Jackson, que resultó muerto en un supuesto intento de fuga en 1971.
Pero el antiguo diseño de San Quintín significó grandes gastos de mantenimiento y su costo –unos 120 millones de dólares este año– es 50 por ciento mayor al de otra prisión del estado que alberga el mismo número de internos. “Hemos querido cerrar San Quintín durante mucho tiempo, pero no teníamos lugar adonde poner a los presos”, dice Robert Presley, secretario de la oficina correccional de California.
California ya tiene más prisioneros per cápita que cualquier otro estado: actualmente hay alrededor de 160.000 personas en sus cárceles.
San Quintín tiene 6100 prisioneros y 1500 empleados. Los reclusos podrían ser reubicados a principios del año que viene. Otro motivo para cerrar la cárcel es que las autoridades dicen que el diseño pasado de moda presenta riesgos a la seguridad. La prisión alberga a todos los 560 prisioneros del estado que esperan en el Corredor de la Muerte para ser ejecutados, y su presencia motivó las objeciones al cierre de la prisión. Muchos tienen abogados en San Francisco y reubicarlos podría dificultar las apelaciones y los pedidos de clemencia.
Pero ya hay varias ideas para el desarrollo. Al consejo local del distrito le gustaría que fuese un complejo costero con acceso a barcos y transporte de ferry para aliviar la cantidad de tránsito que cruza el puente de Golden Gate hacia la ciudad.
* De The Guardian de Gran Bretaña Especial para Página/12

 

 

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