Por
Mariano Blejman
Pablo
Marcovsky tenía diez años menos, su pelo lacio bien largo
y prolijamente tomado con un colín, cuando presentó su primer
videoclip en el programa El agujerito sin fin, conducido por
Julián Weich. Pibe, ¿vos podés presentar un
video de Bon Jovi?, le habían preguntado minutos antes al
pibe que oficiaba de músico del programa. A la semana, Marcovsky,
que en ese momento trabajaba de maestro, propuso presentar un video de
los Sex Pistols. Además quería explicarles a los chicos
de qué se trataba el punk. Le dijeron que sí. Había
encontrado un trabajo.
El ex conductor de Cablín pensó en aquellos inicios a la
hora de intentar convertirse en empresario y armar su Productora Sin Fin.
Pronto descubrió que a veces ser productor es desalentador. Desde
ayer, Marcovsky conduce por Radio Mitre (AM 680) junto a Claudio Morgado,
un programa con un alto contenido de ironía llamado Sepan
disculpar, de 16 a 17. En una entrevista con Página/12, Marcovsky
sostiene que una carcajada sobre nuestro propio despelote siempre
hace las cosas más soportables. Mientras tanto, el programa
infantil Pulgas en el 7, que conducen juntos en el canal estatal
donde les adeudan sueldos desde el año pasado está
en receso.
¿Por qué cree que no hay propuestas para chicos en
la radio?
Por algún motivo que desconozco la radio no termina de enganchar
a los más pequeños. De todos modos, aunque no prosperó,
nosotros tuvimos una propuesta de una radio hecha por chicos que se llama
Panda. Lo que parece claro es que la FM atrajo a los adolescentes y la
televisión se llevó al público infantil y la AM ha
quedado como un reducto para padres. Sin embargo, cuando los canales programan
sus grillas, al final dicen: Che, ¿qué ponemos para
los pibes?, como para cumplir con alguien. La verdad es que la televisión
abierta no nos da mucha pelota. No hay espacio para los programas infantiles.
En verdad, nosotros somos una suerte de excepción.
¿De dónde viene la idea de hacer Sepan disculpar?
Sepan disculpar nació de una idea con Claudio
Morgado. Yo oficié de guionista en el especial de Pulgas
en el 7, que hicimos a fin de año por canal 7 y nos quedó
mucho material sin usar. Radio Mitre estaba buscando un cambio de programación,
llevamos un proyecto y quedó. El humor es el pasamanos entre tema
y tema.
En un primer momento se habló de llamarlo Radio registrada.
¿Tiene que ver con esa idea del programa Televisión
registrada, que conduce Morgado?
Tiene un atisbo de eso. Estamos haciendo un gran laburo de recopilación,
de preproducción y de recolección de audios. Estamos trabajando
con ediciones y con reportajes apócrifos. La diferencia es que
en la televisión el apoyo de la imagen amplía las posibilidades.
En radio, en cambio, la exigencia es mayor. El audio tiene que ser entendible,
la calidad tiene que ser mejor. Vamos a hacer mucho trabajo de laboratorio.
¿No tienen miedo de comenzar con mucha producción
y luego terminar leyendo los diarios?
Por eso el programa dura una sola hora. Por lo general, los programas
en AM duran tres horas. Nosotros somos conscientes de que podemos terminar
repetiendo. Pero Claudio y yo somos músicos, aunque él es
mucho más viejo que yo. Tenemos dos pianos en vivo, con los cuales
recrearemos bonitas páginas musicales, desde el lado del humor.
¿Se plantearon hacer algo distinto al estándar de
la radio?
Creo que la nuestra es una idea novedosa en tanto y en cuanto logremos
soportar el ritmo. Nuestro tercer conductor es la producción. Tenemos
referentes como Pedro Saborido o Tato Bores, pero no sé si hay
actualmente un programa dedicado al humor en radio. Hay micros dentro
de programas, pero no un programa completo. Nosotros tenemos un estudio
propio, con dos computadoras bien equipadas.
¿Cómo tratan la actualidad en una radio cuyo eje son
las noticias?
Obviamente no decimos acá no pasa nada, sobre
todo después de las cosas que están pasando. Hay puntas
desde las cuales podemos laburar con la noticia, o con cierto material
periodístico que da para divertirse. No somos capocómicos,
ni queremos ser graciosos. El tema está en cómo presentar
las cosas. Yo creo que el humor es un antídoto contra la realidad.
O como decía Horacio Fontova usando referencias cardiovasculares,
reírse es vasodilatador. El humor debería servir para soportar
un poco más lo que pasa. Nuestra idea es asociar libremente, a
partir de la realidad, te da motivos para reír por no llorar.
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