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LA IGLESIA CONFIRMA QUE
CURAS VIOLARON A MONJAS
Pecados debajo
de la sotana
Denuncia: El hecho más grave es el de un cura que violó y obligó a abortar a una religiosa. Ella murió y él ofició el responso con toda naturalidad.

”Monjas violadas por sacerdotes”, tituló ayer el diario italiano La Repubblica, sacando a la luz un escándalo sin antecedentes en la Iglesia Católica. El Vaticano dio una rápida respuesta, sorprendiendo a propios y a extraños: confirmó la existencia de casos de abusos sexuales de religiosas por parte de sacerdotes y misioneros católicos, sobre todo en países del Tercer Mundo. La información surgió a partir de un informe redactado por la médica y religiosa estadounidense María O’Donahue, que denuncia casos de violencia sexual contra monjas, muchas veces seguidos de abortos no deseados. El hecho más grave que se conoció es el de un cura que, después de violar y obligar a abortar a una religiosa y que ésta muriera durante la intervención, ofició el responso con absoluta naturalidad.
El informe que ha llevado al Vaticano a reconocer públicamente lo ocurrido había sido publicado originalmente en el diario estadounidense National Catholic Reporter, y redactado por la médica y religiosa norteamericana sor María O’Donahue, que denunció casos de aspirantes a monjas que fueron violadas por los curas a los que presentaron la documentación para ingresar en los conventos. También refirió casos de curas que acudieron a médicos “de confianza” de hospitales para que efectuasen abortos a monjas y jovencitas que habían dejado embarazadas. En ese informe se menciona el terrible caso de la monja que murió tras realizarle un aborto.
El director de la oficina de prensa del Vaticano, el español Joaquín Navarro Valls, admitió que “el problema es conocido”, pero aclaró que está “limitado geográficamente” y que “la Santa Sede está tratando el problema en colaboración con los obispos, con la Unión de Superiores Generales y con la Unión Internacional de Superiores generales”.
Según La Repubblica, en el Vaticano se conocía la existencia de estas denuncias desde 1995, cuando O’Donahue entregó el informe, con acusaciones precisas con nombre y apellido, al jefe de la Congregación de Ordenes Santas, cardenal Eduardo Martínez Somalo, quien guardó bajo llave esta información y creó un grupo de trabajo para estudiar los espeluznantes casos denunciados.
Aunque el Vaticano no precisó los lugares donde ocurrieron los casos, las denuncias recogidas por la monja provinieron, según lo publicado, de 23 países, en su mayoría africanos. La principal razón de que esto sucediera en Africa es, para la religiosa, la difusión del sida en ese continente, que propició que muchos curas y misioneros se fijaran en las monjas por considerarlas “seguras”, es decir, que no estaban infectadas con VIH. Así, cambiaron a las prostitutas por religiosas. La denuncia también reveló que “exponentes” de la jerarquía –en velada alusión a prelados– obligaron a las monjas a tomar píldoras anticonceptivas y que se dieron casos de comunidades formadas por una veintena de religiosas en las que todas quedaron embarazadas.
Al parecer, muchos de esos hechos ya habían sido denunciados, pero las autoridades religiosas de la zona hicieron oídos sordos. La Repubblica reveló el caso de una superiora que denunció que 29 monjas de su congregación quedaron embarazadas por los curas de la diócesis, y que la única medida que se adoptó fue cambiarla de cargo y alejarla del lugar.
El National Catholic Reporter también recogió las declaraciones de sor María McDonald, superiora de las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de Africa, que denunció que el problema no está siendo tratado como se debe:
la monja afirmó que los sacerdotes “se aprovechan de las religiosas por ser quienes financian a las congregaciones y a cambio de ello piden favores sexuales”. También aseguró que muchos confesores y directores espirituales se aprovechan del puesto para lograr favores sexuales y advirtió que en la mayoría de los casos “las monjas callan por miedo”.

 

SIDA

La cifra es impactante: unos 4,7 millones de sudafricanos, más del once por ciento de la población del país, están infectados con el VIH, según un informe divulgado ayer por las autoridades de Pretoria, que incluye cifras recopiladas hasta diciembre pasado. Al divulgar el informe, la ministra sudafricana de Salud Pública, Manto Tshabalala-Msimang, afirmó, sin embargo, que “los niveles de contagio se han estabilizado en los últimos tres años”.

 

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