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LOS BANCOS RETENDRIAN UN SEIS POR MIL DE LAS OPERACIONES
Cheque, no billetes, y con impuesto

El proyecto de Cavallo es gravar cualquier movimiento de cuenta corriente, aunque promete hacerlo deducible de IVA y Ganancias. El objetivo es tener registradas las operaciones no declaradas.

Las transacciones financieras,
débitos y créditos en cuenta corriente pagarán un impuesto del 6 por mil.

Por David Cufré

Entre los anuncios que formuló ayer Domingo Cavallo hay tres medidas de alto impacto que modificarán usos y costumbres cotidianos de particulares y empresas. La más importante consiste en obligar el pago por medios bancarios de todas las transacciones superiores a mil pesos.
Ya no se podrá comprar un bien por más de ese monto en efectivo, sino que deberá utilizarse un cheque, tarjeta de crédito o cualquier otro medio registrable por los bancos. El concepto es el mismo que figura en la Ley Antievasión que se aprobó el año pasado, pero reduce de 10 mil a 1000 pesos el tope de las operaciones que pueden hacerse cash. En relación a esto, Cavallo presentó su herramienta más poderosa para combatir la evasión: el impuesto a las transacciones financieras. Los bancos retendrían hasta un 6 por mil de todos los depósitos en cuenta corriente y de todos los cheques emitidos, retenciones que podrán tomarse a cuenta de las liquidaciones de IVA y Ganancias de cada contribuyente. La medida busca un blanqueo de la economía y le permitirá contar al nuevo ministro con una suculenta recaudación inmediata para sobrellevar la crisis fiscal.
Tal como adelantó ayer Página/12, el mecanismo lanzado por Cavallo busca reducir de manera “violenta” la evasión impositiva. El ministro destacó que el impuesto “es de fácil recaudación” y que su eficacia “quedó demostrada recientemente en Brasil”. Del proyecto que ya tienen los legisladores surgen las siguientes puntualizaciones:
El impuesto se cobrará a los titulares de las cuentas corrientes y los bancos actuarán como agentes de retención.
El proyecto señala que la tasa será de “hasta un máximo de 6 por mil”.
“El impuesto se cobra cada vez que se emite un cheque o se hace un depósito en cuenta corriente”, explicó Cavallo. “El pago es a cuenta de IVA y Ganancias”, aclaró.
Por ser un pago deducible de otros impuestos y por alcanzar a los depósitos, el mecanismo se diferencia del antiguo impuesto al cheque, que consistía en el pago de una tasa por la emisión de cada cheque. La denominación técnica de ese tributo era “a los débitos bancarios”. En cambio, el nuevo sistema alcanza tanto al débito como al crédito de las cuentas corriente.
El mecanismo no abarca las operaciones a través de caja de ahorro.
Quedan exceptuados los movimientos de cuenta corriente del Estado, las embajadas y todas las entidades exentas del impuesto a las Ganancias.
La obligación de que todas las transacciones superiores a mil pesos se hagan por medios bancarios, junto al sistema de retenciones por todos los movimientos de cuenta corriente, constituyen las ideas fuerza del plan que imaginó Cavallo para “eliminar de cuajo la evasión”. Lo que busca es tener registradas a través de los bancos la mayor cantidad de operaciones posible, tanto de empresas como de particulares, para evitar que haya transacciones no declaradas. Por caso, si una empresa hace una venta y no la registra, cuando deposita el dinero en la cuenta corriente el Estado se cobrará aunque sea una parte de ese dinero. El objetivo es hacer más difícil el ocultamiento al fisco de dinero negro. Ni Cavallo ni el proyecto que llegó al Congreso explican qué pasará si las retenciones por movimientos bancarios superan la liquidación que el contribuyente debe hacer de Ganancias e IVA.
La tercera medida de impacto que lanzó Cavallo es flexibilizar la reglamentación para el cierre de cuentas corrientes. “Vamos a alentar el uso de la cuenta corriente, incluso de los inhabilitados”, sentenció el ministro, quien puntualizó que “no se impedirá usar este instrumento a los que hayan librado cheques sin fondo, sino que se dejará a decisión de los bancos en qué caso corresponde cerrar la cuenta”. Cavallo avanzó sin preguntar en una atribución directa del Banco Central, que es el responsable de fijar las reglamentaciones. Pasó por arriba de Pedro Pou,demostrando que está dispuesto a usar el poder que le arrebató a De la Rúa.
Hasta ahora, las empresas o particulares que emiten cheques sin fondos quedan inhabilitados para usar una cuenta corriente, y su mal comportamiento queda grabado a fuego en las centrales de deudores privadas (como Veraz) o del Banco Central. Cavallo pretende romper este sistema y fomentar al máximo el uso de la cuenta corriente, tanto para devolver capacidad de operación financiera a empresarios ahogados por la recesión, como para cobrar impuestos a través de ellas.

 

En busca de viejos amigos

Domingo Cavallo ofreció a Jorge Remes Lenicov, diputado nacional por el PJ y ex ministro de Economía de Eduardo Duhalde, a Juan Schiaretti, ministro de Producción de Córdoba, y a Ricardo Gutiérrez, actual presidente del Banco Provincia de Buenos Aires, integrarse a importantes cargos en el gabinete nacional. Gutiérrez ocuparía, según los deseos de Cavallo, la Secretaría de Hacienda, puesto que ya desempeñó cuando Cavallo fue ministro de Economía de Menem. Schiaretti, que en la primera etapa de la Era Mingo había sido secretario de Industria, ahora iría a la estratégica Secretaría de Relación con las Provincias del Ministerio de Interior, cargo que ocupaba Walter Ceballos hasta la renuncia de Federico Storani. Pero Schiaretti anunció que rechazaba la oferta de esa área clave como puerta de negociación del ajuste en las provincias. Fuentes del peronismo adelantaron que Gutiérrez habría aceptado con el consentimiento del gobernador Carlos Ruckauf, en tanto Remes Lenicov, al que en un principio se mencionaba para el Banco Central y hoy no se sabe su destino específico, estaría esperando una respuesta de Eduardo Duhalde para dar su respuesta definitiva. También estarán en el equipo económico Horacio Liendo, Guillermo Mondino, Daniel Marx, que sigue en la Secretaría de Financiamiento, Adolfo Sturzenegger, el ex presidente de la Sociedad Rural Guillermo Alchurrón, Osvaldo Giordano y Juan Antonio Zapata. Para la Agencia de Desarrollo Social, Cavallo quiere al hoy frepasista Marcos Makón.

 

La evasión y los bancos

La revisión de la capacidad de los inhabilitados por el uso de cheques sin fondos para volver a ser titulares de cuentas corrientes apunta a un problema generalizado hoy en el comercio. La propuesta elaborada por Domingo Cavallo, incluida en el proyecto de ley enviado al Congreso, faculta a cada entidad bancaria a determinar las causales para el cierre de cuentas. Así, se busca flexibilizar un mecanismo hoy rígido que, por las dificultades en la cadena de pagos propias de períodos recesivos, deja a miles de pequeños y medianos empresarios afuera del sistema bancario.
Cavallo, al presentar la medida en conferencia de prensa, destacó que sería un instrumento para alentar la “bancarización”, es decir, la vuelta al sistema de los inhabilitados. Las operaciones a través del sistema financiero será, por otra parte, uno de los instrumentos a los que Cavallo espera echar mano para el control de la evasión, mediante controles cruzados con los registros de la AFIP. Ayer señaló como antecedente el uso de ese mecanismo en Brasil y, según él, con auspiciosos resultados.
“Lo conversé hace poco con Roberto Setúbal, un importante banquero de Brasil, que destacó los buenos resultados del cruzamiento de datos para combatir la evasión y, a la vez, dar mayor transparencia al sistema financiero”, señaló ayer el ministro. Fue a la vez un mensaje a los banqueros locales para prevenirse de eventuales resistencias.

 

CAIDA DE RESERVAS DE 1000 MILLONES
En la City hay movida

El mercado financiero, tal como adelantó Domingo Cavallo a los varios interlocutores que tuvo ayer, le muestra que todavía no está apostando por su programa económico. Las acciones líderes bajaron 0,8 por ciento, mientras que el riesgo país se acercó a los 950 puntos. En lo que va del mes, las reservas de libre disponibilidad del Banco Central disminuyeron poco más de 1000 millones de dólares.
El clima de negocios en la City está dominado por la incertidumbre y, por lo tanto, las cotizaciones reflejan ese estado de indefinición política y también sobre el futuro de las iniciativas económicas que impulsa el ministro de Economía.
Con el retroceso de ayer, las acciones acumulan diez ruedas consecutivas de saldos negativos. Pero además de la volatilidad que se verifica en los activos de riesgo, en la plaza financiera se vivió una jornada de mucho nerviosismo.
Los bancos llegaron a pagar hasta el 45 por ciento anual por operaciones de un día en el circuito de préstamos interbancario. Obviamente, ese nivel de tasas refleja una profunda desconfianza de las entidades financieras sobre lo que vendrá. También para retener depósitos de ahorristas preocupados que quieren retirar sus fondos, los bancos los tentaron hasta la exorbitante tasa del 15 por ciento anual por colocaciones en pesos.
Este comportamiento del mercado financiero, con acciones y títulos en baja, pérdida de reservas, suba del riesgo país y sangría de reservas, muestra una situación delicada y preocupante a la que Cavallo no lo inquieta. Ya adelantó que, como lo hizo varias veces en su primera gestión, le ganará de nuevo al mercado.

 

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