Por Diego Schurman
El sindicalismo combativo logró
ayer su cometido: instaló en casi todo el país la sensación
de paro. La ausencia de transporte y la pertinaz llovizna fueron determinantes
y aportaron un cuadro de desolación en la Capital, salvo en las
horas pico, cuando particulares y taxistas se apoderaron de las calles.
A pesar de minimizar la protesta, la preocupación oficial quedó
reflejada por la tarde, cuando Domingo Cavallo pidió a Hugo Moyano
una tregua para avanzar con su plan. En privado, el jefe de la CGT le
respondió con un cerrado silencio. Horas después, el ministro
de Economía se enteró por las radios de aquello que el camionero,
por temor o cortesía, no se atrevió a decirle en la cara:
el paro de 36 horas programado para el 5 y 6 de abril seguía en
pie.
El anuncio apuró una respuesta de Patricia Bullrich. Quieren
liderar la oposición, señaló la ministra de
Trabajo, con mucho de bronca y alguna cuota de sensatez. Es que ningún
partido buscó capitalizar la protesta de ayer, quizás por
el debate que generó el momento días después
de la asunción de Cavallo o la razón de la convocatoria,
es decir, si era contra el modelo o contra el finado ajuste de Ricardo
López Murphy.
Lo cierto es que Carlos Ruckauf, a quien Moyano valora, y el resto de
los gobernadores del PJ prefirieron no poner demasiados obstáculos
a las pretenciones de Cavallo de acumular más poder.
Sin paraguas partidario, ni la adhesión de la CGT oficial, la CGT
rebelde se encontró liderando la cruzada prácticamente sola
junto a Víctor De Gennaro, que desde la CTA aportó la masiva
adhesión de los docentes y estatales. También mostró
su adhesión un cúmulo de políticos desprendidos del
oficialismo y la oposición. Los sindicalistas debatían anoche
cómo explotar la transversalidad de la protesta. Hoy
al mediodía en el gremio de aeronavegantes, apelarán a los
abogados para declarar traidor a la patria a Cavallo a raíz
de su pedido de facultades extraordinarias.
No será fácil para algunos dirigentes, como Saúl
Ubaldini, quien en su doble papel de sindicalista y diputado deberá
optar entre el respaldo y la confrontación con Cavallo. El ex líder
de la CGT escuchaba con una oreja a Moyano y con la otra al diputado José
María Díaz Bancalari, quien le transmitió la postura
de la mayoría del bloque justicialista.
Ubaldini participó de la comitiva sindical, encabezada por Moyano,
que visitó a Cavallo. El encuentro no se desarrolló en el
Palacio de Hacienda, como mintieron luego algunos de los participantes,
sino en el domicilio del directivo de la Unión Industrial Héctor
Massuh, en la calle Cerrito. Ahí también se encontraba el
vicepresidente de la UIA, José de Mendiguren.
No fue ajeno a la gestión para que el encuentro fuera realidad
según la versión de la CGT rebelde el titular
de los docentes privados, Horacio Ghilini, un reconocido miembro del Grupo
Productivo que une a sindicalistas y empresarios.
A lo largo de una hora, el ministro desarrolló una línea
argumental similar al del día anterior, cuando se entrevistó
con la CGT oficial de Rodolfo Daer. Dijo que si le daban poderes podría
encaminar el sistema financiero, atraer capitales y generar puestos de
empleo. Y después se enredó en discurso sobre el control
de la importación y la privatización de la DGI.
Moyano intervino para pedirle un seguro de desempleo para jefes y jefas
de familia desocupadas. Cavallo miró para el costado y apeló
a un argumento nada original: no hay fondos para eso. Dijo que primero
era necesario crear un shock de confianza en los mercados, remarcó
a este diario el titular del gremio de peones de taxis, Omar Viviani.
Para oscurecer las cosas, les anticipó de una nueva reforma laboral
y del Estado, que los sindicalistas tradujeron como despidos, algo que
el ministro se preocupó por negar. Y, acto seguido, solicitó
una tregua que le permitiera aplicar su plan sin demasiados sobresaltos.
Fue la hora del oficio mudo. Los sindicalistas se hicieron los distraídos
y se despidieron con tanta amabilidad como premura.
La respuesta llegó horas después, en conferencia de prensa,
donde Moyano ratificó el paro de 36 horas durante la cumbre de
ministros del ALCA, que se desarrollará entre el 5 y el 6 de abril.
En esa protesta también participarán la CTA y la CGT oficial.
Los rebeldes aprovecharon para repasar la agenda del extenso plan de lucha.
Hoy mismo realizarán un acto frente al Monumento al Trabajo, en
memoria de los obreros desaparecidos.
La medida de fuerza se notó en la ausencia de colectivos y subtes.
Los trenes, en cambio, brindaron un servicio de emergencia. También
hubo una considerable adhesión de los gremios estatales y dispar
de la bancarios.
De Gennaro habló de paro contundente. Moyano, de acatamiento
total. Al bajarlo a números, los sindicalistas calcularon
más del 90 por ciento de adhesión. Los moyanistas después
celebraron en la intimidad. Allí se burlaron de Bullrich, quien
en un reportaje a Página/12 los cuestionó por querer cambiar
el ministro de Economía. No sólo queremos Economía
sino que también vamos a crear un ministerio de la Producción,
dijo a risotadas Moyano. El entusiasmo llevó al judicial Julio
Piumato, un reconocido hincha xeneize, a asociar la suerte de Boca con
la de la CGT. Cuando vi que Boca le ganó al Cobreloa dije:
Ya está, duermo sin frazadas.
Caprichoso,
inoportuno
Patricia Bullrich reconoció ayer la fuerte adhesión
al paro del sector del transporte y atribuyó a la falta de
colectivos la inasistencia de la gente a sus puestos de trabajo.
Todos los argentinos se preguntaron qué pasó.
Muchos habrán perdido el presentismo y los premios. Moyano
no tiene problemas con su presentismo, por lo que no le preocupa
lo que les pasa a los trabajadores con respecto a estos temas que
hacen a su salario, señaló la ministra de Trabajo.
La funcionaria volvió a cuestionar las razones del paro.
A su entender, la medida fue convocado en reacción con el
ajustazo de Ricardo López Murhpy y los sindicalistas no deberían
haberlo ratificado, dada la renuncia del ministro y la caída
de su plan. Fue una medida totalmente caprichosa e inoportuna,
señaló.
El mismo argumento utilizó el flamante vicejefe de Gobinete,
el cavallista Armando Caro Figueroa, quien habló de un paro
extemporáneo. En tanto, el ministro del Interior,
Ramón Mestre minimizó la medida de fuerza al sostener
que la convocó sólo una parte de la dirigencia
sindical y logró una adhesión poco significativa.
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Daer no se conmueve
Patricia Bullrich y Adalberto Rodríguez Giavarini le pidieron
ayer a Rodolfo Daer que desista de su idea de parar el 5 y 6 de
abril en repudio a la cumbre de ministros del Area de Libre Comercio
de las Américas (ALCA), que se desarrollará en esos
días en el país. Puertas adentro, el sindicalista
evitó definirse sobre el tema ante los ministros de Trabajo
y Relaciones Exteriores. Pero posteriormente explicó que
la CGT oficial rechaza al ALCA porque no se contempla la dimensión
social ni los convenios de la Organización Internacional
del Trabajo.
Al encuentro realizado ayer en la Cancillería también
fueron invitados los jefes de la CGT rebelde y la CTA, Hugo Moyano
y Víctor De Gennaro. Pero ambos dirigentes se encontraban
monitoreando la evolución del paro general.
Rodríguez Giavarini se preocupó en explicar las características
del ALCA y Bullrich aprovechó para sondear si el tono beligerante
de Daer se iba a traslucir en los hechos. La ministra de Trabajo
confía de su poder de persuasión. De hecho, en los
últimos días logró que la CGT oficial no se
sumara al paro general de ayer. Pero por las palabras de Daer, por
ahora no parece estar logrando su cometido.
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ENCUESTA
POR LA HUELGA Y LA TOMA DE FACULTADES
Más preocupados que enojados
Por
Raúl Kollmann
Dos de cada tres
personas se manifestaron en contra del paro realizado ayer y una proporción
igual sostuvo que la medida de fuerza no afectará la flamante gestión
del ministro de Economía, Domingo Cavallo. Los consultados también
manifestaron rechazo a los dirigentes gremiales y señalaron que
debe levantarse la toma de universidades, según una encuesta realizada
por la consultora Analogías, que conduce Analía Del Franco
y que habitualmente realiza trabajos y asesoramientos para Fernando de
la Rúa.
En total se encuestó a 600 personas en Capital Federal, Gran Buenos
Aires, Rosario, Córdoba y Mendoza, respetándose las proporciones
por edad, sexo y nivel económico-social. A diferencia del paro
realizado en noviembre, que contó con un apoyo de más de
la mitad de los encuestados en general la gente es más bien
pacifista y rechaza los paros, la huelga de ayer cosechó
un desacuerdo mayoritario. No sólo la encuesta de Analogías
sino también trabajos de consultores que asesoran al justicialismo
muestran que la ciudadanía está muy preocupada con la situación
actual y miran lo que sucede con dramatismo y angustia. Por lo tanto,
no hay ánimo de confrontación sino, como señala el
consultor del PJ, quieren que se ayude al Gobierno, aunque sin mezclarse
mucho.
La encuesta de Analogías muestra ese cuadro: 65 por ciento rechaza
el paro y un porcentaje similar también está en contra de
la toma de las universidades por parte de los estudiantes. Es más,
las opiniones como es habitual son muy contrarias a los dirigentes
gremiales: la mayoría (74 por ciento) piensa que los sindicalistas
cuidan más sus intereses que los del pueblo. Es cierto también
que Hugo Moyano es uno de los dirigentes que, aun recogiendo opiniones
fuertemente negativas, suele estar mejor evaluado que Rodolfo Daer, Luis
Barrionuevo y los demás jefes de la CGT oficial.
Es interesante ver que la postura pacifista de los encuestados se da en
el peor momento del presidente Fernando de la Rúa. Según
el trabajo de un consultor del PJ, el primer mandatario recoge el 75 por
ciento de opiniones negativas, algo que debe ser casi un record. Se trata
de una imagen peor aún a la que tuvo Carlos Menem en algunos de
los peores momentos. O sea se da la aparente paradoja de que la gente
está en contra del paro y también muy en contra del Presidente.
En las medidas de fuerza anteriores fue muy notorio que los encuestados
se adhirieron casi forzosamente a la huelga. En otras palabras, manifestaron
que no fueron a trabajar por el paro de transporte y sobre todo por temor
a los problemas de seguridad que se pudieran plantear con los huelguistas.
Es muy probable que esta vena sea utilizada por Domingo Cavallo para enfrentar
la próxima medida de fuerza, prevista para el 5 de abril. Esto
significa que el ministro seguramente se va a subir a un ring en el que
confrontará con la franja de peor imagen en la sociedad los
sindicalistas y unas medidas de fuerza que tampoco tendrían
mirado a priori consenso en la gente. Eso sí, habrá
que ver si para esa fecha, el propio Cavallo está con una imagen
suficientemente buena como para desafiar a esos adversarios.
Alto
acatamiento y cortes de ruta en el interior
Educación,
administración pública y transporte: en estos tres sectores
pegó fuerte el paro de ayer en las provincias. Además, hubo
cortes de rutas y algunos incidentes en Neuquén, Mar del Plata,
La Plata, Mendoza y Tucumán. Al compás del deterioro de
las economías regionales, en la mayoría del país
hubo un alto acatamiento a la huelga de la CGT disidente, de la CTA y
de la Corriente Clasista Combativa.
En provincias como Córdoba, Santa Fe, Misiones, Jujuy, Chaco, Tucumán,
Santiago del Estero y Neuquén el paro tuvo niveles de adhesión
muy altos en casi todos los sectores. En el caso chaqueño, inclusive
los comerciantes cerraron sus puertas, y en Santiago hasta los vendedores
de chipaco, una especie de galleta local, dejaron de trabajar.
En Tucumán hubo también cortes de ruta en las localidades
de Alberdi, Aguilares y Famaillá, y los bancarios marcharon por
la capital provincial, ante lo cual los bancos no atendieron al público.
En territorio jujeño se registró el mayor número
de cortes de rutas: 21, organizados por la CCC del Perro Santillán.
En Neuquén el paro se combinó con cierta dosis de violencia:
grupos de piqueteros rompieron los vidrios de la sucursal capital del
Banco Nación, quemaron cubiertas en las calles y atacaron a pedradas
al ex gobernador Felipe Sapag. Por otro lado, más de seis mil manifestantes
marcharon por el centro de la ciudad, convocados por la CTA local en repudio
al modelo económico y a la incorporación de Domingo Cavallo
al Gobierno.
En la provincia de Buenos Aires el panorama mostró un importante
respaldo a la medida: La Plata, paralizada por la falta de colectivos
y por el ausentismo en escuelas y establecimientos públicos, también
tuvo sus cortes de ruta en el Camino Centenario y en el Camino General
Belgrano, a la altura de las localidades de Ringuelet y Gonnet. En tanto,
en Mar del Plata dieciocho micros que cumplían normalmente su recorrido
terminaron con sus vidrios destrozados a pedradas. Bahía Blanca
también estuvo con poca actividad, dado que pararon metalúrgicos,
portuarios, estatales y bancarios.
Otro distrito importante del país en donde el paro tuvo bastante
apoyo fue Santa Fe, en donde los estatales agrupados en UPCN, pese a que
están con la CGT oficial, respaldaron la huelga, generando un 80
por ciento de ausentismo en las reparticiones públicas. Los destrozos
no estuvieron ausentes en esa provincia; en Rosario, las bombas de estruendo
terminaron con las vidrieras de dos importantes negocios céntricos.
En Tierra del Fuego el Parque Industrial de Ushuaia se mantuvo inactivo
durante todo el día; en Río Negro la huelga se sintió
casi exclusivamente en el sector educativo, con ausentismo prácticamente
total de docentes y alumnos, mientras que en Chubut el cese de actividades
afectó además al transporte, y hubo movilizaciones de los
trabajadores petroleros. La bronca contra Repsol-YPF llegó a la
localidad santacruceña de Las Heras, en donde un grupo de ex empleados
de la multinacional española quemó un pabellón y
saqueó un hotel de la compañía.
Entre Ríos, Corrientes, San Juan, Catamarca, Mendoza, Salta y San
Luis sufrieron problemas en el transporte y un relativamente alto acatamiento
al paro por parte de los docentes, pero la medida de fuerza se sintió
poco en los restantes sectores. En el caso riojano sí hubo gran
adhesión de los estatales, a quienes el gobierno del justicialista
Angel Maza les prometió
que no les descontará la jornada a quienes apoyaran el paro.
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