Se sabía que por su estilo desenfadado y directo, la alcaldesa de San Pablo haría una gestión, cuanto menos, inédita. Lo que nadie imaginó es que su profesión de psicóloga iba a pesar tanto en una de las primeras medidas originales que tomó: Marta Suplicy, la jefa de gobierno del principal estado de Brasil, llamó a los vecinos de la ciudad a protagonizar un psicodrama colectivo para poner en escena sus problemas cotidianos. Para instrumentarlo, la alcaldesa del PT lanzó a la calle a 700 colegas suyos del mundo psi. La psicodramática jornada se concretó ayer y la gente que aceptó el desafío pudo hacer oír sus quejas a través de los micrófonos instalados para la ocasión, aunque también se tuvo que poner en el papel de la alcaldesa para proponer las soluciones.
–Tengo 18 años y no consigo empleo.
Alex, un tímido afrobrasileño de 18 años, fue uno de los primeros en aceptar el reto. Tomó el micrófono puesto en la avenida financiera de la ciudad y asumió públicamente sus preocupaciones: desempleo, racismo, violencia.
–La Alcaldía acaba de requisarme el transporte (ilegal de pasajeros), ahora no tengo empleo ¿Qué me queda sino ser ladrón? –lo secundó Anderson, otro joven. Una tímida voz se sumó a la rueda:
–Soy Sabrina, tengo 9 años, y quiero seguridad al salir de la escuela.
La psicodramista intervino. “Anderson, ahora vas a interpretar el papel de alcaldesa.” “¿Qué vas a hacer para solucionar eso?”, desafió. Anderson se sorprendió con el poder que acababa de recibir. Pero no dudó en ponerse en político: “Alex –dijo a quienes acababan de protestar como él–, vamos a hacer un concurso público (de transporte) y si conseguís una licencia, será tu mérito. Sabrina, no podemos poner un policía en cada esquina, eso es muy caro”.
Más de 150 puntos de la ciudad se convirtieron en escenario de psicodrama, una técnica para terapia de grupo basada en el teatro y la psicología. En algunos casos fueron invitados policías, que tuvieron que mostrar su mejor comportamiento ciudadano. Suplicy –de 56 años y conocida antes como sexóloga que como política, por su programa televisivo sobre sexualidad– asumió el 1º de enero pasado con el compromiso de mejorar las condiciones de una ciudad de 18 millones de personas que presenta graves problemas de violencia, pobreza, desempleo, déficit de servicios, contaminación y tráfico.
La idea de la nueva estrella del Partido de los Trabajadores es tener una especie de psicodiagnóstico sobre el humor social. “El objetivo es que el ciudadano se implique en la construcción de una ciudad mejor y ayudar a la Alcaldía a percibir cuáles son los problemas a los ojos de los ciudadanos”, explicó André Cavalcanti, uno de los psicólogos lanzados a la calle. “¿En qué sociedad quiero vivir? ¿Cuál es la mejor manera de realizar eso en la comunidad?”, proponía a su turno cada uno de los psicodramistas en las calles.
En uno de los escenarios, Dona Cándida se quejaba: “¿Por qué no dejan trabajar a nuestros hijos y así los sacamos de la calle y los reformatorios? Mi hijo hace tres años que no consigue escuela, no se está formando para su futuro, no hace nada y yo no puedo pagar una escuela privada”. Acto seguido, la mujer fue invitada a interpretar el papel de una ciudadana activa, preocupada con la comunidad, que aporte soluciones a los problemas. “Tenemos que unirnos –desafió entonces a sus vecinos–, iremos puerta por puerta, barrio por barrio, y cuando seamos muchos la Alcaldía tendrá que darnos soluciones.” El psicodramista tomaba apuntes. Cuando le lleguen a Marta Suplicy, tendrá mucho para analizar.

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