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LA ALIANZA PIERDE LA TERCERA GUERRA BALCANICA
El “no te metás” de la OTAN

Después de los relativos triunfos de Bosnia y Kosovo, Estados Unidos y Europa están acorralados por la guerrilla macedonia.

Un oficial alemán a bordo
de un vehículo de la KFOR.
Robertson pidió refuerzos y ningún país se los concedió.

Por Gabriel A. Uriarte

Política si no militarmente, la insurgencia albanesa en Macedonia está destruyendo a la OTAN. Confrontado con una fuerza guerrillera albanesa en el noroeste macedonio, ayer el Consejo Atlántico de la organización “constató la necesidad de enviar más tropas”. Al salir de la reunión, el secretario general George Robertson precisó que se estaba pidiendo cinco compañías más (aproximadamente 700 hombres). Estas fuerzas suplementarias no serían enviadas a Macedonia sino a la fuerza atlántica en Kosovo, la KFOR, cuyo mandato tampoco sería ampliado a territorio macedonio. Sin embargo, aun este modesto refuerzo parece ser excesivo para los países aliados. El secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, rechazó de plano enviar más tropas, actitud que siguió discretamente Londres. Las otras capitales mantuvieron silencio o enviaron refuerzos simbólicos. En este contexto, era quizá afortunado que la guerrilla albanesa anunciara ayer un alto al fuego unilateral para posibilitar las negociaciones.
No es claro si podrá desactivar el conflicto. El anuncio vino sólo horas antes de que venciera un ultimátum del gobierno macedonio, que daba 24 horas para que los guerrilleros bajaran las armas o se retiraran del país.
Lo ofrecido ayer por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) satifacía una parte del ultimátum, pero no contemplaba ningún repliegue o desarme. Y con cada hora que pasa le llegan más voluntarios y suministros desde Macedonia y Kosovo. La capacidad del Ejército macedonio de eliminar esta zona liberada por la fuerza es altamente dudosa, sin embargo. Ya de por sí su potencia numérica es pequeña, 15.000 hombres, y se calcula que hasta un 40 por ciento de ellos pertenece a la etnia albanesa. Un corresponsal británico constató el martes cómo un oficial albano-macedonio desertó a las filas de la guerrilla. Las fuerzas especiales de la policía son más confiables (ya que pertenecen abrumadoramente a la etnia eslava), pero carecen de los números y el equipo como para expulsar a los guerrilleros de las colinas. Esta debilidad es probablemente el principal motivo por el cual los macedonios se rehúsan a salir de sus bunkeres alrededor de Tétovo y sólo atacan a los guerrilleros con fuego de cañones y morteros.
La única variable que podría alterar esta ecuación militar es la intervención extranjera. Es una intervención que el gobierno macedonio ha estado pidiendo con paciencia cada vez menor desde que comenzó la crisis.
La OTAN tiene 3000 tropas en el país, pero todas son fuerzas logísticas que se mantienen en sus cuarteles. Y por ahora ninguno de los gobiernos europeos, mucho menos el norteamericano, se mostró dispuesto a desplegar tropas de combate en Macedonia. Al menos, argumenta el gobierno macedonio, la alianza podría mejorar su sellado de la frontera con Kosovo, que hasta ahora es mayormente teórico. Es en torno de este pedido que se generó la crisis de ayer en los altos mandos de la OTAN.
Desde el comienzo de la crisis, el secretario general ha estado asediado por pedidos desde sus comandantes en el terreno por más tropas. La KFOR ya tenía las manos llenas intentando localizar depósitos de armas de la guerrilla albanesa, e intentando impedir que se infiltren al norte hacia Yugoslavia (donde ayer murieron dos soldados serbios en combates con insurgentes). El lunes, fuentes de la alianza afirmaron que el pedido mínimo había sido de dos batallones más (unos 1500 hombres). Ayer Robertson logró que el Consejo Atlántico aceptara la necesidad del refuerzo, pero lo redujo a las cinco compañías. Y nadie salió para ofrecerlas. Washington considera una gran concesión que todavía no haya retirado sus tropas y los europeos no ofrecieron nada importante. España anunció que enviaría una compañía, pero en reemplazo de otra, portuguesa, que se retira. Francia ofreció enviar aviones no tripulados de reconocimiento. Y eso fue todo. En estos momentos, lo único que Macedonia tiene para enfrentar al desafío albanés es inteligencia militar desde Washington y el asesoramiento de una misión militar de la OTAN en lacapital. No parece ser suficiente para impedir lo que se perfila como la tercera gran guerra balcánica.

 

Claves

Ayer la dirección política de la OTAN, el Consejo Atlántico, reconoció formalmente la necesidad de enviar refuerzos a sus tropas desplegadas en Kosovo. El objetivo es sellar la frontera de esa provincia con el vecino país de Macedonia, que desde la semana pasada tiene una zona liberada en el noroeste bajo control por guerrilleros de la etnia albanesa.
El refuerzo pedido es limitado, cinco compañías (700 hombres), pero ninguno de los aliados se mostró dispuesto a aportar fuerzas. Washington considera ser muy tolerante meramente al no quitar tropas de Kosovo y los otros gobiernos europeos no pudieron ofrecer nada concreto.
Esto deja solo al gobierno de Macedonia. Ayer la guerrilla declaró un alto al fuego, pero no se retirará. Y es muy dudoso que el Ejército macedonio (un 40 por ciento albanés) pueda expulsarlos.

 

DESACTIVARON UN COCHE CARGADO DE EXPLOSIVOS
Otra bomba en Jerusalén

Una bomba en el barrio ultraortodoxo de Jerusalén occidental, el regreso a Israel de la comisión internacional sobre la violencia israelo-palestina (llamada Comisión Mitchell) y las conversaciones en las Naciones Unidas entre su secretario general y el aún flamante premier israelí comentaron y signaron los esfuerzos que ayer el gobierno de Tel Aviv hizo en procura de llegar a un diálogo que ponga fin a la Intifada palestina.
La situación del día puede resumirse en que la bomba no explotó, en que palestinos e israelíes niegan responsabilidad por la violencia ante la comisión dirigida por el ex senador estadounidense George Mitchell y en que Ariel Sharon confirmó a Kofi Annan el rechazo de su país al envío de observadores de la ONU a los territorios palestinos. Y en lo que podía entenderse como un porqué a esta última negativa, la jornada concluyó con el bombardeo israelí de una base de la Fuerza 17, la guardia personal del presidente palestino Yasser Arafat, matando a un hombre e hiriendo seriamente a otros dos, según indicó una fuente palestina.
Una bomba, disimulada en un automóvil estacionado en el distrito Mea Shearim, en Jerusalén, fue desactivada por un equipo de especialistas de la policía en la tarde de ayer. Ya el 8 de febrero, dos días después de la elección del primer ministro Ariel Sharon, un auto bomba había estallado en el también ultraortodoxo barrio de Beit Israel, en Jerusalén Oeste, causando un herido leve. En este caso Hamas asumió la responsabilidad.

 

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