Por Eduardo Tagliaferro
Oficialistas, pero no tanto.
Opositores, pero no mucho, es el espacio político en el que el
líder frepasista, Carlos Chacho Alvarez, quiere ubicar
a su fuerza. En la mañana de ayer, preocupado por la posible dispersión
de su bloque parlamentario, el ex vicepresidente les reclamó unidad
y los exhortó a frenar los aspectos más autoritarios
del huracán (Domingo) Cavallo. Por la tarde se reunió
con los funcionarios que aún ocupan las segundas líneas
del gobierno y les pidió que no abandonen sus puestos.
Antes de comenzar a debatir la posición que la agrupación
iba a tener en el Congreso, respecto de la ley de competitividad,
el líder partidario realizó un largo monólogo en
el que ratificando sus dotes de analista político, repasó
los distintos momentos que llevaron al empantanamiento del Gobierno y
al Frepaso a un estado deliberativo que puede conducir a una lenta y agónica
fragmentación.
La unidad del Frepaso es lo más importante, le dijo
Alvarez a sus legisladores. Dicha unidad aparece seriamente amenazada
desde el mismo momento en que Cavallo se incorporó al gabinete
de Fernando de la Rúa. Cuestionado por un grupo no menor de su
bloque, Chacho sostuvo que en ningún momento alentó la incorporación
del ex ministro de Carlos Menem. Para el ex vice, ésta fue una
idea equivocada que reflejaron los medios de comunicación.
Acercándose al grupo más crítico de diputados, Alvarez
les preguntó: ¿Cómo hacemos para frenar el
huracán Cavallo?. Fundamentalmente se diferenció de
los aspectos más críticos de las propuestas del Mingo:
los superpoderes para legislar sobre temas previsionales y reforma laboral.
También les reclamó que deben oponerse a la privatización
del Banco Nación y acotar la reforma del Estado.
Antes de presentar su idea para enfrentar la coyuntura, el titular del
Frente enumeró largamente los desaciertos cometidos por el gobierno
y por las distintas conducciones económicas. En su alocución
no figuró su renuncia a la vicepresidencia y el no
lugar político que ocupó luego de ello. Lugar desde el que
impulsó un difuso Movimiento de Participación Ciudadana.
Yo tenía una buena relación con (Ricardo) López
Murphy. Por eso lo llamé y le recomendé que no insistiera
con sus medidas ya que serían inaceptables, les comentó
Alvarez a sus diputados. Por supuesto que la comunicación fue un
intento vano. Tan estéril casi, como el llamado del frepasista
al Presidente.
En la cronología que ayer Alvarez le hizo a los suyos, figuró
el encuentro que en noviembre del año pasado mantuvo con el ex
titular de Economía José Luis Machinea. El titular del Frepaso
reconoció que le recomendó a Machinea que dé un paso
al costado para alentar un ministerio vinculado a la Producción.
La idea de contar con un ministro que impulse la reactivación fue
lo que llevó al ex vice a posar sus ojos en Cavallo. Es más
heterodoxo que López Murphy, dijo Chacho, reiterando lo que
ya es un slogan repetido por los frentistas.
Para otro momento se anotaron las discusiones pendientes, entre ellas
las objeciones de quienes criticaron la actitud del Frente en los últimos
cambios de gabinete y Cavallo, que sigue dando tela para cortar. Tanta
tela, que es la figura que sigue dividiendo a los frepasistas.
EN
LA CIUDAD REAFIRMAN LA ALIANZA Y SE DIFERENCIAN DE LA NACION
No sólo los separa la Plaza de Mayo
Por Santiago Rodríguez
A pesar de que los dos conviven
en la misma ciudad y que tan sólo la Plaza de Mayo separa los despachos
de uno y otro, la gestión de Aníbal Ibarra ha conseguido
hasta aquí sortear la crisis política que tiene a mal traer
al gobierno de Fernando de la Rúa. En la ciudad la gente
votó a la Alianza y su programa y hay que cumplir con ese contrato,
repiten los funcionarios porteños sin distinción. Esa es
la línea que bajó el jefe de Gobierno y los radicales que
lo acompañan en su administración la comparten a tal punto
que, aun frente a la peor de las hipótesis sobre el futuro de la
coalición a nivel nacional, aseguran hoy que la sociedad entre
el Frepaso y el radicalismo continuará vigente en el distrito.
En la ciudad estamos bien. Con los radicales mantenemos el mismo
esquema y seguimos funcionando sin más roces que los propios de
toda gestión. La crisis nacional no tuvo repercusión y la
idea es que no la tenga, comentó ayer un frepasista que trabaja
en el gobierno porteño.
En esa idea los hombres del Frepaso cuentan con la venia de los radicales.
La dinámica y la impronta del gobierno de la ciudad no es
la misma que la del gobierno nacional. Acá se mantiene el perfil
y la identidad política que se ofreció al electorado y que
De la Rúa no está respetando, explicó a Página/12
un funcionario radical.
Ibarra les ratificó una vez más a sus colaboradores su decisión
de mantener la Alianza en la ciudad y el programa de gobierno que los
porteños votaron el 7 de mayo de 2000 en la reunión de gabinete
del martes pasado, horas después de que De la Rúa cerrara
sin ningún frepasista la incorporación de ministros a su
gestión y a pesar de las quejas de algunos chachistas por esa situación.
Entre los radicales jugó a su favor su advertencia de que a Domingo
Cavallo no se lo podía sumar al Gobierno como salvador,
sino en el marco de una estrategia que contuviera los ejes comprometidos
por la Alianza, y su participación en las negociaciones entre el
Frepaso y la UCR a nivel nacional.
Valoramos como muy positivo el papel que jugó Aníbal
promoviendo la integración de frepasistas al gabinete nacional.
Coincidimos en que se debe fortalecer la Alianza nacional porque nos afecta
en términos de lo que expresamos políticamente que este
distrito tenga una diferenciación tan grande con la nación,
donde la mitad del radicalismo y el Frepaso no están representados,
precisó otro importante radical porteño.
En esa reunión de gabinete Ibarra pudo capear también lo
que sí hubiera sido el impacto de la situación nacional
sobre su gestión: la renuncia de Norberto La Porta. Presionado
por su partido (que hace tiempo le reprocha su falta de crítica
a la administración delarruista y salió a criticar la designación
de Cavallo en Economía), el socialista amagó con alejarse
de la Secretaría de Medio Ambiente. La Porta no concretó
su renuncia porque los demás frepasistas y radicales
lo convencieron de que se leería como una consecuencia de
la crisis y constituía, además, un castigo para
un gobierno donde la Alianza está funcionando tal como la votó
la gente.
Sin dudas sobre la continuidad de la Alianza, la redefinición del
mapa político nacional podría traer alguna ventaja para
el gobierno de Ibarra en la Legislatura. La idea no es incorporar a los
cavallistas, pero sí tejer algún esquema de acuerdos. Si
van a ser oficialismo a nivel nacional..., dicen los ibarristas,
quienes tampoco descartan ampliar los consensos con los peronistas que
no se alinearon con Carlos Ruckauf.
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