Por Mariano Blejman
El arte debe y puede ser
un instrumento de lucha y crítica, porque la belleza tiene que
estar del lado de la verdad, aseguró a Página/12 Hebe
de Bonafini, la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de
Mayo, y rectora de la flamante Universidad Popular, al inaugurar el acto
de repudio al 25º aniversario del último golpe militar. La
palabra y su poder de resistencia como elemento político
se hicieron presentes, en una húmeda y oscura noche, en el Auditorio
de las Madres, bajo el homenaje denominado Mil poemas para los compañeros.
Es que justamente el ejercicio de la palabra como crítica voraz
les costó la vida durante la dictadura a deliciosos trabajadores
de la palabra como Francisco Paco Urondo, Miguel Angel Bustos,
Haroldi Conti, Roberto Santoro y Rodolfo Walsh, cuyos relatos fueron contados
ayer, en homenaje a sus voces silenciadas. Hay un montón
de manos, de cuerpos y cabezas, soñando con este lugar enorme y
precioso que es nuestra Universidad. ¿Quién puede decir
que Víctor Jara ha muerto, si cada vez se cantan más sus
canciones? Cuando leemos a nuestros poetas caídos, los hacemos
vivir un poco de nuevo, se ilusionó Hebe de Bonafini, quien
luego intimó al auditorio con un comentario sarcástico los
suizos nunca podrían hacer un poema, porque ellos sólo piensan
en la guita y desafió al público a que si encuentran
alguno le presenten un poeta del país de los bancos, los
relojes y los chocolates, porque lo quiere conocer.
La presentación fue hecha por Vicente Zito Lema, quien ahora oficia
de director académico de la Universidad de las Madres y también
es director periodístico de la revista Locas, cultura y utopía,
con un formato que recuerda a la mítica revista Crisis, cerrada
en su número 40 unos meses después de la llegada del golpe
y vuelta a abrir en la primavera alfonsinista, donde escribían
Eduardo Galeano y Osvaldo Soriano, entre otros. Cada vez que hablamos
de nuestros caídos los reivindicamos en la totalidad de su conducta.
En la verdad de su lucha y la verdad de su propuesta, sin cambiar lo que
fueron en realidad, explicó Zito Lema, ante una sala repleta
de pañuelos blancos, y excusándose ante sus alumnos que
habían suspendido una clase que él mismo tenía que
dar, para acudir al acto, que él mismo tenía que presentar.
Fue entonces cuando los homenajeadores tomaron la palabra. El poeta Daniel
Acosta aseguró no podemos vivir sin un sueño, aunque
sea pequeño, mientras que Manuel Barcia fue claro, al presentar
su homenaje a Rubén Galleta, militante de la JUP, desaparecido:
Rubén fue un ejemplo en todo sentido, no era un aparato,
no era un cobarde, y si hoy yo estoy acá, es gracias a que él
no dijo nada. Luego leyó, emocionado, el poema La Flor
de Rubén Galleta (ver recuadro), y siguieron su turno escritores
como Javier Cófreces, León Ferrari, Sergio Kisielewsky,
Carlos Patiño, Arturo Vázques y ya sobre el final, el mismo
Zito Lema, quien citó a Walsh: La historia no nace con nosotros,
hay otros que ya la hicieron, dijo.
No sólo la palabra se hizo presente, en la lluviosa noche de Hipólito
Yrigoyen al 1500, en la confortable y luminosa sede de la Asociación
Madres de Plaza de Mayo. También fueron parte de la muestra unos
cuadros unidos bajo el título Pintura por la vida, donde se vieron
las creaciones de Paula Abalos, Daniel Acosta, Juliano Borobio, Jorge
Meijide, Marcia Kuperman, Mirtha Rosemberg, Mirta Narosky y Pedro Roth,
que ilustraron la sala de imágenes dolorosamente bellas.
Ternura invencible
Para que yo no me lo olvide/ para que el tiempo no se pierda/
me dejaste un recuerdo/ esa huella candorosa de tu adolescencia
inamovible/ es decir ese reflejo íntimo de motivo/ y un poco
de ternura invencible/ dejaste una flor metálica/ almita
que reside en floreros pequeños/ blasones entre blasones
que legila/ atrincherada en la repisa materna / una flor de perenne
tallo/ mis dedos cobardes laten trémulas al sostenerla/ una
flor metálica / le hablo para que no se marchite / para que
no desfallezca / (...) / pusiste en ella, una señal / indicio
evocador de tu edad que no es guarismo / de tu cuerpo que ayer escondieron
la furia/ me dejaste una flor con lengua / que me habla para que
no mueras.
(Fragmento de La Flor de Rubén Galleta)
|
|