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Espías que vienen del frío (y vuelta a la Guerra Fría)

Cuando Washington descubrió
que tenía un espía dentro del
FBI, reaccionó con violencia, y ya
son cincuenta los diplomáticos rusos expulsados. Moscú no se hizo esperar, y también confeccionó su lista.

Los portones de la embajada rusa
en Washington, por donde saldrán expulsados veinte diplomáticos.

Por Martin Kettle y Amelia Gentleman*
Desde Washington y Moscú

Anoche se alcanzó el mayor número de expulsiones diplomáticas recíprocas entre Washington y Moscú desde el fin de la Guerra Fría, según el esquema ojo por ojo y diente por diente. Las relaciones rusas-estadounidenses retrocedieron a un nivel aún más bajo y la administración Bush fue sometida así a su primer gran examen en el escenario internacional. A menos de 24 horas después de que Estados Unidos le dijera a 50 diplomáticos rusos, supuestamente espías, que hicieran sus valijas como resultado del arresto del presunto espía del FBI Robert Philipp Hanssen, el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso se estaba preparando para expulsar de Moscú a un número no especificado de agentes norteamericanos.
El canciller ruso Igor Ivanov telefoneó al secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, para decirle que Rusia no quería deshacerse de los diplomáticos norteamericanos, pero que se debían tomar las “medidas adecuadas” –esto es, represalias– después de las acciones tomadas por Estados Unidos el miércoles. Ninguna de las expulsiones de Washington eran justificadas, le dijo Ivanov a Powell. El número exacto de expulsados norteamericanos no resultaba inmediatamente claro, pero la agencia Reuters informó que Ivanov había confirmado que unos 50 estarían involucrados. El Ministerio de Relaciones Exteriores, en una declaración de anoche a la agencia de noticias Interfax, negó que Ivanov hubiera dicho que 50 norteamericanos estuvieran involucrados. “Rusia responderá adecuadamente. No tendrán que esperar mucho”, informó el ministerio citando a Ivanov.
El presidente Bush y sus más altos asesores lucharon para presentar su acción sólo como un enfriamento temporario en sus relaciones con Rusia, provocado por el caso Hanssen. Bush dijo que esperaba tener una “buena relación de trabajo” con Moscú. Pero Ivanov llamó a las expulsiones un “acto político”. “Ante los hechos, tomé la decisión. Era lo correcto”, le dijo Bush a los periodistas después de pronunciar un discurso ante editores en los principales diarios.
Ivanov le dijo a la CNN y a NBC en una entrevista en Moscú: “Lo que sucedió hoy es un regreso a la Guerra Fría. Es un intento de aquellos que no quieren un diálogo constructivo entre nuestros países, para hacernos retroceder, para empujarnos hacia atrás a la confrontación”. La decisión de Washington de liberarse de tantos diplomáticos rusos en Estados Unidos fue tomada después del arresto de Hanssen el mes pasado por cargos de haber espiado para Rusia durante 15 años. Hanssen fue arrestado en Virginia, momentos después de que arrojar al suelo un paquete, dicen sus acusadores, que contenía materiales reservados. Debe presentarse a los tribunales el 21 de mayo. Se dice que cuatro de los expulsados por Estados Unidos han estado directamente involucrados con Hanssen, así como lo estaban otros dos que ya habían abandonado Washington antes que se anunciaran las decisiones. Pero al grueso de aquellos a los que se les pidió que se fueran se les dijo que era por “preocupaciones existentes desde hacía tiempo sobre el nivel de la presencia de inteligencia rusa en los Estados Unidos”, dijo un vocero del Departamento de Estado.
El enojo de Rusia ante las noticias había sido anticipado por Washington, pero Moscú parecía estar optando por un tono de dignidad herida más que por uno de furia. Fuentes anónimas de alto rango del Kremlin dijeron que la movida de expulsar a un número tan grande de diplomáticos traería “consecuencias inevitables” para las relaciones rusas-norteamericanas. El asesor jefe de Política Exterior del presidente Vladimir Putin, Serguei Prichodko, calificó lo sucedido, en sintonía con la cancillería, como “regreso a la época de la Guerra Fría”. Está previsto que el presidente ruso trate el tema de las expulsiones en la cumbre de la UE en Estocolmo a partir de hoy.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère.

 

Claves

El descubrimiento de que el agente del FBI Robert Philipp Hanssen espiaba a favor de Rusia decidió al gobierno norteamericano a expulsar a 50 diplomáticos rusos sospechados de colaborar en tareas de inteligencia.
Moscú respondió con el anuncio de expulsar otros 50 diplomáticos de EE.UU.
Las expulsiones recíprocas de diplomáticos constituyen el enfrentamiento más serio entre Moscú y Washington desde el fin de la Guerra Fría.

 

FILMAN EJECUCION DE GUERRILLA ALBANESA EN MACEDONIA
Para la OTAN que lo mira por tevé

Por Peter Beaumont *
Desde Tetovo, Macedonia

El primer cuerpo estaba tirado detrás del Susuki plateado, un brazo extendido, la palma abierta hacia el cielo. El cuerpo de su padre, identificado por su sobrenombre, Berzi, estaba un poco más allá, donde había sido arrastrado por el policía macedonio después de que le dispararan, dejando un reguero de sangre. A su lado, estaba la granada cilíndrica que había sacado de su bolsillo. La muerte de estos dos albaneses étnicos (pero ciudadanos macedonios) en un puesto de policía cerca del centro de Tetovo elevó la tensión a un grado que parecía inconcebible en esta ciudad, la segunda en importancia de la república de Macedonia. Enfrentamiento y muerte emitidos en directo por tevé occidental.
Los cadáveres estaban todavía calientes cuando la comunidad albanesa lanzó una contraofensiva en la opinión pública. Dijeron que las víctimas habían sido atacadas, ejecutadas sumariamente y que las granadas fueron plantadas por la policía. Los macedonios étnicos (eslavos) se apuraron a contestar que los terroristas albaneses estaban ahora operando en la ciudad, a plena luz del día.
Las muertes de Berzi y de su hijo resultaron del pánico y el odio que empiezan a tenerse macedonios y albaneses étnicos en la ex república yugoslava de Macedonia. Las muertes ocurrieron en un minuto de desesperación entre la explosión del fuego de granadas disparadas con morteros por los macedonios, a 200 metros de allí, en contra de las posiciones de la guerrilla étnica del Ejército Albanés de Liberación Nacional en las colinas circundantes. Los albaneses, visiblemente aterrorizados ante la policía con cascos y chalecos antibalas, arrojaron con pánico las granadas. La policía entonces disparó contra ellos. Lo que hace a estas dos muertes tan importantes en un país al borde de la catástrofe es que fueron captadas y emitidas en directo por la tevé francesa, británica, rusa y checa. Entretanto, la OTAN refuerza la frontera con Kosovo y busca que el gobierno macedonio morigere la ofensiva.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

 

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