Por Patricia Souza
Desde Los Angeles

Un actor español, una actriz francesa y una película en mandarín entre los principales candidatos a alzarse con premios claves: Hollywood parece asumir este año que la globalización también llegó al cine. La 73ª edición de la entrega de los Oscar, que se celebra pasado mañana, certifica la invasión de la “legión extranjera” y deja como confirmación que la industria de Hollywood mira cada vez más allá de las fronteras de Estados Unidos. “Me da mucha energía trabajar en un rodaje en el que coinciden tantos extranjeros y en el que se hablan tantos idiomas”, dijo Penélope Cruz sobre la última película que ha rodado en Estados Unidos, Blow, todavía sin estrenar, donde trabajan actores alemanes, españoles y neocelandeses, además de estadounidenses.
Diez candidaturas para la película taiwanesa El tigre y el dragón o la presencia de la francesa Juliette Binoche y del español Javier Bardem entre los aspirantes al premio al mejor intérprete parecen dar la razón a José Luis Garci, quien había augurado que los Oscar del tercer milenio serían “planetarios”. Y es que, a la vista de lo que sucede este año, los actores y directores británicos no son los únicos invitados extranjeros a la gran fiesta del cine estadounidense, como hasta ahora era tradicional.
La película Traffic está narrada a medias en inglés y español y una de sus cartas ganadoras (la más segura) es la que juega el portorriqueño Benicio del Toro, aspirante al Oscar en el rubro mejor actor secundario, categoría en la que también compite su compatriota Joaquin Phoenix por Gladiator. El taiwanés Ang Lee tiene grandes posibilidades de repetir el premio al mejor director que consiguió en los Globos de Oro por El tigre y el dragón. En esta categoría sólo compite un estadounidense, Steven Soderbergh, aunque por partida doble (Erin Brockovich y Traffic). Completan la lista dos británicos: Ridley Scott y Stephen Daldry.
Además, el neocelandés Russell Crowe es uno de los grandes favoritos para el Oscar al mejor actor por Gladiator, con permiso de Tom Hanks (Náufrago), en una categoría donde también compite el australiano Geoffrey Rush (Letras prohibidas).
Bardem, a quien las especulaciones previas no le otorgan tantas posibilidades como a Hanks o a Crowe, tiene una explicación para la creciente presencia de actores españoles en producciones de la industria cinematográfica estadounidense, como Antonio Banderas o Penélope Cruz. “Para un español es más fácil trabajar en Hollywood que en Europa porque la gama de papeles que puedes hacer es mucho más amplia. Otra cosa es el tipo de papeles que te ofrezcan”, aseguró Bardem en una reciente entrevista. El intérprete español rechazó, de hecho, un papel que le ofreció Steven Spielberg, porque debía interpretar a un villano durante tan sólo unos minutos.
El caso más espectacular de la creciente globalización que vive Hollywood es el de la taiwanesa El tigre y el dragón, una mezcla del cuento infantil de princesas, novela de detectives y película de artes marciales que sedujo a espectadores de todo el mundo y ha logrado el mayor número de candidaturas a los Oscar de una película extranjera. En Estados Unidos se convirtió ya en el film extranjero que más dinero ha recaudado en toda la historia: más de 100 millones de dólares para un film con subtítulos hablado en mandarín. Es la tercera película que, en los 73 años de existencia de los Oscar, ha conseguido ser candidata a la vez al premio al mejor film y a la mejor película extranjera.
En esta última categoría, se cree que su triunfo será por aclamación, a pesar de las buenas críticas y la atención que recibió en Estados Unidos la mexicana Amores Perros, de Alejandro González Iñárritu. El antecedente más reciente, La vida es bella, del italiano Roberto Benigni, alcanzó entre otros el Oscar a la mejor película extranjera y un premio para su protagonista, pero se quedó sin la estatuilla al mejor film en la categoría principal. Pero El tigre y el dragón no se conforma con poco: además de las candidaturas al mejor film, mejor película extranjera y mejor director, aspira al Oscar a la mejor dirección artística, fotografía, vestuario, montaje, banda sonora, mejor canción y mejor guión adaptado.

PRINCIPAL