El mensaje enviado fue yo o el caos. Y el mercado lo tomó
al pie de la letra esa comunicación implícita de Domingo
Cavallo. Yo significaba conseguir los superpoderes. El
caos implicaba la cesación de pagos y la devaluación.
Hasta las 17 los financistas temían que el desenlace de la crisis
sea la segunda parte de ese mensaje atemorizador. Por ese motivo, los
títulos públicos se habían desmoronado disparando
el riesgo país hasta niveles record de 1067 puntos. Ese indicador
mostraba que la Argentina se estaba acercando a la cesación de
pagos. Al mismo tiempo, la tasa interbancaria se ubicaba en el exorbitante
100 por ciento anual para operaciones en pesos a tres días. Ese
salto del costo del dinero reflejaba que para los corredores la devaluación
era una posibilidad cercana. Ese escenario era el ideal para que yo
terminara de convencer al PJ y a los dubitativos de la Alianza. Cavallo
había amenazado que si el fin de semana no tenía los superpoderes
la corrida sería incontrolable en la apertura del lunes. Con Carlos
Ruckauf al lado, en el Ministerio de Economía, mostró que
el PJ acompañaba sus aspiraciones. A partir de ese momento, a las
17, los financistas empezaron a apostar a yo, y el riesgo
país bajó a 984 puntos y las acciones iniciaron un veloz
recorrido alcista, para terminar con una ganancia de 6,2 por ciento.
El escenario también mejoró cuando Daniel Marx, el secretario
de Finanzas que perdura pese a los cambios de ministros, asegurara que
se había obtenido un crédito puente para cubrir las necesidades
de financiamiento de corto plazo, ahuyentaron la posibilidad de devaluación
y cesación de pagos. Marx estuvo negociando durante gran parte
del día con los bancos agrupados en la figura deCreadores
de Mercado para que aceptaran definir la suscripción de títulos
de deuda. Y así, con esos fondos, evitar que Argentina ingresara
en cesación de pagos. Según afirmó Marx, las entidades
habrían dando su consentimiento para participar de esa operación
de salvataje.
Lo cierto es que Argentina tiene cerrado el acceso al mercado voluntario
de crédito internacional, debido a que los financistas están
convencidos de que si no se supera rápidamente la crisis política
y económica el Gobierno tendrá que declarar la imposibilidad
de hacer frente a los vencimiento de deuda. Entonces, ante esa eventualidad,
Economía no puede conseguir fondos para cumplir sus compromisos.
Además, el clima de la plaza financiera local no ayuda a mejorar
las expectativas de los inversores. La tasa se ubicó por las nubes,
mientras que el Banco Central informaba que durante los últimos
días han estado bajando las reservas. En esta última semana,
la sangría alcanzó los 1500 millones, ampliando la pérdida
a 2300 millones en lo que va del mes.
Marx definió con las entidades Creadores del Mercado
el compromiso de un crédito puente por más de 1500 millones
para asegurar el pago de los próximos vencimientos de deuda. En
mayo, la Argentina tiene deudas a cubrir por 1300 millones de dólares
y en julio por 1700 millones. A estos buenos augurios se sumó el
apoyo del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf,
a la concesión de los poderes especiales demandados por Domingo
Cavallo. La respuesta fue inmediata, en menos de una hora la bolsa se
recuperó fuertemente para terminar el 6,2 por ciento arriba.
La influencia externa fue moderada, pero el contagio de Wall Street también
fue positivo. El Dow Jones de las principales firmas industriales cerró
con un alza del 1,2 por ciento quedando en 9505 puntos. En tanto que el
más volátil Nasdaq, que agrupa a las empresas tecnológicas,
subió el 1,6 por ciento. Estos datos más la visita de Cavallo
a Brasil donde explicó, con gran repercusión, su plan
para reactivar la economía argentina también despejó
fantasmas en la bolsa de San Pablo. Luego de las pérdidas sufridas
el jueves negro (-5,3 por ciento), el Bobespa recuperó
el 2,6 por ciento. Según los operadores, la visita del ministro
argentino devolvió parte del alma al mercado. Sin embargo,
el alivio que se observó en la Bolsa paulista no se reflejó
en el mercado cambiario y lacotización del dólar cerró
a 2,174 reales, el valor más alto para la divisa estadounidense
en los últimos siete años.
¿Qué
piensan en la city?
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Norberto Sosa, economista
Más dinero
Una crisis en la Argentina genera una situación muy
delicada. Aquí un crac no sería a la brasileña,
sino a la rusa. El 95 por ciento de la deuda local está instrumentada
en moneda extranjera. Eso significa que una devaluación generaría
un problema fiscal aún más grande. Esto hace entonces
que frente a esta situación de crisis se dispare tanto el
riesgo país. La Argentina necesita más dinero en el
corto plazo. Por eso, la noticia de que habría un financiamiento
puente extra de entre 1500 y 2000 millones, que cubre las necesidades
de los próximos días, tranquilizó la situación
y la tendencia se revirtió. El apoyo del PJ obviamente hace
que todo reaccione a favor. Podrían discutirse, sin embargo,
algunos matices. Por ejemplo, en el artículo 11 de la Ley
de Competitividad sería conveniente algún tipo de
limitación.
Orlando Ferreres, economista
Menos riesgo
La incertidumbre era producto de las dificultades de aprobación
de la Ley de Competitividad, pero en la medida que Ruckauf le dé
los votos ya se aprobó. Ya no hay riesgo de que Cavallo se
vaya y no hay riesgo de default, que se originaba sólo en
que no había conducción. Hay muchos rumores interesados
que pueden venir de los perdedores de esta circunstancia: algunos
grupos del Frepaso y el alfonsinismo. Estos rumores se generaron
también porque la situación de no aprobación
de la ley era creíble, algo que pudieron ver todos por televisión
donde se pudo observar quienes estaban a favor y quienes en contra.
La semana que viene tendremos un escenario buenísimo. Vamos
a ver una explosión de todo y bajará el riesgo país.
Estamos manejando un crecimiento del producto del 7 por ciento para
este año con una aceleración muy buena para entrar
en el 2002.
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