Por Cecilia Sosa
La embestida de Andrés
Delich, ministro de Educación, contra el rector de la UBA, Oscar
Shuberoff, resultó una especie de válvula de escape de las
intrigas que aquejan a la cúpula de la universidad más grande
del país. Shuberoff ya cumplió una etapa, dijo
Delich. En un escueto comunicado, el rector atribuyó las declaraciones
del ministro a su apresuramiento juvenil, puesto ya de manifiesto
en su propia asunción al cargo, recordando la precipitación
de su sí juro en la asunción. Sin embargo, varios
decanos consultados por Página/12 coincidieron en que la situación
era muy delicada. Las críticas contra Shuberoff
ponen en cuestión toda la legitimidad de la universidad,
dijo un decano opositor. Aunque son pocos los que se animan a hablar de
renuncia, algunos apuestan al pedido de licencia como salida heroica del
funcionario con permanencia record en su cargo.
En un breve diálogo con Página/12, Shuberoff descartó
que fuera a renunciar o a pedir licencia. Es una fantasía.
No pensé en ninguna de esas cosas, contestó. Lo que
no sabía era que en un acto institucional realizado anteayer en
la Facultad de Ciencias Sociales, ocho decanos se autoconvocaron para
debatir la difícil situación que atraviesa la cúpula
de la UBA. También estaba la vicerrectora Susana Mirande. Todos
ventilaron su inquietud por supuestas propiedades que el rector habría
comprado en Estados Unidos y que no figurarían en su declaración
jurada. Tema que la Justicia ya está investigando.
Sobre ese punto le estoy contestando exclusivamente a la Justicia.
No voy a entrar en el circo dijo Shuberoff a este diario.
Mientras el rector partía anoche rumbo a España, los decanos
reafirmaban su voluntad de continuar con las reuniones, aún sorprendidos
por las declaraciones de Delich, a horas de asumido. Ese mismo día,
desde el rectorado se habría intentado que los decanos cerraran
filas en defensa de la autonomía y en respaldo implícito
al rector. Pero no dio frutos.
Entonces, el rector optó por difundir, en soledad, un comunicado
de respuesta. Allí aseguró que su gestión concluye
en algunos meses. Es una gestión que culmina
con una universidad madura y reconstruida que investiga, produce, difunde
y extiende conocimiento de la más alta calidad, dijo, y lamentó
que Delich no tuviera la generosidad del reconocimiento. Comprendo
su apresuramiento juvenil puesto ya de manifiesto en su propia asunción
al cargo agregó Shuberoff. Me cuesta más comprender
que dicho apresuramiento lo lleve a equivocar su visión sobre la
autonomía universitaria, ya que pese a hacer hincapié en
su defensa, olvida que la institución posee sus propios tiempos
y procedimientos democráticos para decidir el recambio de autoridades.
Muchos decanos adjudican las declaraciones de Delich a un viejo enfrentamiento
personal entre Shuberoff y Francisco Delich (padre del ministro), cuando
éste fuera interventor de la UBA. Pero la sola mención de
la palabra intervención pone los pelos de punta a todos.
No hay duda que le están pasando factura a Shuberoff y puede
que sea un problema personal. Pero esto nos está afectando a todos,
a la universidad en su conjunto, dijo un decano opositor.
De hecho, ya hay quienes se lanzaron a consultar las páginas del
estatuto de la UBA para ver cómo proceder en caso de renuncia del
rector. Según el estatuto, la vicerrectora sería la encargada
de convocar una asamblea universitaria en un plazo de 15 días.
No le tengo miedo a una asamblea, pero hay que ser cautelosos, lo
mejor sería que culmine su mandato, agregó el mismo
decano. Por el poco tiempo que le queda sería una locura
embarcar a toda la universidad en esto. Supondría un desgaste enorme,
más en un contexto político tan inestable dijo un
decano shuberoffista de una de las facultades más grandes.
Una salida heroica sería que considere que su situación
personal afecta la estabilidad institucional de la UBA y que pida una
licencia, sugirió.
Los candidatos que ya están en carrera son Andrés DAlessio
(decano de Derecho); Bernardo Dujovne (de Arquitectura) y Alberto Boveris
(ex decano de Farmacia). También, la propia vicerrectora Mirande.
Hay que poner paños fríos. Si llegamos a abril, seguro
que suenan dos o tres nombres más, dijo un decano shuberoffista.
Vamos a tener la seriedad de tratar este tema en conjunto. Al rector
casi no le queda bloque. Incluso los más obsecuentes le están
retirando el apoyo, aseguró un decano opositor.
BALANCE
DEL CURSO DE APOYO PARA LOS EXAMENES
Menos bochazos, pero pocos alumnos
Falta mucho, pero estamos
satisfechos. De este modo, el secretario de Educación porteño,
Daniel Filmus, analizó los resultados preliminares de las clases
de apoyo que el Gobierno de la Ciudad implementó este año
por primera vez para aquellos alumnos de colegios públicos que
se habían llevado materias a marzo. El número más
alentador de los datos oficiales es el aumento del 86 por ciento en el
porcentaje de aprobados en ese llamado, respecto del año anterior.
Sin embargo, en Educación reconocieron que el panorama global muestra
cuentas pendientes.
El resultado es positivo, porque incrementamos el número
de estudiantes aprobados. Pero pensábamos que iban a participar
más chicos; lo que pasa es que es un cambio cultural importante
ir a clases en febrero, señaló Filmus. La frase del
funcionario tiene su explicación: menos de la mitad de los alumnos
con materias pendientes se presentó a los cursos, que se dieron
entre el 19 de febrero y el 2 de marzo. Y de fondo hay un número
más preocupante: aun con el apoyo, el porcentaje de aprobados en
marzo, que en el 2000 era del 11 por ciento, sólo llegó
este año al 20 por ciento.
Pensábamos que a las clases las iban a aprovechar más
chicos de familias con pocos recursos, pero no fue así, dijo
Filmus. Sin embargo, la mayor cantidad porcentual de aprobados se
dio entre los alumnos del turno noche, agregó. En conclusión:
los estudiantes de los turnos vespertinos, que es en donde hay más
chicos pobres, fueron quienes menos asistieron a los cursos, pero a su
vez resultaron ser los más rendidores.
Por otro lado, los datos de Educación confirman que Matemática
sigue siendo el terror; dos tercios de los estudiantes de
colegios públicos porteños se la llevaron a marzo. En ese
sentido, con las clases de apoyo se elevó del 9 al 21 por ciento
su nivel de aprobación. La sorpresa la dieron dos materias que
en el imaginario colectivo no parecen tan temibles: Geografía,
que fue la segunda asignatura que los alumnos más se llevaron a
marzo, y Biología, que registró el menor porcentaje de incremento
de aprobados, comparado con el año pasado.
Informe: Alejandro Cánepa
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