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LA TELE DEL 24 DE MARZO DE 1976
Comunicado número 1

Una de las primeras acciones de la Junta Militar fue tomar los canales. Aquel día un comunicado oficial dispuso que se emitiese en cadena nacional un partido de la selección de fútbol en Polonia.

Dato: A las 23.30 del 23, un cronista del 13 dijo desde Plaza de Mayo que el gobierno estaba a punto de caer. La orden fue de Sergio Villarruel.

Por Mariano Blejman

Era otro país y eran otras las tecnologías. No había televisión color, no había cable, los movileros eran casi expedicionarios. Pero eso no explica que el 24 de marzo de 1976 no se hayan emitido imágenes o programas sobre el golpe de Estado que no fuesen las aprobadas por Videla y Massera. Los canales fueron ese día un hervidero de uniformes militares recorriendo los pasillos. Bien puede afirmarse que el primer día del golpe transcurrió mientras el país entero veía un partido de fútbol. Y que eso no fue casualidad, sino parte de la gigantesca operatoria de toma del poder. El partido fue un triunfo de dos a uno del seleccionado argentino conducido por César Luis Menotti frente a Polonia, en una ciudad llamada Katowice.
La televisión no era una isla en aquel país. El 23 la tapa de Clarín decía: “Inminencia de cambios en el país”. Esa noche había tanques del Ejército en Avenida de Mayo. Los noticieros de televisión ardían: la emisión de “Teleonce”, conducido por Andrés Repetto, planteó varias dudas sobre cómo se saldría de la crisis. Según la visión predominante en los medios del rumbo del país podía definirse por el título del micro clerical “Señor danos este día”, que se emitía en Canal 13, minutos antes del mítico “El Show de los Tres Chiflados”. Ese día a las 15.47, Oscar Alende, del Partido Intransigente, grabó un mensaje que se transmitiría a las 20.30 por cadena, mientras la Policía Federal custodiaba las puertas de acceso con armas automáticas. La idea era que todos los partidos expresaran sus puntos de vista sobre la situación. Alende hizo una defensa del Estado democrático. Una semana antes, el líder del radicalismo, Ricardo Balbín había dicho desde esa misma tribuna, citando a Almafuerte, que todo enfermo tiene cura cinco minutos antes de la muerte.
El esquema televisivo en esa época pretendía un estilo europeo “donde coincidieran la derecha y la izquierda”, asegura Carlos Campolongo. A las 16.30 fue emitido en vivo “En Casa de Canela”, por Canal 13. “El programa hablaba sobre la familia”, explica la conductora, que tiene borrado ese día de la memoria. El movimiento militar comenzó a las 18, justo cuando el 7, como si fuera una premonición, mandó al aire la serie “La Pandilla”. La coincidencia parece macabra: la policía irrumpió en la Unión Obrera Metalúrgica, secuestró armas y detuvo a dirigentes cuando el 11 transmitió “El Hombre del Rifle”, a las 19. Cuando el discurso de Oscar Alende estaba saliendo al aire, Osvaldo Papaleo, secretario de Prensa y Difusión, observó movimientos dudosos en torno de la Casa Rosada. “Cuando salió al aire el discurso de Alende supimos que Bahía Blanca no se había enganchado con la cadena nacional”, cuenta. La pantalla de esa emisora, fuertemente relacionada con la Marina golpista, mostró una placa que decía “LV 80 telenueva Canal 9 no habrá de conectar con la cadena (...) cedida a Oscar Alende, aliado de las izquierdas internacionales”.
El clima se distendió con el partido entre River Plate y Portuguesa de Venezuela por la Copa Libertadores de las 21.30. Los televidentes siguieron el blanco y negro por el 7, con las voces de Oscar Cañete Blanco, Enrique Macaya Márquez, Marcelo Araujo, Diego Bonadeo, César Abraham y Mauro Viale. El partido –que terminó 2 a 1 con goles de “La Pepona” Reinaldi– fue visto desde la Secretaría Privada en la reunión de Gabinete. “Mientras Deheza (ministro de Defensa) decía que había una tregua con los militares, yo miraba el partido de River”, cuenta Papaleo. Mientras tanto, en Canal 9 se transmitía “Senza Rete”, un programa sobre el Festival de San Remo, cuyos copetes había grabado Juan Alberto Badía, que había sido “chupado” unos meses antes por la Marina y liberado poco después. Badía dice que entonces fue advertido así: “Vamos a hacer el golpe y buscamos gente limpia en los medios”. Mientras, Canal 2 –que apenas se veía desde La Plata– emitió sugerentemente la miniserie “Yo Soy Espía”.
Los ánimos se caldearon en el viejo Canal 7 cuando se notó la presencia de tropas militares, cerca de la medianoche, justo cuando se veía “El Hombre Nuclear”. A las 23.30, el 13 emitió el noticiero “Titulares”, conducido por Sergio Villarruel, con Edgardo Mesa en un móvil desde Plaza de Mayo. “Villarruel me hizo llegar un mensaje por una moto para que yo dijese que estaba a punto de caer Isabel. Le hice caso, porque era mi jefe, y comencé a decir que eran los últimos minutos. Terminé la columna y me tuve que esconder, porque me querían cagar a balazos. Evidentemente Villarruel estaba bien informado”, subraya hoy Mesa. A la 0.30 mientras Isabel caminaba hacia el helicóptero, el 11 proyectó un documental facilitado por el Servicio Informativo de la Embajada de Estados Unidos. En La Plata, la serie “Los Invasores” de Canal 2 ya llevaba media hora, cuando la presidenta fue detenida.
Las emisiones cerraron con micros eclesiásticos como “Dios Está con Nosotros” (9). A las 2, los militares tomaron los canales y las radios estatales. Los periodistas y actores disidentes ya estaban señalados por los servicios de informaciones. “Tenían un sistema de inteligencia dentro de los canales”, asegura Campolongo. Horas antes, el locutor Juan Vicente Mentesana fue llamado para presentarse en el Estado Mayor del Ejército para leer el Comunicado Nº 1. Durante la noche comenzó a verse la simbólica placa de las tres fuerzas y la música de “Avenida de las Camelias”. Hubo comunicados toda la noche. El Nº 19 prohibió hablar mal del nuevo gobierno. A las 10.30 se transmitió la asunción desde el Edificio Libertador. El Congreso, los partidos políticos y los espectáculos públicos fueron suspendidos. Sin embargo, el comunicado Nº 23 tranquilizó a la patria deportiva. “Queda exceptuada de la transmisión por cadena nacional la propalación programada para el día de la fecha del partido de fútbol que sostendrán las selecciones de la Argentina y Polonia.”
La mayoría de los argentinos –seguramente también muchos que desaparecerían– se dieron tiempo para ver el partido. Fernando Niembro recuerda estas instrucciones de Enrique Macaya Márquez: “Vos dedicate a decir sólo los nombres de los jugadores”. El partido fue emitido en cadena nacional a las 13.30 y terminó 2 a 1, con goles de Luque y Houseman. Hugo Orlando Gatti fue la figura. Mientras el país seguía los toques de Bochini y los amagues de Kempes sucedieron detenciones en fábricas, escuelas y sindicatos. El manejo de los canales se dividió así: la Marina, con Carmelo Astesiano Agote se instaló en el 13; la Fuerza Aérea, con Adolfo Pietronave obtuvo Canal 11; el Ejército se llevó Canal 9. Canal 7 fue al mando del marino D’Angelo. A las 21.30, mientras el 7 repetía el partido, el 13 emitió un material grabado, la serie “La Batalla de los Angeles”, con Leonor Manso y Pepe Soriano. El actor dice que, paradójicamente, luego de eso fue “borrado del mapa”. Los noticieros dieron un testimonio promilitar de lo sucedido, sin opiniones, ni columnistas. El micro con que finalizaba la emisión del 7 se llamaba “La Paz sea con Vosotros”.

 

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