Por Horacio Bernades
Desde su debut como guionista
de Scream, Kevin Williamson ha mostrado tener, como algunos profesores,
dedicación exclusiva. Nacido en 1965, la materia en
la que se especializa es el mundo adolescente, en su costado más
pesadillesco. Esto es así tanto a lo largo de la serie Scream como
en Sé lo que hicieron el verano pasado. Y, sobre todo, en The Faculty,
que en Argentina se estrenó como Aulas peligrosas. Allí,
los profesores eran, literalmente, unos monstruos asquerosos, contra quienes
los alumnos se veían obligados a librar una guerra. En una clave
más próxima al realismo, esa guerra vuelve a ser el tema
de Teaching Mrs. Tingle, primera incursión de Williamson en la
dirección cinematográfica. Solventada por el sello Dimension,
división de la compañía Miramax para la cual el hombre
produjo todos sus trabajos hasta la fecha, en Argentina el sello Gativideo
la lanza directamente en VHS, con el título Lección mortal.
Todo el mundo se corre a su paso, observándola con expresión
temerosa. No se trata de Betty, la fea, sino de la señora Tingle,
infinitamente más amenazante que la pobre secretaria colombiana.
De gesto agrio, lengua viperina y aspecto de institutriz o dominatrix
sado-maso (o ambas cosas a la vez), Mrs. Tingle tiene a su cargo la cátedra
de historia, en un colegio secundario de una pequeña comunidad.
Cruel y resentida a más no poder, pero lo suficientemente elegante
como para hacer gotear su veneno en finas ironías, el de Mrs. Tingle
es un papel que parecería escrito a medida para la gran Helen Mirren.
Motorizada siempre por una fría combustión, esta actriz
británica, hija de rusos blancos, es uno de esos animales
cinematográficos a quienes les basta aparecer en cuadro para
demandar la absoluta atención de los espectadores. Así lo
viene demostrando, desde aquellos tiempos de Un hombre de suerte o Calígula
hasta el protagónico de la serie Prime Suspect (ver recuadro),
pasando por La costa mosquito, El cocinero, el ladrón, su mujer
y su amante o La locura del rey Jorge.
Dedicada full time a hacerles la vida imposible a sus alumnos, Mrs. Tingle
tiene entre ojos a quien es visiblemente su mejor alumna, Leigh Ann, prefiriendo
favorecer a su rival, una evidente arribista dispuesta a todo con tal
de ganar una beca. Luego de que Tingle (en inglés quiere decir
picazón) desbarata la mejor exposición de Leigh
Ann con gesto desdeñoso, los hechos se precipitan. Leigh Ann decide
ir a su casa, dos de sus compañeros la acompañan, aparece
por allí una ballesta, el odio acumulado hace lo suyo y pronto
la señora Tingle aparecerá atada a la cama, un trapo sobre
la boca y secuestrada en su propia casa. Como es toda una bruja, nadie
la extraña demasiado. Pero a intrigante no hay quien le gane, por
lo cual se ocupará, metódica y deliciosamente, de sembrar
recelos y sospechas entre sus secuestradores.
Si lo de Mirren es un goce de punta a punta, a su alrededor lo demás
palidece. No sólo por una cuestión de calidades actorales,
sino, sobre todo, porque Williamson es, aparte del guionista de Scream,
productor de la serie Dawson Creek. Allí, la pesadilla adolescente
se deshace entre conflictos tipificados, convenciones televisivas y soluciones
a medias. Es justamente en esa media agua entre la comedia negra, el cuento
cruel y el dramita adolescente con canciones FM donde Lección mortal
queda flotando irremediablemente. Como si y esto ya se anunciaba
en la convencional Sé lo que hicieron el verano pasado el
mundo adolescente fuera para Mr. Williamson no sólo una saludable
fuente de inquietudes, sino también un redituable nicho de mercado.
Una feliz coincidencia
Es como si las coincidencias se hubieran confabulado para rendirle
justo homenaje. Tras su paso, casi secreto, por el Festival de Mar
del Plata (acompañando a su marido, el cambalachero Taylor
Hackford) por estos días es posible ver a Mrs. Mirren no
sólo en el living de casa sino también en monitores
ajenos. El BAC (British Arts Centre) inaugura su temporada de video
emitiendo la serie Prime Suspect casi completa. Allí,
Mirren encarna a la inspectora Tennison, detective de Scotland Yard
que, mientras resuelve espantosos crímenes, mantiene a raya
a sus subordinados y se hace tiempo para conflictos de pareja. Siempre
con entrada libre y gratuita, las emisiones tendrán lugar
en la sede del BAC, Suipacha al 1300, de aquí hasta comienzos
de junio, de martes a viernes a las 18 y los sábados a las
19.
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