Los 25 años del golpe militar motivaron múltiples actos
en diversos puntos del país y del exterior. Fuerzas políticas,
centrales sindicales, organismos de derechos humanos y centros de estudiantes
organizaron escraches y festivales en Buenos Aires, Salta, Tucumán,
La Plata y México. La plana mayor del radicalismo celebró
el día del militante ayer a las 19 en el anfiteatro
Parque Lezama, a pocos metros de la Plaza de Mayo, donde se desarrollaba
el acto principal. Los jóvenes de la Central de Trabajadores Argentinos
(CTA), por su parte, realizaron un escrache frente a la Escuela de Mecánica
de la Armada (ESMA), sobre la avenida del Libertador. En la capital tucumana
el escenario principal de las actividades de repudio a la dictadura fue
la plaza Independencia, frente de la Casa de Gobierno.
Con la presencia de Leopoldo Moreau, Federico Storani y el titular del
partido, Raúl Alfonsín, los hombres de la UCR recordaron
a todos los políticos caídos en la lucha contra la
dictadura simbolizados en este caso por los radicales
Felipe Rodríguez Araya, Angel Pisarello, Mario Amaya y Sergio Karakachoff.
La ceremonia se realizó en el anfiteatro del Parque, ubicado en
Paseo Colón y Brasil. Allí estuvo también Estela
de Carlotto, de Abuelas, y los artistas Jairo y Víctor Heredia.
Cerca de las 16, la Juventud de la CTA inició su escrache cortando
la avenida Libertador al 8300. Mientras gritaban Asesinos, asesinos,
los manifestantes colgaron sobre el edificio de la Armada una bandera
con la inscripción La ESMA es memoria. Luego, los jóvenes
integrantes de la central sindical que conduce Víctor De Gennaro
reclamaron que ese lugar no sea demolido y que sea considerado monumento
histórico para recordar a los desaparecidos. Durante el acto, el
interior del edificio militar apareció vacío y sólo
fue custodiado por cuatro efectivos de la Policía Federal.
En La Plata, más de 600 manifestantes de H.I.J.O.S., Madres de
Plaza de Mayo, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Familiares
de Desaparecidos, el Servicio de Paz y Justicia y centros de estudiantes
universitarios marcharon por las calles del centro de la ciudad. Se concentraron
frente al edificio de la Dirección de Infantería de la Policía
Bonaerense, donde funcionó un centro clandestino de detención
y luego fueron hasta la Plaza San Martín para el acto principal,
en el que hablaron Estela de Carlotto y el premio Nobel Adolfo Pérez
Esquivel.
En Tucumán, unas horas antes del festival organizado en la plaza
Independencia por los organismos de derechos humanos, se hizo un escrache
frente a la casa del teniente coronel Antonio Blanco, ex subjefe de policía
provincial durante la dictadura. El PJ local, en cambio, se concentró
en la esquina de 25 de Mayo y San Martín, una esquina simbólica
porque allí se encuentra la llama por la paz y la vida,
que fuera destruida durante la gestión del ex represor Antonio
Bussi.
En la capital salteña familiares de desaparecidos y partidos políticos
organizaron una jornada de repudio al golpe en la plazoleta IV Siglos,
donde se recordó en forma especial la Masacre de Palomitas.
Miembros de organizaciones de derechos humanos recordaron que, en esa
provincia, algunas personas detenidas quedaron a disposición
del Ejecutivo Nacional incluso hasta 7 años después de producido
el golpe de Estado.
Las expresiones de rechazo a la última dictadura también
se dieron fuera del país: en la ciudad de México, los grupos
H.I.J.O.S-México y Genocidio nunca más
protagonizaron un acto. Asistió el escritor mexicano Paco Ignacio
Taibo II, uno de los biógrafos de Ernesto Che Guevara.
Los participantes destacaron la importancia de las decisiones jurídicas
históricas adoptadas por el juez mexicano Jesús Guadalupe
Luna, quien falló a favor de la extradición a España
del represor Ricardo Miguel Cavallo.
ACTO
EN PARIS POR LOS DESAPARICIONES
Escrache al Centro Piloto
Por Eduardo Febbro
Desde París
Los organismos de derechos humanos,
la comunidad argentina y los familiares de las víctimas francesas
de la dictadura militar marcaron el 25º aniversario del golpe con
un emocionante escrache parisino al edificio donde funcionó el
Centro Piloto de París. En vez de reunirse ante la Embajada Argentina,
unas 300 personas eligieron ese emblema oculto de las garras internacionales
de la dictadura, situado en el número 83 de la Avenue Henri Martín,
en uno de los barrios más elegantes y caros de la capital francesa.
Justicia, Justicia, queremos justicia, gritaban las personas
congregadas ante las atónitas miradas de los vecinos que nunca
antes había visto una manifestación en esa zona
protegida de París. Las fotos del capitán Astiz aparecieron
bajo la lluvia junto a los retratos de las víctimas francesas y
otras tantas argentinas.
La elección de la sede del Centro Piloto es tanto más simbólica
cuanto que, hasta ahora, la justicia francesa nunca se ocupó de
indagar en qué condiciones operaron los militares mientras estuvieron
trabajando en el Centro. Sin embargo, un hecho colateral ha permitido
que esa causa jamás abierta tome los caminos de los tribunales
franceses. El caso de Miguel Angel Cavallo dio lugar a que el juez Roger
Le Loire ampliara sus investigaciones para abarcar también el funcionamiento
del Centro Piloto. Cavallo no sólo era el contacto del Centro en
la ESMA, luego de que la sucursal parisina de la represión fuese
desactivada, estuvo en Francia operando en secreto al tiempo que estudiaba
francés. De esa estadía Cavallo sacó los contactos
con empresas francesas como Genplus, que luego serían asociadas
suyas en el montaje empresarial que construyó en México.
Poco más de 20 anos después del cierre del Centro Piloto,
las investigaciones tal vez permitan conocer lo que los marinos hicieron
en Europa.
Para la gran mayoría de los asistentes al acto de ayer, es obvio
que resulta imposible que el Estado francés haya albergado en su
suelo una estructura paramilitar sin estar al corriente de sus actos.
Francia no olvida, dijo el ex primer ministro Alain Juppé,
cuando estuvo en la Argentina. Al sólido pronunciamiento se le
puede agregar: Francia sabía.
La presidenta de la asociación Francia-América Latina y
abogada de los familiares de desaparecidos franceses, Sophie Thonon, puso
de relieve la importancia que revisten los juicios que se están
llevando a cabo en distintos países europeos para que el tema Argentina
se reactive. Alentada por el fallo del juez Gabriel Cavallo, Thonon
dijo a Página/12 que el crimen de lesa humanidad tiene la
particularidad de ser un crimen que no desaparece con el tiempo, como
se podría pensar de un crimen común. Con los crímenes
de lesa humanidad, cuando más pasa el tiempo más informaciones
se juntan sobre ese crimen y más insoportable se hace. Esa es su
característica: tiene una repercusión cada vez más
grande.
En el acto se rindió un sentido homenaje a los 30 mil desaparecidos
que dejó el gobierno militar. Banderas chilenas, argentinas y uruguayas
se unieron a los música de los tambores que vinieron a recordar
que el silencio y el olvido son imposibles.
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