“Nosotros no tenemos entre nuestros sueños húmedos una foto con Vicente Fox.” No todas sus palabras fueron tan duras ni tan desdeñosas, pero esta cita condensaba el mensaje general de la entrevista al Subcomandante Marcos que publicó ayer el diario Reforma. Algunos podían pensar que el Subcomandante finalmente había recibido al entrevistador que se merecía, ya que era nada menos que el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. Durante un diálogo realizado en la UNAM, Marcos enfatizó que “esto se ha convertido en una carrera de popularidad y no un proceso de negociación y diálogo, y lo que quiere Fox es su parte del pastel mediático”. Pensando más allá de su presentación este martes ante el Congreso nacional, Marcos estimó que el primer paso era “nombrar un comisionado de paz sobre el cual podamos construir un proceso de paz”.
En todo caso, el líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) enfatizó que su presión al gobierno no pasaba por la lucha armada. “Nuestro movimiento no tiene futuro si éste es el militar; si el EZLN se perpetúa como una estructura armada militar, va al fracaso: lo peor que le podría pasar sería llegar al poder e instalarse como un ejército revolucionario.” Rechazando la “lucha de hegemonías” que, considera, son la esencia de las luchas revolucionarias del pasado, Marcos explicó que “en el EZLN la ‘E’ queda empequeñecida, con las manos amarradas, de tal forma que para nosotros no significa una carga movilizarnos sin armas, sino que en cierto sentido también es un alivio; la fajina pesa menos que antes y sentimos que pesa menos la parafernalia militar que necesariamente lleva un grupo armado a la hora del diálogo con la gente”.
Marcos estimó que el desafío era que un movimiento con estas características logre que el gobierno entre en una verdadera negociación. “Políticamente somos torpes, balbuceantes y de buena voluntad; del otro lado tenemos no sólo al gobierno sino a todo el Estado mexicano. No hay una mesa para sentarse a dialogar.” Interrogado sobre si la oferta de Fox de un encuentro cara a cara no representaba esa mesa, Marcos disparó que “la paz no se construye con un evento coyuntural: hablaremos con Fox si él se responsabiliza del diálogo hasta que termine, pero si nos dice que sí, ¿quién gobernará al país mientras esté reunido con nosotros?”. Al final, “el reto es que tenemos que construir a (nuestro) interlocutor como un hombre de Estado y no como producto de la mercadotecnia. No es fácil. Era más fácil la guerra”.

PRINCIPAL