Por Luciano Monteagudo
Cada año que pasa, la
pregunta se vuelve más pertinente: ¿Vale la pena tomarse
en serio el Oscar?
Sí, ya se sabe, después de 73 ediciones consecutivas, la
noche del Oscar es un ritual, una ceremonia, como se la menciona
en todas y cada una de las crónicas del tema. Y este rito pagano
es uno de los pocos junto con los mundiales de fútbol y las
Olimpíadas que hoy alcanzan una auténtica difusión
a escala planetaria, a través de la transmisión televisada
en directo y la publicidad previa y posterior que hacen de la famosa estatuilla
las películas candidatas, aquí y en todo el mundo, como
un blitzkrieg.
Pero, ¿qué representa el voto de los 5772 miembros que actualmente
integran la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood?
En primer lugar, eso y nada más que eso: los gustos y la manera
de pensar de la elite de una industria que hace mucho tiempo aprendió
a celebrarse y promocionarse a sí misma como ninguna otra. En segundo
lugar, ese voto representa también poderosos intereses corporativos
que probablemente siempre existieron, pero que en los últimos años
se han exacerbado hasta límites increíbles, con guerras
declaradas entre los estudios y millonarias campañas de publicidad,
explícitas o encubiertas, dedicadas a captar el favor de los votantes.
Sin ir más lejos, en su edición del martes pasado, The New
York Times, en un artículo que daba cuenta de los pros y los contras
que tienen las películas nominadas para alcanzar los premios que
se entregarán esta noche en el Shrine Auditorium de Los Angeles,
ponía en evidencia las distintas estrategias de los estudios para
influir sobre la masa de votantes. Sony Pictures Classics, que apadrina
El tigre y el dragón, se puso en la mira del comité de disciplina
de la Academia porque envió a los votantes a modo de un recordatorio
primero un video del film y días después un Digital Video
Disc (DVD), cuando las reglas permiten que los estudios hagan un solo
despacho. Sucede que, claro, el video o el DVD no suelen llegar solos
sino con alguna generosa caja envuelta para regalo, que lo menos que contiene
es champán francés.
Esta infracción le valió al estudio una punición
muy particular: la Academia le quitó 4 de las 20 entradas de las
que disponían para esta noche. El mismo castigo sufrió DreamWorks,
por incluir subrepticiamente la imagen de una estatuilla en un comercial
de Gladiador que apareció por la televisión norteamericana
en los últimos días. Aun considerando el valor simbólico
que para la gente de Hollywood tiene participar de la ceremonia, no parece
una sanción particularmente grave si se tienen en cuenta los intereses
en juego.
Por ejemplo, para apoyar la candidatura de Chocolate, la empresa productora
Miramax ya lleva desembolsados casi dos millones de dólares en
publicidad abierta, que ha focalizado en las dos principales revistas
especializadas de la industria, Variety y Hollywood Reporter, donde ya
lleva publicadas 104 páginas de avisos. Esa marca solamente fue
superada por las 115 páginas que pagó Universal Pictures
para promocionar las bondades de Erin Brockovich, otra de las candidatas
al Oscar a la mejor película de la temporada 2000.
Aun así, esas cifras no parecen mucho si se tiene en cuenta que
Chocolate no es este año para Miramax un contendiente de real peso
por el que valga la pena apostar todas las fichas. Hay que recordar que
dos temporadas atrás, Shakespeare apasionado, de la misma compañía,
le arrebató el Oscar a Rescatando al soldado Ryan, después
de haber invertido 15 millones de dólares en publicidad. No por
nada muchos analistas de Hollywood consideraron entonces que por primera
vez se podía pensar en un flagrante triunfo del marketing por sobre
cualquier otra consideración.
Hablando de expertos en Hollywood, el editor de Variety, Peter Bart, ya
ha señalado que éste es uno de esos años en
que es muy peligroso salir a predecir ganadores; cada categoría
tiene la posibilidad de darnos una sorpresa. La realidad es que
este año, más que ningún otro, la mediocridad planea
como una sombra ominosa por sobre las listas de películas. En ocasiones
anteriores, los ganadores eran quizá más fáciles
de vaticinar, porque ciertos títulos ya llegaban a la fiesta del
Oscar con un consenso previo caso Titanic, o el año pasado
Belleza americana que este año ninguna película alcanzó,
ni entre la crítica o el público.
La lógica indica que las doce candidaturas de Gladiador ponen al
film de Ridley Scott en una posición de privilegio, considerando
también que el gran espectáculo histórico supo ser
siempre una de las debilidades de Hollywood. Pero es verdad, también,
que ya no son los tiempos de Ben Hur y que Gladiador tampoco es una megaproducción
a esa altura, si se tiene en cuenta que las escenas de masas fueron dibujadas
torpemente en una computadora. En este contexto, no faltan quienes arriesgan
como ganadora a Traffic y aun a El tigre y el dragón, la refinada
película de artes marciales dirigida por el taiwanés Ang
Lee, que compite simultáneamente como mejor film en idioma extranjero.
En el rubro mejor director, Steven Soderbergh compite contra sí
mismo, hasta convertirse en su peor enemigo. El hecho de que figure como
candidato por partida doble, por Traffic y Erin Brockovich, puede provocar
la dispersión de votos y abrirle el camino a Ridley Scott o más
probablemente a Ang Lee. Un efecto similar se podría producir en
el rubro mejor actor. En principio, Russell Crowe (Gladiador) y Tom Hanks
(Náufrago) están cabeza a cabeza, pero justamente el voto
dividido puede favorecer la sorpresiva arremetida de cualquiera de los
otros tres competidores, aunque con más posibilidades para Javier
Bardem (Antes que anochezca) que para Ed Harris (Pollock) y Geoffrey Rush
(Letras prohibidas).
El único número puesto al que se juegan los apostadores
de Las Vegas está en la categoría mejor actriz. Allí
parece reinar, sin oponente a la vista, la buena de Julia Roberts. En
Erin Brockovich la mujer bonita encontró por fin el vehículo
ideal para su consagración académica: una película
capaz de aprovechar su carisma como comediante y que, al mismo tiempo,
le permite hacer de su personaje toda una heroína de hoy, cuyas
preocupaciones ecológicas no le impiden olvidar cuál es
su meta final, que es la misma de Hollywood: el éxito, a cualquier
precio.
Una emisión
color Azul
Axel Kuschevatzky, Juan Castro y la presentadora de noticias Cristina
Pérez son los elegidos por Azul TV para conducir, esta noche
a partir de las 21, la transmisión de la gala del Oscar,
en su edición Nº 73. La gerencia de Azul descartó
con esa decisión la posibilidad de contar con Enrique Pinti
y Cecilia Roth. A Pinti no llegaron a consultarlo. A Roth no alcanzaban,
dijeron, a pagarle lo que pedía: 20.000 pesos.
|
Las
principales candidaturas
|
Película extranjera: Amores perros (México),
de Alejandro González Iñárritu; Divided We Fall
(República Checa), de Jan Hrebejk; El gusto de los otros (Francia),
de Agnes Jaoaoui; El tigre y el dragón (China), de Ang Lee;
Todos famosos (Bélgica), de Dominique Deruddere.
Guión original: Billy Elliot; Casi famosos; Erin Brockovich;
Gladiador; You Can Count on Me.
Guión adaptado: Chocolate; ¿Dónde estás
hermano?; Fin de semana de locos; El tigre y el dragón; Traffic.
Montaje: Casi famosos; Fin de semana de locos; Gladiador; El
tigre y el dragón; Traffic.
Efectos visuales: Gladiador; El hombre sin sombra; Una tormenta
perfecta.
Banda musical: Chocolate; Gladiador; Malena; El patriota; El
tigre y el dragón.
Canción: Ive seen it all (Björk,
Bailarina en la oscuridad); A fool in love (Randy Newman,
La familia de mi novia); Things haved changed (Bob Dylan,
Fin de semana de locos); My funny friend and me (Sting,
Las locuras del emperador); A love before time (Jorge
Calandrelli y Tan Dun, El tigre y el dragón).
Sonido: Gladiador; Náufrago; El patriota; Una tormenta
perfecta; U-571. |
Las
principales candidaturas
|
Película: Chocolate; Erin Brockovich, una mujer audaz;
Gladiador; El tigre y el dragón; Traffic.
Director: Stephen Daldry (Billy Elliot); Ang Lee (El tigre
y el dragón); Ridley Scott (Gladiador); Steven Soderbergh (Erin
Brockovich); Steven Soderbergh (Traffic).
Actriz: Joan Allen (The Contender); Juliette Binoche (Chocolate);
Ellen Burstyn (Requiem for a Dream); Laura Linney (You Can Count on
Me); Julia Roberts (Erin Brockovich).
Actor: Javier Bardem (Antes que anochezca); Russell Crowe (Gladiador);
Tom Hanks (Náufrago); Ed Harris (Pollock); Geoffrey Rush (Letras
prohibidas).
Actriz de reparto: Judi Dench (Chocolate); Marcia Gay Harden
(Pollock); Kate Hudson (Casi famosos); Frances McDormand (Casi famosos);
Julie Walters (Billy Elliot).
Actor de reparto: Jeff Bridges (The Contender); Willem Dafoe
(La sombra del vampiro); Benicio del Toro (Traffic); Albert Finney
(Erin Brockovich); Joaquin Phoenix (Gladiador).
Fotografía: ¿Dónde estás, hermano?;
Gladiador; Malena; El patriota; El tigre y el dragón.
Maquillaje: La celda; La sombra del vampiro; El Grinch. |
|