Por
Pablo Vignone
Desde Mendoza
Lanzarse
a la aventura de comercializar un automóvil de gran lujo y entre
56 y 60 mil pesos de costo en la Argentina turbulenta de hoy, parece una
aventura excepcionalmente osada. Pero para una empresa como Peugeot, que
en tres años pasó del 8,7 al 13,2 por ciento del mercado,
duplicando su producción de 35.000 vehículos a 70.000, el
nuevo 607 representa un desafío que sus directivos aceptan con
gusto: el de ingresar al segmento H del mercado, cubierto casi exclusivamente
por las marcas alemanas (el 80 al 90 por ciento de las ventas del sector
de alta gama están en poder de Audi, Mercedes-Benz y BMW) con el
objetivo de vender unas 200 unidades al año.
No vale la pena perder el tiempo con nimiedades: el 607 impresiona por
su tamaño, su aspecto y su potencial, pero eso seguramente le sucederá
a cualquiera que observe esta berlina, reemplazante natural del 605. Impresiona
a cualquiera, ya sea que sea un posible comprador o un simple aficionado
a los fierros.
La clave está dentro para cualquiera de los dos casos. Por eso
vinimos a esta provincia a ensayar los 607, por los caminos del Valle
de Tupungato, y poder transmitir las sensaciones de manejo de un coche
que, según el lema de la empresa, te entiende.
La ruta de las chacras y los viñedos que parte rumbo al sur desde
Mendoza y se va desgranando entre enormes paraísos plantados al
borde mismo del camino, sirve para comprobar las bondades del 607 de caja
automática. Equipado con un comando del tipo Tiptronic, original
de Porsche, el mando de la caja se hace secuencial, como en un coche de
Fórmula 1: con empujar la palanca hacia delante, se sube un cambio.
Las reacciones de la caja automática pueden sonar algo lentas para
quien está acostumbrado a conducir con la caja manual, pero el
confort es perfecto.
El motor V6 de tres litros de cilindrada, que eroga 210 HP, responde suave
y presto, aunque la ruta serpenteante que se adentra en el valle no invite
a comprobar si los 242 km/h de velocidad máxima que indica el catálogo
son ciertos, aunque animan. Los frenos son muy buenos y la maniobrabilidad
es excitante.
El clima lluvioso y húmedo que envolvió a la Argentina durante
toda la semana invadió también la tierra del buen sol, y
el barrito chirle que se desgranaba sobre el asfalto resultaba un consejo
desalentador para intentar maniobras arriesgadas. De todas maneras, el
control dinámico de estabilidad (ESP) fue exigido en alguna curva
en bajada, y respondió en forma excelente.
En San José llegó la oportunidad de saltar a un 607 manual.
La caja tan añorada resultó deliciosa, tanto en los caminos
de tierra de la finca, como en el asfalto de la ruta 40, de vuelta hacia
la capital mendocina tras hacer vértice en Tupungato. Allí,
en la cinta asfáltica que se confunde con la columna vertebral
del país, el 607 reveló sus mejores condiciones, más
allá del confort.
La agilidad con que trepa el motor es sorprendente: la respuesta al acelerador
es notable, casi exagerada. El motor siempre pide, el embrague es particularmente
suave, las marchas entran con presteza. El tacómetro trabaja ahora
en regiones más altas y el régimen no decae. Un camión
que viene de frente permite probar una de los tantos detalles de seguridad
y confort que dotan a este 607: el baldazo de agua que invade el parabrisas
es certeramente desalojado por el limpiaparabrisas automático,
que no sólo se pone en funcionamiento apenas detecta agua sobre
el vidrio, sino que regula su velocidad de acuerdo al caudal: las escobillas
aumentaron con vértigo el ritmo y en un segundo ya no había
ni rastros del diluvio.
En ciudad, ya dispuestos a terminar el ensayo dinámico que propuso
el eficaz grupo que comanda Daniel Moretti, el 607 se reveló generoso
y eficaz. Sus amplias dimensiones es más largo que el Mercedes
Clase E no resultaron objeción para el tránsito, y
en marchas bajas el V6 ronronea con cariño.
Seguramente que no es un automóvil que está al alcance de
cualquier fanático del volante, con precios que van desde los 56.900
pesos (para la versión manual) a los 59.900 pesos (para la automática),
pero ya como concepto de ingeniería, tecnología y dotación,
vale la pena.
Ficha
Técnica
Motor: ES9J4S.
Arquitectura: V6 a 60.
Block y tapa en aleación liviana.
Diámetro por carrera: 87mm por 82,6 mm.
Cilindrada: 2.946 cm3.
Válvulas: 24.
Arbol de levas: cuatro, a la cabeza.
Peso: 178 kilogramos.
Prestaciones:
Potencia: 210 HP a 6.000 rpm.
Velocidad máxima: 242 km/h.
Torque: 285 Nm a 3.750 rpm.
Consumo mixto: 9,8 l/100 km.
Inyección: Bosch ME7.4 secuencial.
Suspensión:
Delantera: seudo McPherson, con barra estabilizadora desacoplada.
Trasera: doble triángulo con ejes divergentes.
Amortiguación: AMVAR variable con 9 leyes.
Dirección: Piñón y cremallera, asistida variable
en función de la velocidad.
Frenos: a disco en las cuatro ruedas, de 309 mm, delanteros ventilados,
con ABS y frenado de urgencia asistido. Calipers Brembo.
Dimensiones:
Largo: 4,87 metros.
Ancho: 1,82 metros
Alto: 1,45 metros
Distancia entre ejes: 2,8 metros.
Transmisión:
(a) Manual ML5T de cinco marchas y MA.
(b) Automática ZF 4HP20, con comando Tiptronic secuencial
de 4 marchas.
Embrague hidráulico.
Neumáticos: 215/60 R16 V.
Cx: 0,28.
Capacidad del baúl: 558 dm3.
Tanque: 80 litros.
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