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DIPUTADOS DEBATIO, CON GRANDES DIVISIONES, SUPERPODERES RECORTADOS
Descuentos, límites y negociaciones

 

Los superpoderes de Cavallo fueron negociados arduamente todo el domingo. Tras horas de reuniones, se pudo comenzar la sesión, que siguió de madrugada. Las divisiones no fueron apenas por partido y cada grupo negoció límites: PAMI, impuestos, el Nación, Anses y empleados públicos.

Por Fernando Cibeira

La ley de los superpoderes para Domingo Cavallo dividió a cada bloque legislativo en tres o cuatro fracciones con diferentes posturas, lo que obligó al Gobierno a una extenuante tarea de negociación que redujo las polémicas atribuciones a una versión acotada. Anoche, en una sesión que empezó nueve horas tarde por culpa del tira y afloje, todo indicaba que el proyecto sería aprobado en general y demandaría una puntillosa discusión en particular. Mientras los diputados hablaban, por sus pupitres circulaban nuevas versiones del proyecto de ley con las últimas modificaciones que trataban de conformar a todos. Para conseguir quórum, la Alianza contó con la presencia de los frepasistas díscolos y un puñado de peronistas amigos. Mientras tanto, el debate en el Senado quedó para hoy, día en el que el Gobierno espera que Mingo consiga sus superpoderes sí o sí. Cerca de la medianoche, el presidente Fernando de la Rúa destacó la “extraordinaria respuesta” que recibió su propuesta de unidad nacional para afrontar la crisis.
Pese a que se trataba de un atípico domingo de trabajo, la jornada en el Congreso comenzó temprano. A las 10, el presidente de la Cámara de Diputados, Rafael Pascual, llegó a su oficina y comenzó a recibir gente. Buena parte de las negociaciones de ayer se discutieron en el despacho de Pascual que mantenía conexión directa con Cavallo para averiguar hasta dónde se podía ceder. Por lo de Pascual pasaron el propio Cavallo, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, el secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo, y los jefes de los bloque de la Alianza y el PJ, Darío Alessandro y Humberto Roggero.
A medida que avanzaba la tarde, el inicio de la sesión se fue volviendo más incierto. Por los pasillos de Diputados corrían versiones de nuevos impuestos que se anotaban en los anteproyectos y luego se borraban, o de poderes que se acotaban y después se mantenían.
En algún momento, a eso de las 19, parecía que todo estaba encaminado. Colombo ocupó su lugar en el recinto desde el que pensaba seguir la sesión. Los pocos legisladores radicales que andaban por ahí se acercaron a saludarlo o a contarle novedades. “Hay varios diputados bonaerenses que dijeron que no lo van a votar porque Cavallo quiere cerrar el PAMI”, le adelantó un diputado delarruista. “Que no lo voten”, le respondió Colombo, aparentando despreocupación. Aunque unos minutos después tomaba cuerpo el rumor de que la Alianza no conseguía reunir su tropa y que iba a necesitar del PJ para el quórum. “Están tan divididos que cada vez conseguimos más cambios”, se jactaba por esa hora un vocero del bloque peronista.
En realidad, las divisiones no eran patrimonio de un único bloque:
- UCR: La mayoría de los diputados radicales bonaerenses –estaban los que respondían a Leopoldo Moreau y Federico Storani, pero también los de la línea de Melchor Posse– plantaron bandera contra el inciso g del artículo 1 que, según explicaba un legislador del sector, daba vía libre para que Cavallo “haga desaparecer el PAMI, que es su viejo anhelo”. Pese a que amagaron con no dar quórum, finalmente consiguieron alguna garantía acerca de que la obra social de los jubilados sería preservada.
- Frepaso: Los frepasistas mantuvieron una larga y ardua reunión de bloque que se desarrolló desde las 11 hasta las 15.30. El sector más conciliador –que comandan Darío Alessandro, Rodolfo Rodil, José Vitar, Juan Pablo Cafiero y Fernando Melillo– buscó convencer al resto de la importancia de los progresos logrados durante el fin de semana al proyecto original que había enviado Cavallo. Sin embargo, el sector rebelde del grupo planteó la necesidad de otro buen número de modificaciones que eran, en verdad, puntualizaciones sobre los lugares por donde no podían avanzar los nuevos poderes del ministro e incluían aquí no sólo el PAMI, sino también el Banco Nación, el ANSES, más la estabilidad de los empleados públicos. Alessandro llevó la idea a Pascual pero la propuesta fue desechada. También había otros con una posición intermedia, como el santacruceño Rafael Flores, que eran de la idea de aprobar en general y oponerse enparticular. En consecuencia, el bloque volvió a presentarse dividido aunque los díscolos finalmente aceptaron presentarse para dar quórum.
- PJ: Pese a que recalcaban en público las múltiples diferencias existentes dentro de la Alianza –que eran ciertas– los legisladores peronistas tampoco eran lo que se dice una sola voz. Estaban los menemistas, partidarios de bajar y apoyar la apuesta de Cavallo. En cambio, los que respondían a los gobernadores presidenciables –Carlos Ruckauf, José Manuel de la Sota y Carlos Reutemann– mantenían una posición ambigua: dar número pero votar en contra. También estaban quienes buscaban restarle todo apoyo al Gobierno para profundizar su crisis.
En un momento de la tarde, una avanzada de diputados peronistas se mostraba comprensivo con las urgencias oficiales. “Vamos a dar quórum pero vamos a plantear nuestras disidencias y oposición”, sostenía el vicepresidente del PJ, Marcelo López Arias. Pero las horas siguientes transcurrieron sin novedades para resquemor de los hombres del Gobierno, que necesitaban imperiosamente que la ley se tratara para que los mercados financieros hoy no castigaran el fracaso oficial.
Cuando parecía que la sesión naufragaría, Colombo se reunió con un grupo de diputados peronistas, mientras que Roggero comunicaba al resto de la bancada las modificaciones lo que había negociado con Pascual. Estaban en eso cuando, cerca de las 21, Pascual comunicaba que con 130 diputados presentes había número como para comenzar la sesión. Había, al menos, cinco peronistas. Dos que responden a Eduardo Duhalde, uno a José Manuel De la Sota, un menemista y el ex gobernador mendocino, Arturo Lafalla.
Anoche, mientras el mendocino Raúl Baglini comenzaba la primera y larga intervención de la sesión, los diputados se iban poniendo al tanto del proyecto que quedó como resultado de tanta reunión. Con todo, cada bloque tenía en sus filas legisladores disconformes que adelantaban que se plantarían ante las atribuciones pedidas por Cavallo. El resultado de tanta discusión dejó una lista de 80 anotados para hablar en una sesión que prometía prolongarse hasta entrada la mañana de hoy.

Apoyo del PJ en el Senado

Por D.S.

“Si Diputados lo aprueba, las facultades especiales son ley.” La frase se escuchó ayer en el despacho del senador justicialista Eduardo Bauzá. Y representa la mejor síntesis de la postura que asumirá la bancada del PJ en la Cámara alta.
La docena de legisladores que se reunieron en el despacho de Bauzá recibieron puntillosamente las órdenes de sus jefes distritales. Desde Carlos Ruckauf hasta José Manuel de la Sota, pasando por Gildo Insfrán, Angel Mazza, Rubén Marín y Juan Carlos Romero, todos los gobernadores llamaron para pedir por una pronta sanción de la norma.
El santafesino Carlos Reutemann directamente se hizo presente poco después de las 17.30. Y no anduvo con vueltas ni aun cuando los legisladores le plantearon que ellos no podían “limitar” el futuro Senado (habrá una renovación total en diciembre de este año) con una ley que se extendería, de acuerdo con el proyecto original, por un año.
–Nosotros queremos limitar las facultades especiales a seis meses. Si le damos más tiempo, estaríamos condicionando a los senadores que asuman en diciembre –le dijeron al gobernador.
–Está bien, arreglen ese tema y denle para adelante, no pongan trabas –los alentó el santafesino.

 

otras voces
Alfredo Castañón
(presidente del bloque de Acción por la República)
“No estamos integrando una alianza de gobierno; estamos ayudando a la Alianza a gobernar. Nuestro bloque va a votar las leyes con las que estemos de acuerdo y a rechazar las que no. Si el Ejecutivo no usa responsablemente esta delegación de facultades, en el Congreso vamos a derogar sus decisiones. Es en este entendimiento que votamos favorablemente esta ley.”

Raúl Baglini
(UCR)
“Aquí no hay facultades extraordinarias. Hay un presidente elegido que sigue teniendo el control del país y que no tiene mayoría en ninguna de las dos Cámaras. Entonces, yo me pregunto, ¿por qué pensar que estamos ante (Juan Manuel de) Rosas o que se están concediendo facultades sin límites, arrancadas a punta de facón, cuando se mantienen todos los controles? La tempestad arrecia y las dificultades exigen que, frente al pedido que el capitán está haciendo, la tripulación le otorgue una cuota de confianza.”

Miguel Angel Pichetto
(vicepresidente del bloque del PJ)
“Estamos legislando sobre la emergencia, cuyo único origen es la crisis política que vive la coalición de Gobierno. En quince meses se han dedicado a licuar el poder y a debilitar la imagen del Presidente. Esto es lo que originó la crisis que obligó a llamar a Cavallo.”

Jorge Rivas
(Socialismo Democrático)
“Si se aprueba este proyecto, el Parlamento le dará facultades extraordinarias no a Fernando De la Rúa, que como Presidente parece casi en la clandestinidad, sino a un ministro de Economía que pretende superpoderes para aplicar un programa que conocemos bien. Esta demanda de facultades es una cuota de confianza que no se puede dar a un Gobierno que viene cometiendo errores hace quince meses. Si estamos en esta crisis es en parte porque el bloque de la mayoría votó los proyectos que mandó el Ejecutivo.”

Carlos Balter
(Partido Demócrata mendocino)
“Reconocemos la emergencia pública y somos conscientes de la profunda crisis en que está la República. El Gobierno no es el responsable excluyente porque recibió una herencia por demás compleja, pero no hay duda de que en estos 15 meses ha empeorado la situación hasta quedar al borde del abismo. Queremos asegurar, por otra parte, que hay una sola garantía (para el uso racional de la delegación de facultades), que no es el Presidente. Los únicos garantes son las instituciones y la ley.”

Héctor Polino
(Socialismo Democrático)
“Se está estableciendo en el país que aprobamos esta delegación de facultades para el Poder Ejecutivo o se viene el abismo. Esto lo señalan los mismos responsables de llevar al país a esta situación. El presidente de la República, en este mismo recinto, hace sólo 24 días, dijo lo siguiente: ‘Hoy la solvencia fiscal está garantizada por el blindaje’. ¿En qué quedamos, señor Presidente? Conceder estas facultades extraordinarias a los responsables de esta crisis que padecen millones de argentinos sería suicida. ¿Quién es acaso el responsable de haber llevado en 1996 el índice de desocupación al 18,5 por ciento?”

Eduardo Menem
(senador PJ, La Rioja)
“En los últimos tres meses del gobierno del PJ la economía había empezado a crecer, pero una vez que asumió la Alianza con el impuestazo, la rebaja de los sueldos y sus conflictos internos se perdió la credibilidad y volvió la recesión. Estamos actuando como una oposición madura y dándole al Ejecutivo los instrumentos que pide; si los utilizabien, creo posible salir de la crisis. El Gobierno ya no tiene pretextos ni puede seguir echándole la culpa a la herencia recibida.”

 

Algo de kriptonita legislativa

Por David Cufré

Horacio Liendo, operador de Domingo Cavallo, seguía en el Congreso cerca de la medianoche negociando la redacción definitiva de la ley que le concede superpoderes a su jefe. Hasta esa hora se habían acumulado ocho versiones del proyecto, que se iba modificando al ritmo de las discusiones con los distintos bloques. Cuando arrancó la sesión, a las 21, el texto que se puso en debate difería notablemente del que dio a conocer el ministro el último martes. En líneas generales, Cavallo obtenía amplias facultades para producir la reforma del Estado, eliminar exenciones impositivas, poner los bienes del Estado como garantía del pago de la deuda y operar libremente con la política arancelaria. En cambio, debía resignar atribuciones para modificar las leyes laboral, previsional, asistencial y la ley marco del empleo público. También se prohibía la privatización de empresas públicas, universidades, entidades financieras oficiales, la AFIP, entes reguladores de servicios públicos y la enajenación de la participación del Estado en entes y empresas binacionales y parques nacionales.
En conclusión, la ley le otorgaría a Cavallo un fuerte aumento de su dosis de poder, pero no ya superpoderes ilimitados. De todos modos, sus operadores se mostraban medianamente satisfechos con el resultado global. “El 50 por ciento del sentido de esta ley es mostrar que Cavallo es quien maneja el Gobierno. Es la única forma de regenerar las expectativas para que la gente deje de tener pánico y confíe en que hay alguien capitaneando el barco en medio de la tormenta”, indicó a Página/12 uno de los miembros más influyentes del bloque de diputados de Acción por la República. Más allá de la evaluación política, la redacción de la ley es lo suficientemente confusa como para dar lugar a interpretaciones más a gusto de lo que desea el ministro.

Un ejemplo de ello es que el proyecto dice expresamente que se prohíbe la privatización de la AFIP (DGI más Aduana), pero no impide que Cavallo concesione al sector privado la cobranza de impuestos, una idea que viene pregonando desde antes de su ingreso al Gobierno. También podría disponer que el Banco Nación se transforme en Sociedad del Estado y permita la participación del capital privado. Los diputados se pasaron todo el fin de semana tratando de aclarar estos puntos, pero cuando empezaron a sesionar seguían en una zona gris. En concreto, el proyecto con el que arrancó el debate establecía lo siguiente:
El Poder Ejecutivo queda facultado a disponer de las nuevas atribuciones por el término de un año.
Impuesto a las ganancias de capital. El artículo apareció a última hora y sorprendió a los legisladores. El diputado justicialista Oscar Lamberto, vicepresidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, pidió precisiones en medio de la sesión. Los hombres del Frepaso estaban eufóricos con la medida. “Se lo pedimos a Machinea desde que asumió en Economía y siempre nos dijo que era un tema para dentro de diez años, cuando se consolidara el mercado de capitales”, le dijo a este diario uno de los operadores más directos de Chacho Alvarez en el Congreso. Cavallo tendrá la facultad de eliminar la exención del pago del impuesto a las Ganancias a las utilidades obtenidas por la compraventa de “acciones, títulos, bonos y demás títulos valores, cualquiera fuere el sujeto que las obtenga”.
La redacción del artículo no menciona las ganancias por la venta de empresas, pero podrían quedar alcanzadas en su reglamentación. El establishment financiero ejerció durante años un fuerte lobby para quedar al margen de tributar Ganancias por las operaciones con acciones y bonos. “Cavallo nos dijo que iba a aumentar la recaudación apuntando al sector financiero y a las privatizadas”, enfatizó el legislador chachista. “Vamos a ver qué nos dicen ahora los que nos acusaban por presionar en favor del ingreso de Cavallo”, desafió.
Reforma del Estado. Este punto quedó igual a como fue redactado el proyecto de ley por el Poder Ejecutivo. El ministro podrá decidir “la fusión o centralización de entes autárquicos, reparticiones descentralizadas o la descentralización de organismos de la administración (pública) central, pudiendo otorgarles autarquía”. También podrá transformar esas dependencias, total o parcialmente, en empresas, sociedades u otras formas de organización jurídica. Volviendo al ejemplo de la AFIP, sería posible conformar una empresa que se dedique a la cobranza de impuestos, darle autarquía y concesionar su operación. En otro artículo se establece que el Ejecutivo contará con facultades para “suprimir rigideces operativas” en organismos públicos y entes de la administración descentralizados. Ello dio lugar a una dura discusión sobre los posibles recortes aplicables en el PAMI, pero al cierre de esta edición se debatía para excluir a ese organismo del alcance del artículo.
Modificar la Ley de Ministerios. Con ello, el Ejecutivo tendrá facultades para reformular –y achicar– la estructura de la administración pública.
Bienes del Estado como garantía del pago de la deuda. Al igual que las provincias ponen la coparticipación de impuestos como reaseguro para la obtención de financiamiento, el gobierno nacional estará habilitado a poner sus activos y la recaudación de impuestos como garantía de sus colocaciones de títulos públicos. El objetivo es disminuir la tasa de interés que se paga por cada emisión, ya que caería el riesgo de default (cesación de pagos) debido al nuevo respaldo.
Eliminar exenciones impositivas. Finalmente, el proyecto excluyó la posibilidad de crear impuestos, pero dejó abierta la posibilidad de remover exenciones a gravámenes actualmente vigentes. También se prohibió tocar los impuestos que pesan sobre “consumos que integran la canasta familiar o las economías regionales”.
Disminución de impuestos. Como suele ocurrir cada vez que el Ejecutivo solicita autorización para bajar impuestos, el Congreso no puso ningún reparo. El artículo sostiene que “se podrá disminuir o suprimir tributos y tasas con el objeto de mejorar la competitividad de los sectores y atender situaciones económico-sociales extremas”.
Creación de tasas para obras públicas. Es una de las ideas que presentó Cavallo para apuntalar el Plan de Infraestructura. El artículo establece “la creación de tasas o recursos no tributarios con afectación específica para el desarrollo de proyectos de infraestructura”.

 

 

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