Por
Hilda Cabrera
Ser
un desaparecido vivo no es haberlo perdido todo. Tus abuelos, tus hermanos,
tus tíos, tus
primos, tal vez tu mamá o tu papá te buscan y ahora te esperan.
La intención que alentaba ese pedido de las Abuelas de Plaza de
Mayo en la primera función de Teatro por la Identidad un
proyecto generado por Abuelas en el 2000 era que nadie se quedara
con la sospecha de ser hijo de un desaparecido, porque no es la
duda lo que daña, sino la mentira. Aquella primera apuesta,
concretada en la Sala Batato Barea del Centro Cultural Ricardo Rojas,
tenía nombre: A propósito de la duda, un montaje con dramaturgia
de Patricia Zangaro (autora, entre otras obras, de Pascua rea y Auto de
fe entre bambalinas) y dirección de Daniel Fanego. Se trataba de
un semimontado sobre fragmentos de testimonios de la Agrupación
H.I.J.O.S., de nietos, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo referidos a los
niños desaparecidos, secuestrados y apropiados durante la dictadura
militar, que viven con la identidad robada o falseada. Colaboraron entonces
numerosos intérpretes: Manuel Callau, José María
López, Pepe Monje, Valentina Bassi, Elsa Berenguer, Belén
Blanco, Catalina Speroni y muchos más. Ejercer el derecho a la
identidad era la consigna de aquel montaje, casi un acto político
como dice hoy Zangaro a Página/12, que no se prolongaría
más allá de las cinco funciones programadas. Una suposición
equivocada.
Requerida
por militantes y público, A propósito... se sostuvo hasta
finalizar el 2000, primero en el Rojas y después en el Centro Cultural
Recoleta. Se organizó incluso una presentación en Plaza
de Mayo y un festejo de fin de año en Entrecasa del Espectáculo
(Salguero 666) para recaudar fondos. La importancia de aquel enganche
con el público abrió el camino a una convocatoria para el
2001. Se pensó en un ciclo con varias obras. Nuevamente la respuesta
fue positiva: se presentaron 114 trabajos. De ahí la puesta en
marcha del ciclo que se iniciará el próximo 9 de abril con
el estreno en simultáneo de cuarenta piezas breves, la mayoría
escritas ex profeso. Las distintas obras podrán verse todos los
lunes, con entrada gratuita, en las salas hasta ahora disponibles: Pablo
Neruda (del Complejo La Plaza), Del Nudo, Belisario, Del Pueblo, IFT,
Centro Cultural Recoleta, Margarita Xirgu y Entrecasa del Espectáculo.
Para reunir fondos se han puesto ya a la venta (en esos y otros teatros)
bonos-contribución de un peso, sobre diseño gráfico
del dibujante Hermenegildo Sábat, y remeras con un logo alusivo.
El lanzamiento del ciclo encauzado por Abuelas y sostenido por el
trabajo solidario de los participantes tendrá lugar hoy a
las 20.30, en el Teatro Liceo (Rivadavia y Paraná). Coordinado
por la actriz Cristina Fridman y otros integrantes de la comisión
de dirección (Valentina Bassi, Daniel Fanego, Claudio Gallardou
y Luis Rivera López, entre otros), el evento contará con
el aporte artístico de importantes figuras, como las actrices Leonor
Manso, Cipe Lincovsky y María Rosa Gallo, los actores Enrique Pinti,
Patricio Contreras y Víctor Laplace y la cantante de tango Adriana
Varela. También hoy se representará A propósito...
con algunos cambios respecto del elenco pionero. Esto se debe a que no
todos los actores tienen los lunes disponibles, según observa
Zangaro, autora de otra pieza a publicar, Tiempo de aguas, donde dos
mujeres intentan reconstruir un mundo a través de la palabra.
El elenco de A propósito... está compuesto por veintidós
actores y actrices que juegan diferentes roles, como los de una hija recuperada
o un joven que acepta con gusto a sus padres adoptivos. En este montaje
hay lugar para todos, también para los represores y apropiadores.
Sobre esta obra, que apela a una simbología muy puntual para radiografiar
el terror (como el ruido que producen el motor y las aspas de un helicóptero)
o señalar el cinismo de los represores (es el caso del personaje
que confiesa haber participado de grupos de tareas, saber cómose
realizaron algunas expropiaciones y cremaron cadáveres), se realizó
un montaje en Francia, con actores de ese país, y se la destacó
por su contundencia en varias publicaciones internacionales. Además,
se realizó una puesta en el Teatro Colón de Mar del Plata,
con un elenco local dirigido por Jorge García.
La mayoría de las obras del ciclo va al grano. Acá
el objetivo es claro, apunta a Página/12 el director
Javier Margulis, quien presenta El inocente, de Jorge Huertas, una
vuelta de tuerca sobre el tema de la identidad, que el autor ubica en
el año 2052. A punto de reponer su impactante Ritual de comediantes,
en el teatro La Barraca, destaca el papel de la mujer en esta lucha y
asocia el ciclo al despertar cultural que en 1981, y a posteriori, generó
Teatro Abierto. Acá también nos faltan condiciones
para hacer un buen trabajo, pero igual buscamos la excelencia. Otro
director, y prestigioso maestro de actores, Agustín Alezzo, relaciona
también este acontecimiento con Teatro Abierto. Participa con Supongamos,
de Alicia Muñoz (la misma de Alcen las barreras, El día
que no se puso el sol y Ciudad en fuga, de 1979), una puesta minimalista
basada en el trabajo de dos actrices, cuyos protagónicos -dice
poseen caracteres muy bien plantados. En cuanto a El nombre,
de Griselda Gambaro, incluida en la programación, no se trata de
un escrito reciente. La directora Mónica Scandizzo la presentó
a los organizadores porque le encontró relación con el tema
de la identidad, precisa Gambaro. Fue escrita en 1975, estrenada
al año siguiente en el Teatro Estrellas y publicada en periódicos
y en formato libro. La autora prepara, fuera del ciclo, otras tres piezas
cortas bajo la dirección de Helena Tritek, otro gasto emocional,
como lo es de alguna manera esta reposición de El nombre, que se
interna en zonas que le interesan especialmente, como las referidas a
la memoria y a esas concesiones cotidianas que acaban en una pérdida
de la libertad o en la muerte.
Me
acerqué al movimiento apenas se lanzó la convocatoria (en
octubre y noviembre del 2000). Tantas veces soñé con un
teatro que pudiera modificar, que sirviera para algo concreto, que el
proyecto me entusiasmó cuenta la actriz Ingrid Pelicori.
Además de poner sobre el tapete el tema de la identidad, el proyecto
demostraba que todavía podemos lograr algunos objetivos. Pensé
en todos los chicos apropiados que durante todo este último tiempo
pudieron restituir las Abuelas. Pelicori es la única protagonista
de La tierra sabe lo que hace cuando tiembla, de la poeta María
Mascheroni. La obra, un diálogo entre una hija y su madre
apropiadora, es el resultado de una sucesión de poemas, a
los que imprimió teatralidad la directora Susana Torres Molina.
Sangre, piel, huesos, alma es el revulsivo título del material
elaborado por el autor Pedro Sedlinsky para este ciclo. Lo componen cuatro
monólogos (dirigidos por Francisco Javier) dichos por cuatro mujeres,
a través de las cuales hablan otros tantos personajes: un padre
que intenta hallar a su hijo para la prueba del ADN, una hermana que busca
a su hermano, un antropólogo forense y una joven madre arrojada
desde un avión. Como puntualiza Sedlinsky (autor, entre otras obras,
de Dibujo sobre un vidrio empañado), quizás uno de
los problemas más difíciles que debemos resolver los autores
sea tomar distancia de lo que ocurrió, poder realizar un trabajo
que supere a la crónica y hacer de la escritura un hecho artístico.
La
lista del horror y la esperanza
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Estas son algunas
de las obras que se verán a partir del 9 de abril. Entre paréntesis,
el nombre de los directores.
- El nombre, de Griselda Gambaro. (Mónica Scandizzo)
- Pequeño cuento deportivo, de Alejandro Zingman. (Fernando
Orecchio)
- Oye tu voz muchacho. Libro y dirección G. Espinosa.
- Madresperanza, de Mario Cura. (Eugenia Levin)
- El último coro. Autora y directora Lorena Rizzo.
- Esclava del alma, de Amancay Espíndola. (H. Malamud)
- Las letras de mi nombre, de Vita Escardó y V. Egea. (Escardó,
Egea y M. Lucía Vitale)
- Margarita, de Adriana Tursi. (M. Trajtenberg y A.Sahade)
- Vagamente familiar, de Carlos Balmaceda. (Balmaceda y María
Laura Siano)
- El que borra los nombres, de Ariel Barchilón. (G.Ghio)
- Contracciones, de Marta Betoldi. (Leonor Manso)
- La fuerza del desatino, de Norberto Lewin. (C.Garófalo)
- El espejo, de Mónica Felippa. (Luis Rivera López)
- El método, de Silvia Aira. (O. Peluffo)
- El inocente, de Jorge Huertas. (Javier Margulis)
- Sorteo, de S. Gutiérrez Posse, Susana Torres Molina y Víctor
Winer. (Rubén Pires)
- Viudas, de Ariel Dorfman. (Luis Rossini)
- Sangre, piel, huesos, alma, de Pedro Sedlinsky. (Francisco Javier)
- Viva la mentira, de Alejandro Urdapilleta, sobre idea de Sol Canesa
y M. Salazar. (Julia Muzio, Canesa y Mariana Pastore)
- Supongamos, de Alicia Muñoz. (Agustín Alezzo)
- A propósito de la duda, de Patricia Zángaro. (D. Fanego)
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